Pese a que el presidente Mauricio Macri se encontraba en viaje a Qatar y China para participar de la Cumbre del G20 estuvo atento a la destitución de Dilma Rousseff en Brasil y a los acontecimientos que marcaron una señal de partida para las elecciones de 2017.
En algún punto ambas cuestiones se tocan: el desempeño político-económico de Brasil marcará en buena parte el derrotero argentino en el mediano plazo y, por ende, mejorará o empeorará las perspectivas electorales del oficialismo el año próximo.
El Gobierno evitó intervenir directamente en la crisis institucional brasileña en los últimos meses, pero tampoco dio un respaldo contundente a la administración de Dilma Rousseff, bastión de la izquierda sudamericana de la última década.
La primera reacción oficial tras la destitución fue un comunicado de la Cancillería en el que el Gobierno manifestó que "respeta el proceso institucional verificado en el hermano país".
"Lo que esperábamos era que Brasil resolviera su crisis y que arranque. Necesitamos un interlocutor definitivo y ojalá ahora pueda ponerse en marcha para que eso impacte positivamente en la economía argentina", señaló una fuente oficial.
En los primeros siete meses del año, el comercio bilateral acumuló un saldo desfavorable para la Argentina de 2.575 millones de dólares, más del doble del saldo desfavorable de 2015 para esta altura del año.
Macri y el presidente Michel Temer se verán en las próximas horas en Hangzhou, sede de la cumbre del G20. No hay un encuentro formal en agenda pero podría concretarse. Si no es en China la reunión bilateral quedaría para la Asamblea General de Naciones Unidas, que comenzará quince días más tarde en Nueva York.
Además de la agenda bilateral pendiente, Macri y Temer deberán abordar la sensible cuestión del Mercosur, hoy trabado por la tensión nacional y regional en Venezuela. Es cierto igual que este nuevo gobierno brasileño no muere por la unión aduanera.
Piezas que se acomodan
Macri y sus armadores electorales también se sorprendieron con la aparición de Margarita Stolbizer en la cumbre del Frente Renovador-UNA, junto a Sergio Massa, José Manuel de la Sota y Roberto Lavagna. El tigrense la presentó formalmente como parte de una "nueva construcción de centro" y la líder del GEN lo complació al afirmar que ese era "el lugar donde quería estar".
Más tarde, Stolbizer volvió a jugar a la indefinición: "El Partido GEN forma parte del Frente Progresistas. Con ellos definiremos el año próximo nuestros acuerdos electorales", escribió en las redes sociales.
De todos modos, su presencia en Parque Norte lanzó un mensaje a dos bandas. Por un lado, que Massa pone en segundo plano un reagrupamiento del FR con los "renovadores" del PJ oficial y por el otro, que la dirigente bonaerense toma distancia de la posibilidad de integrar la escudería oficialista el año próximo.
La autora del libro "Yo acuso" contra la corrupción kirchnerista este martes había estado reunida con el Presidente y previamente había recibido una oferta formal de su amiga María Eugenia Vidal para que sea candidata de Cambiemos en Buenos Aires el año próximo. Le había pedido pensarlo hasta fin de año.
Curiosamente, la misma respuesta que había dado Stolbizer a Vidal recibió Mario Quintana, hombre de confianza de Macri y Marcos Peña, de Elisa Carrió el último fin de semana. "Veremos a fin de año si me presento", postergó la chaqueña. El ex CEO del Grupo Pegasus también estuvo con Massa para aceitar la agenda parlamentaria pendiente.
Con esas indefiniciones, Cambiemos no quiere perder tiempo y empezó el testeo de imagen y variantes electorales.
Algunos dicen que volvieron a tentar a Gabriela Michetti, quien aun afectada por el caso del dinero robado en su casa, es de las que mejor mide en Buenos Aires. Habrían recibido un rotundo no.
Las opciones más claras son, hoy por hoy, la del ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, predispuesto a dar pelea en la principal provincia del país y Jorge Macri, cuyas recorridas por territorio bonaerense comenzaron a intensificarse.
En la mesa de Cambiemos aspiran también a seguir incorporando intendentes justicialistas. En las últimas horas, Vidal llevó a su gabinete a Lomas de Zamora para un foto taquillera con Martín Insaurralde, pero el marido de Jessica Cirio es uno de los protagonistas de un nuevo armado peronista post K.
Ese escuadrón se compone de intendentes -debe su nombre "Esmeralda" a la oficina de Insaurralde en la Ciudad de Buenos Aires que sirve como punto de encuentro-, cuatro gobernadores y Miguel Pichetto, quienes también compaginaron este miércoles un virtual lanzamiento para las elecciones del año próximo.
Habrá que ver si ellos son el nuevo centro de gravedad del PJ para recuperar el poder en 2019 o si habrá otros campos magnéticos y qué pasará con Cristina y Daniel Scioli.
Porque hay que respaldar unGobierno corrupto, bastante con lo que tenemos acá. Corrupción hasta la orejas !!! El gobierno de los Kirchner ha sembrado el camino de calamidades, no veo que le debemos al Sr Lula O la Sra Rousseff...? No he estado en Brasil, con esos mandatarios, pero si alli la izquierda es como acá ...bue... No se si reir o llorar.