Ha
quedado al descubierto que la pobreza es Sur también en el Norte. Es negra y
pobre, latina, una verdadera tradición universal, y en los Estados Unidos, no
es excepción. El huracán Katrina, ha
roto el alma del Sur de Estados Unidos, y dejó en evidencia que la Casa Blanca
naufraga, se ahoga en problemas domésticos e internacionales. No hay un claro,
definido, ni eficaz liderazgo bajo la actual administración. Y más bien,
carece de competencia. El Number One, siguió disfrutando de sus
vacaciones acosado en su Rancho en
Cradwford, por la madre del soldado muerto en Irak, Cindy
Sheehan, después
que Katrina había devastado los estados sureños de Nueva Orleáns, Alabama,
Louisina. El mundo recordó la escena de Fahrenheit 911, cuando
el presidente Bush siguió leyendo un libro infantil en una escuelita, el
11 de septiembre, mientras se deshacían en el aire Las Torres Gemelas de
Manhattan, el Pentágono perdía un ala y la Casa Blanca estaba en la mira de
los terroristas de Al Qaida. La pesadilla se ha vuelto a vivir, pero en
triplicado. Un país con Superman, Batman, El Hombre Araña, un
poder tecnológico y bélico sin precedentes, carece de un líder práctico, con
reflejos, visión. El ruido de los cascos de los caballos de los Jinetes del
Apocalipsis se siente en la Unión, nos suele poner serios, reflexivos, algo escépticos,
y sumamente cautelosos. La desolación, la muerte, la miseria, la desidia, se
han instalado en el Sur de Estados Unidos, y comparte escenarios, titulares
vergonzosos, trágicos, con el viento negro de la tragedia de Irak, que ha
coronado su infausto destino con la muerte de más de mil chiíes, en una
estampida sobre un puente del Eufrates.
Los vientos sembrados dan sus frutos. El agujero de la capa de ozono ha crecido
en la proporción de la impopularidad del presidente Bush. Su sombra recorre los
estados del Sur, y ya se siente el lamentablemente triste blue de su mandato. Su
gobierno confronta problemas bíblicos. Los huracanes parecieran ser el bumeran
de quien juega (con) el mundo a los dados. El globo terráqueo se está
perdiendo en una apuesta en los casinos de Las Vegas. Un mundo más seguro, es
el gran slogan de la guerra contra Irak. Sólo faltó agregar, como una
ruleta rusa.
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LOS CADÁVERES FLOTAN EN EL MISSISSIPPI
Los cadáveres flotan en el Mississippi, Mr President,/ Irak es el paraíso de
la muerte/salga, salga que soplan malos vientos/ usted deja morir al vivo/vuelve
a matar al muerto/New Orleans es un recuerdo/el mundo es de todos/deje respirar
a la gente común y corriente/el pueblo ya no es el people/¿Qué espera para
salir dónde no debe estar?No espere que un cadáver lo
vaya a buscar/La Casa Blanca hace agua, Mr President/¿Usted sabe
nadar?/Los cadáveres flotan en el Mississippi/un gran río, ¿lo va a culpar?¿Cuál
es su Dios, Mr President?/Tantas preguntas sin respuestas/Usted es nuestro
Vietnam/pise tierra con el pueblo/los cadáveres flotan sobre el Mississippi/¿Qué
espera?, vernos flotar/ Se puede perder la vida/pero no los
sueños/Mr. President,/¿Dónde ha estado
usted en estos años?, Mr President, el mundo lo ha puesto a bailar.
Dejo
la Redacción saturada de fotos clavadas en la pared, arrimadas en su color patético,
asombradas de estar ahí las imágenes. La frase del alcalde de New Orleans
retumba en todos nosotros. Es un verdadero ciclón de indignación
Ray Nopgin, y una mezcla de impotencia dolida, cuando espeta su verbo con
la fuerza del Mississippi: "No sé si esto es un problema del gobernador
[de Louisiana] o del presidente... pero alguien tiene que coger un avión,
sentarse, mejor los dos, y encontrar una solución a esto", ha clamado a
los cuatro vientos Nagin. "Que muevan el culo y que hagan algo”,
fue su frase movilizadora de conciencias
y que retrata el infierno acuático del Sur de Estados Unidos. Es un cartel
luminoso que quiere decir: caos, desolación, pánico, tragedia, muerte. Me
imaginé el stablishment moviendo su gran gordo culo
blanco hacia el Sur. Lo que
el alcalde no sabe, es que el Sur de Estados Unidos necesita una Casa Negra.
