A partir del momento en que surgió el primer caso comprobable de turismo
sexual con menores -cuya causa
penal se inició con intervención de la Fiscalia de
Instrucción numero 7 y del Juzgado
Nº 45-, la división Delitos contra
Menores de la Capital Federal accionó rápidamente para identificar a las turistas involucrados en la oferta sexual con
chicos menores que pedian en la calle y
a quienes se les ofreció la suma de $ 40 a cada uno por dejarse fotografiar desnudos. Debido a los
"operadores" de calle del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires, la policía y la
Justicia, se pudo tomar inmediata intervención y evitar que este delito se llevara adelante.
La
hipótesis que se baraja al momento de investigar y comprobar por qué nuestro
país -junto con Brasil y Paraguay- es atractivo para estas redes de traficantes de menores,
es muy simple: Argentina es un país barato y muy atractivo para la comunidad pedófila, que encuentra un campo
propicio para desarrollarse debido a la existencia de niños de la calle y de
hijos de cartoneros. Tanto unos como otros son tentados con lo mínimo
indispensable por quienes quienes ejercen la pedofilia y, en ocasiones, esto
es aceptado con tal de salir de donde están.
Por
otro lado, el vacío legal que existe respecto de este tema no permite luchar
abiertamente contra este delito de manera apropiada y se escapa de las manos
de las autoridades encargadas para tal efecto.
Hay
campañas del gobierno de la Cuidad de Buenos Aires en las cuales se le pide a la gente que denuncie todos
aquellos casos de prostituciòn infantil y figuras delictivas afines que
conozca, a la línea telefónica 102.
Las
cifras oficiales, que se determinaron a través de las Defensorias Barriales
de Buenos Aires, arrojan un total de 52 casos de chicos víctimas del negocio
de la prostitución. Las
edades de los chicos que prefieren los pedófilos son de 8 años para las
nenas y de 12 para los nenes, según un estudio del Consejo Nacional del
Menor en Internet.
La
llamada triple frontera, límite entre Argentina, Paraguay y Brasil,
es una zona de alto voltaje en el ámbito sexual. Es por eso que la
Organización Internacional del Trabajo OIT investiga redes de tráfico de menores para la prostitución y la expansión del
turismo sexual en un mercado sostenido por agencias de viajes y cadenas de
hoteles.
Asimismo,
la OIT considera que unos 3500
chicos que viven en la Triple Frontera están
vinculados con las distintas formas de explotación
sexual, trabajan en las calles sobre todo en el Paso Fronterizo de la
Amistad y son reclutados por las redes de explotación.
Los hacen trabajar en cabarets, prostibulos y discotecas de la zona.
En Brasil ocurre
algo similiar. Por medio de la Pestraf,
uno de los
organismos especializados en infancia, se conoce que que existe una “red de trafico alimentado por la
industria del turismo que
se mueve a través de 241 rutas nacionales e internacionales de Brasil
dedicadas al trafico ilegal de mujeres, adolescentes, y niños....”
Ante
semejante situación la OIT lanzó
una campaña de prevención entre los 182 hoteles
internacionales de la ciudad de Foz Iguazú para terminar con estos tours
o charters de turistas europeos y norteamericanos, que utilizan a
menores para explotarlos sexualmente.
Ante
la gravedad que presenta el tráfico y turismo sexual con niños, las
Oficinas de UNICEF, tanto a nivel
nacional como internacional, se
han mantenido activas en el seguimiento de
este delito. Esto se vislumbra a través del art. 34 de la
Convención de los Derechos del
Niño en el cual se establece "que los Estados partes se comprometen a proteger al niño contra todas las
formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin, los Estados
partes tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional,
bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir:
1) La incitación o la
coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal;
2) La explotación del niño en la prostitucion u otras prácticas sexuales ilegales, 3)
La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos ....”
El abuso sexual de menores era algo que sólo parecía darse en países pobres y con alto grado de
analfabetismo pero que se está produciendo
en la Argentina de hoy. Redes de pedofilia operan
con total impunidad utilizando a niños
y a turistas a cambio de
importantes sumas de dinero, en
lugares turísticos de máxima importancia.
Aquí se emplearía
la conocida frase: "Primero se
llevaron a los enfermos (...) a los pobres,
y ahora me tocó y vienen por mi."
Graciela Catalán Álvarez
Fuentes:
-Consejo
del Menor y la Familia.
-Campaña "Sin clientes no hay prostitucion infantil"
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