Los presidentes Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando De La Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, deberían pedirle perdón a todos aquellos que desde hace años trabajan en el Hospital Alejandro Posadas de Haedo.
Los elegidos por el voto popular, no tuvieron la decisión de normalizar al Hospital. Designaron interventores que agravaron la situación del centro de salud. Durante 22 años la democracia no fue capaz de implementar una correcta política sanitaria y administrativa que culminara en el llamado a Concurso para elegir al Director del Hospital Posadas. La importancia del Posadas lo dan las estadísticas que se conocen:
650.000 consultas por año.
13.000 cirugías por año.
4.000 partos por año.
19.000 egresos por año.
10.000 determinaciones diarias de laboratorio.
El personal alcanza la cifra de 1.200 personas y existe cerca de 400 personas que se desempeñan en forma precarizada, es decir sin nombramiento. Un ejemplo es lo que sucede con los trabajadores del Servicio de Bioquímica que desde hace tiempo que no reciben ninguna retribución. Como no tienen dinero para viajar el laboratorio se ve obligado a suspender prestaciones.
El hospital se asienta en 22 hectáreas, ocupa 56.000 metros cuadrados de superficie cubierta, distribuidos en 7 pisos y divididos en 4 pabellones agrupados por sectores: A-B y C-D, unidos por un sector central en el primer piso y la planta baja.
Entre el 27 y 28 de marzo de 1976, el general Reynaldo Bignone, comandó a las tropas que invadieron el Posadas. Tanquetas, camiones y helicópteros tripulados por personal superior y soldados, tomaron la ciudadela. Los enemigos eran médicos, enfermeros, empleados y pacientes.
El primer interventor militar fue el coronel médico Abatino Di Benedetto, quien fue suplantado por otro coronel médico, el sanguinario Julio Ricardo Estevez. Este último introdujo en el lugar a un comando de criminales conocido con el nombre de Swat, que habían sido adiestrados en la época que el “brujo” José López Rega era ministro de Bienestar Social de la Nación. Desde el momento de la irrupción de este grupo la desaparición, la tortura, la persecución de trabajadores ligados a la salud fue una constante.
Utilizaban para sus tropelías un chalet que se encuentra en los fondos del lugar, a escasos cien metros de la calle Marconi, donde en la actualidad se encuentra la Escuela de Enfermería.
En el año 2004 una enfermera que había sido torturada por un integrante de Swat, lo vio caminando por una calle de Haedo y lo siguió. El sujeto Cecilio Abdenur no podía pasar desapercibido con sus 2 metros de altura y sus casi 200 kilos de peso, pero había logrado mimetizarse entre la gente debido a los años de impunidad. Se comprobó que era custodio de una sodería que se encuentra en Gaona y Monseñor de Andrea y que también se desempeñaba como suboficial Principal de los Bomberos Voluntarios de Morón. Abdenur vivía en la calle Conesa 704, de Haedo, domicilio que abandonó cuando el barrio fue alertado de su presencia. Cuando se anunció una marcha de repudio ya no estaba en el lugar, había cambiado de guarida.
La Asociación de Profesionales del Hospital Posadas tiene razón de quejarse, porque desde la dictadura el único interlocutor que tienen siempre es un interventor. El presidente de dicha Asociación Luis Canievsky culpa en la actualidad al ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, de ser el único responsable de la situación en el gobierno del presidente Kirchner: “ Hay una soberbia e irresponsabilidad tan grande que no es capaz siquiera de sentarse a negociar, quizás porque nosotros no avalamos negocios ni tejes políticos en el hospital ”.
Recorriendo los pasillos del Posadas se observan carteles con solicitudes dirigidas a las autoridades, por ejemplo se solicita $ 500 pesos de adelanto a cuenta, participar de las paritarias y siempre el clamor que pide por la inmediata normalización del centro de salud.
Unos de los orgullos del Posadas era su farmacia. No había paciente que se fuera sin el medicamento recetado, ahora la situación se ha deteriorado, algunos se van sin el medicamento y no lo pueden comprar, agravando la situación por la que concurrieron al nosocomio.
La privatización de la empresa de limpieza ha causado no pocos problemas, primero con la Empresa Levviser, que en forma encubierta era explotada por un ex dirigente de ATE (Asociación Trabajadores del Estado), y en la actualidad con NFM (Insumos Hospitalarios), en la cual los trabajadores no cobran en forma puntual, ni le son depositadas las retenciones jubilatorias, ni de las obras sociales, ni de los sindicatos.
Durante la presidencia de Fernando De La Rúa, su ministro de Salud Héctor Lombardo, nombró una triada integrada por Néstor Sciarrota, Jorge Saguier e Ignacio Katz. Este último escribió un libro sobre su experiencia en el Posadas, que denominó: “Argentina Hospital, el Rostro Oscuro de la Salud”, donde intenta colocarse en una posición cómoda, olvidando que en una oportunidad ingresó al hospital acompañado de la Policía Federal, con una represión que dejó un saldo de 4 heridos y varios contusos. La resistencia de los trabajadores a la figura de Katz era que este defendía a rajatablas el descuento de los sueldos del personal.
Durante la intervención de esa triada intentaron nombrar jefe de Seguridad al ex comisario Jorge Colotto, quien se desempeñó como subjefe de la Policía Federal, en la gestión del comisario Alberto Villar, uno de los jefes de la Triple A. Colotto en la elección de octubre de 2005 es candidato a diputado en primer lugar de la lista del Partido Nuevo Triunfo que orienta el nazi Alejandro Biondini.
El Posadas afronta una indisimulada carencia de insumos básicos, existe una deuda cuantiosa con los proveedores y el dinero que ingresa se esfuma por sobreprecios, que es una forma repetida de la corrupción.
A diferencia de la ciudad de Buenos Aires que tiene 33 hospitales para 3 millones de personas, el Posadas está enclavado en un área donde viven 4 millones de personas.
Hace poco tiempo Rigoberto Cuellar le dejó su lugar a un nuevo Interventor, Bernardo Matzkin. En el último tramo la intervención suspendió el código de descuento de la cuota que se le quita por recibo de sueldo y se destina a la Asociación que los núcleo. Por los pasillos se ven carteles que condenan esa actitud, señalando que el la actitud es discriminatoria, antidemocrática y un atentado a la libertad sindical.
La democracia tiene una deuda de honor con el hospital Posadas. Qué la desaparición de tantos trabajadores no haya sido en vano.