Salgo de la redacción con las
fotografías en la mente. Me repica en el oído la palabra anarquía y
todo olía a Tercer mundo. Bajo los florsheim del Number One, la nación
se hunde. El Sur no resiste una gota más de agua, la copa se ha rebalsado. Me
despedí del Editor con un Good Night and Good Look, Buenas Noches y
Buena Suerte, el título de la película dirigida por George Clooney, un
homenaje a su padre. Erward R. Murrow, periodista independiente, calificado de héroe
del periodismo, se enfrentó al cazador de brujas de Hollywood, el temido
senador Joe Mc Carthy, en la década de los 50. Eran otros tiempos, que se
repiten en el ciclo del fanatismo, temores, dominio del hombre por el hombre.
Clooney se la acaba de jugar en Venecia con su película, donde
defiende el periodismo independiente, una cinta en blanco y negro, como
la vida real. La mentira calza zapatillas blancas, de desplaza silenciosamente,
y se desliza con su nariz pinocha all over de la Casa Blanca y también
de los grandes titulares de la prensa dominante, tradicional, poderosa en la
fabulación oficial. Clooney retrató el escenario actual del gobierno y de la
prensa en unas declaraciones recientes en Venecia: “Veo muchas similitudes
entre aquellos años oscuros y los errores que está cometiendo nuestro gobierno
actualmente, con la utilización del miedo para limitar nuestra libertad”. El
cineasta y actor, ha remachado su compromiso con estados Unidos, cuando ha dicho
que lo que más ama de su país es la posibilidad de que exista la libertad de
expresión. Y tiene razón, sin ella, andamos a tientas, los gobiernos
delinquen, someten, engañan, difaman, corrompen,
como si mascaran un chicle. La cabeza de la Casa Blanca estaba de
vacaciones en Texas y volvió a paralizarse ante Katrina. De pronto despertó
del sueño a la pesadilla, en medio de fuertes críticas a lo largo y ancho de
la Unión. Pasaron 48 largas horas. Sobrevoló la zona y sólo cinco días después
del huracán comenzó a enviar ayuda a los sobrevivientes. Se habló de unos
cuantos muertos y miles de millones en daños materiales. Naciones de Europa y
América latina, ofrecieron ayuda humanitaria y material. La Casa Blanca
permaneció silenciosa hasta que accedió a solicitar urgente ayuda humanitaria
a Europa, por primera vez en su historia. Ya oficialmente había admitido que
las víctimas son miles, que los daños superarán
los cien mil millones de dólares, la recuperación durará años y que la
posibilidad de epidemias, es real. Michael
Chertoff, secretario de Seguridad Interior,
comparó los efectos de Katrina a los de “una bomba atómica”. Se ve
que no estuvo allí.
Han comenzado a llegar las donaciones y la Kwait es cuantiosa: 500 millones de dólares
en pretróleo y otras bituallas. Un regalo de un verdadero Jeque, Sultán de Las
Mil y Una Noche.
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AGUA SOBRE AGUA, NEW ORLEANS
La profesora en Evaluación de Peligros y Ayuda de Emergencia, Shirley
Laska, fue profética en junio
pasado, cuando advirtió: "No hay un solo lugar seguro en Nueva Orleáns".
La tierra del Jazz, alegre, negra, encomendada al saxofón del mítico
Louis “Satchmo” Armstromg, era
una trampa de muerte para la desgracia, una ratonera,
en otras palabras, debido a su inadecuada construcción bajo el nivel del
mar, falta de mantenimiento de sus diques y a todo lo que conlleva el abandono,
la pobreza, la desidia, el quinto nivel de la miseria. Nueva Orleáns, fundada
por el duque francés de O´rleáns hace 287 años, está abriendo una caja de
Pandora dentro de Estados Unidos y retratando en gruesos trazos de realismo la
pobreza oculta, de una ciudad que lelgó a ser la segunda más próspera de
Estados Unidos después de Nueva York. Katrina había golpeado la Florida y
volvió desde el Golfo soplando con
más fuerza y amenazando a la acorralada “península” de Nueva Orleáns,
dormida bajo el nivel del mar y rodeada al norte, por el lago Pontchartrain, al
sur, el río Mississippi, y al este, un poco más lejos, el lago Borgne. Agua
sobre agua, New Orleans/ Dark Angel/ ¿me vienes a buscar? La ciudad sólo
existe de nombre/francesa la calle/mi pequeño amor/ y la memoria de tus
sueños/Alma negra, SurJazz/Mi muerte negra pasó junto al río/en un submarino
de papel/desnuda/recién nacida/Alguien me guiña un ojo/y ya no
lo volveré a ver/quizás como antes estas calles/New Orleans, tú
vives en el corazón de la alegría/la fantasía/ agonía/tu tiempo no le
pertenece al viento/ sino a la
felicidad/levanta tu alma negra/ corazón negro/tus dos piernas para caminar/New
Orleans/New Orleans/qué hay que hacer para no llorar y volver a bailar . Dark
Angel, soy yo/¿me vienes a buscar?
