GLOBALIZACIóN.
Tiempos postmodernos, la globalización y su resultante económica, el
neoliberalismo transnacional financiero. Sucede que la hiperrealidad global
dirigida por el avance de las fuerzas ocultas del Magno Capital, están
colocando un escenario de hierro en que muy pronto, al verse colapsados los
mercados locales y nacionales -que ya van en derrota por el capitalismo
internacional- surgirá la Gran Guerrilla Capitalista, en que los empleados,
arrastrados por la desesperación de no perder “su” única fuente de
trabajo, irán a combatir defendiendo los intereses de sus patrones, poseedores
de las más grandes propiedades transnacionales, los “anónimos” accionistas
mayores que dominan y se disputan el mundo: Fuera tal vez la Última Guerra
Final de trabajadores, en defensa y ataque de empresas.
¿Quién puede entender esto? La consternación los llevará
a obedecer las órdenes, y han de ser ejércitos de privados los que combatirán
contra privados de otras partes en pos de la Torta General, hasta quedar uno: El
colosal Rey del Planeta Tierra. Y en esta Guerra de Corporaciones, el Estado
nación estará abolido y el Estado en sí no existirá siquiera en el recuerdo:
los particulares más poderosos habránse hecho los “nuevos”
“Estado-Empresa”, con lo que en vez de partir al futuro, volveremos al
feudalismo, y las guerras entre la tierra de nadie será la de todos por el
Monarca (empresario internacional), que pretenderá apropiarse de otros
“mercados” aplicando la disuasiva fuerza de quizás qué bombas atómicas de
dinero, para obligar ya no a vender por las bajas acciones, sino rasamente por
la potencia misma, bélica, hasta apropiarse de la empresa del enemigo.
Se contará más muertos que en la Segunda Guerra Mundial,
pero este Señor permanecerá indemne en su órbita espacial o en el lugar más
seguro. Una vez acabada la Guerra de guerras, “el” propietario del planeta
vendrá a ver cómo andan las cosas y marchará nuevamente con la confianza y
seguridad de que todos sus dependientes le producirán y consumirán lo que
ellos mismos produjeron; por lo tanto no existirá ni siquiera publicidad, sólo
un memorando: “Ahora Hay Que Comprar Tal Producto. Firma, el Dueño del
Mundo”. Mas, acudirán otros propietarios de otros orbes y si son más
poderosos, termine “nuestro” Amo vendiendo o perdiendo la Guerra
Interplanetaria.
¿Y la Guerra de Guerras tendrá fin? …
Mauricio
Otero
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*Publicado por vez primera en Internet en 1999, en El Chileno. Lo editamos hoy
por su actualidad palpitante.