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ESCLAVOS DEL BLANCO ALGODÓN
El reverendo Calvin
O. Butts III, de una iglesia
bautista de Harlem, Nueva York, reflexionó en voz alta como tantos
dirigentes, políticos, artistas negros: "Pienso que mucho de lo
ocurrido tiene que ver con la raza y la clase. La gran mayoría de los afectados
son pobres y negros". Una observación que
casi todos reconocen como legítima, al menos la prensa internacional y
la comunidad negra que se ha hecho eco. Los muertos recorren/con su muerte/
la pesadilla del sueño americano/El blue es lamento en Nueva Orleans/Río
abajo, el Mississippi te dejará respirar/en una orilla/ de su secreto hangar/Es
negro el dolor/¿Dónde estás, África, qué queda de ti? Muchacha, ven, siéntate/esta
no es una historia vulgar/Los negros llegamos del África/hermanos y
hermanas/esclavos del blanco algodón/cadenas junto a un portón/sangre
derramada de verdad/Muchacha sostén mis
cadenas/comparte nuestros sueños/Ayer, hoy, mañana/mi pasado sé
subasta/Río, río, mi balsa/ va atravesar
tu silencio,/ mi muerte/no digo adiós/Lávanos, padre/Río, río, somos
tus hijos, sálvanos.
He llegado frente al ordenador y he abierto la máquina
del tiempo instantáneo circular global y el mundo está aquí, cayéndose a
pedazos, los rostros del terror ya forman parte de la pantalla diaria. El
planeta es un ciclón. Los Blog se llenaron de agua y tragedia, espanto. Rotamos
con la muerte. La naturaleza es una esponja y puede estrujar hasta nuestra alma,
si nos equivocamos. Sacude el cuerpo de la tierra, arrastra los nuestros, busca
respirar, su espacio robado, armar su cadena de eslabones uno por uno. Había
salido como un ciclón de la Redacción, para armar una nota sobre Katrina, el
devastador huracán que golpeó dos veces. No es un nocaut perfecto, limpio,
como cuando vemos estirado a uno de los boxeadores sobre la lona. Los ciclones
son el después. Su agonía es larga. Cortan las comunicaciones, dejan sin
abastecimiento, inundan todos los lugares inimaginables, paralizan, deshabitan
lo que antes era humano. Son hacedores de vacíos, constructores irremplazables
de espacios muertos, del terror del nuevo paisaje, vienen cargados de agua,
aire, fuerza, de la férrea voluntad de destrucción. El huracán también ha
roto la cadena de mando presidencial, que quedó inactiva desde el primer
momento por casi cinco días. La administración norteamericana ha demostrado,
según una lluvia de críticas, no sólo pies de barro en caso de emergencias
nacionales, sino de agua. Ha resbalado la Casa Blanca ante una opinión pública
cada día más crítica sobre el gobierno y su manejo en Irak, cuya caja de
resonancia es la nación doméstica al garete. Testimonios habrá para escribir
en un par de tomos en las tierras de Faulkner y Mark Twain, y Hollywood,
seguramente, no dejará correr mucho tiempo este rollo para llevarlo a la
pantalla. La tragedia tiene un rostro visible, real, es negra y latina,
pobre.100 mil mexicanos residen en New Orleans, miles de hondureños, salvadoreños
y nicaragüenses comparten también la suerte negra de esa población. Los cadáveres
flotantes, no sólo atraen el lente de los camarógrafos y fotógrafos, sino
comparten la muerte con ancianos y niños que superaron el impacto del huracán,
y murieron de inanición, deshidratados y por hambre. Saqueos, violaciones,
minusválidos muertos en sus sillas de ruedas, consecuencias del huracán y de
la ausencia de autoridad. Cuerpos colgando de ventanas, putrefactos, hundidos,
desaparecidos, sepultados para siempre. Cadáveres a la espera de ser
enterrados. La muerte solo trae muerte. Blanco Spirituals.
Fellini debió estar en este escenario dantesco. Habrían bastado unas
cuantas tomas para mostrarnos el espejo roto de la realidad. El último perfil,
paso, la calle inexistente, la mirada extraviada de los transeúntes perdidos,
el gesto opaco de la sombra y el imperio de la bestialidad humana, su animalidad
natural. Nada escapa a la furia del huracán, ni al ojo de Fellini.
La cámara recorre lo que huracán deja, las sobras de la muerte. Horror
se escribe Hurrican. Miles de personas desorientadas sin saber donde ir y otras
que se fueron sin saber como, ni adonde, han quedado fuera del encuadre del
cineasta. El alcalde de Texas, Bill White, el Blanco de Bill, ha mandado tropas
especializadas de ese estado, a proteger la ciudad fantasma, de la violencia
desatada por francotiradores, violadores, saqueadores y personas desesperadas
que buscan sobrevivir. Es inútil separar la identidad de un lugar, tan marcado
como Nueva Orleáns y el Sur de Estados Unidos, en su tradición
musical y esclava. Cargado de historia, etnias, culturas, modos y
maneras, un sitio para la vida. New
Orleans es más que una presunción del espíritu. Es un museo musical en vivo.
Louis Armstrong, Fats
Domino y Danny Barker, tres nombres con historia universal. Domino, de 77 años,
con 110 millones en venta disquera en su carrera, pionero de rock an roll, fue
erscatado por un barco en las proximidades de su casa. El legendario músico
Eddie Gabriel, de 94 años, aún no aparece.
Silvia Banfield
Difícil epilogar la muerte, como una rutina del diario vivir. La muerte es más
negra que en otras ocasiones. Agosto pintó de negro el calendario este 2005,
ruinoso, tenebroso, pavoroso, siniestroso, huracanoso. De barranco sin freno.
Los cadáveres son negros en el Mississippi, negro es también el futuro de la
Casa Blanca. 10.000.000 de kilómetros cuadrados es la superficie del agujero
negro en la capa de ozono y en crecimiento como un bien raíz de terror que nos
alquila Estados Unidos a todos en la tierra, allá en el cielo. Un entierro
anticipado párale planeta contaminado. El poder letal de las fuerzas oscuras,
no es lo mismo
que el viejo Poder Negro. ¿El Hombre prepara un Big Bang en la Tierra?
Los Hombres de Negro borraron en su película la memoria de Nueva York. ¿El
Number One podrá borrar de la memoria de los negros, Katrina? Irak y Afganistán
viven su propio horror, desde que fueron invadidos, por el Huracán de
las Naciones Libres. La sangre corre por el desierto, como si fuera petróleo,
el negro pecado de los ricos de Occidente. Quizás cuando se le acabe la
gasolina al mundo, se detenga a reflexionar. Veamos grandes masas humanas
dirigirse a los desiertos, bosques, al mar. Volver a la naturaleza, como si fuéramos
un gigantesco ciempiés. Más cerca de los árboles, helechos, santuarios de
vida Hay que volver a respirar el verde atardecer de la esperanza.
La necesaria Utopía del día después del mañana. Los habitantes de
Nueva Orleans pueden hacer un ejercicio de su maravilloso Negro Spirituals,
ahora que la ciudad quedará
completamente abandonada. Algunos se llevarán la imagen de la sobre vivencia
deportiva del Superdome, un gigante de cemento herido, donde se violó, robó,
humilló, degolló y alguien también murió. 14 son las víctimas reconocidas
en el estadio, 14 medallas olímpicas al terror. ¿The Big Easy?New Orleans
se mudó al mar/naufraga el blue/naufraga el Jazz/la ciudad volverá a comenzar/
a pedalear/New Orleans, no bajes la cabeza/nadie te enseñará a soñar/vuelve
con tus pies/ a la tibieza, los caminos
de ayer, mañana/Ciudad irreal, tu paisaje es el mar/el río que te atraviesa/el
alma, dolor de negra espuma/New Orleans/vuelve a soñar/pájaro negro de corazón
rojo/volverás a volar/New Orleans/New Orleans/abre los ojos/llegó la hora de
despertar.©2005