"Quedaré en la historia por haber derrumbado a dos presidentes", se jactó meses atrás el detenido ex titular de la Cámara de Diputados de Brasil Eduardo Cunha, un político que elevó la práctica del chantaje a una categoría de sofisticación desconocida incluso en el crudo mundillo político de Brasilia, la ciudad del "ayudame a ayudarte".
Cunha fue el motor y el cerebro del proceso de impeachment a Dilma Rousseff que terminó con el ciclo de 13 años en el poder del Partido de los Trabajadores (PT). Actuó con la complicidad del presidente Michel Temer, con el que durante años colonizó para su partido, el PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), aliado al PT y a todos los oficialismos, numerosos puestos en directorios de empresas estatales usados para desviar dinero y financiar la política en forma ilegal.
Completada la destitución, Cunha perdió el mandato por decisión de la justicia, fue detenido y desde la cárcel envió inúmerables mensajes a Temer amenazándolo con una delación.
El temor del mandatario a que Cunha hablara quedó expuesto con una grabación revelada el miércoles en la que Temer pide al dueño del frigorífico JBS Friboi, Joesley Batista, continuar comprando el silencio del ex jefe de la Cámara de Diputados.
En otro mensaje a Temer, Cunha, detenido por la tenencia de cuentas no declaradas en Suiza en las que recibió cinco millones de dólares por favorecer contratos en Petrobras, aseguró que una eventual delación de los dueños del frigorífico JBS Friboi, mayor productor mundial de proteína animal y un imperio construido a fuerza de crédito público barato, iba a dejar el caso Odebrecht para un juzgado de pequeñas causas, como se llaman en Brasil a los tribunales para dirimir asuntos de menor cuantía.
La delación de los hermanos Batista, principales ejecutivos de JBS, parece darle la razón a Cunha.
La crisis política brasileña llegó a un ápice. Es la primera vez desde que hace tres años estalló la megacausa de la Operación Lava Jato que aparece un delator con autorización judicial para grabar, filmar y marcar billetes para producir delitos flagrantes.
Una de las principales nuevas "víctimas", además de Temer, es el senador Aécio Neves, candidato presidencial derrotado en el 2014, cuyo mandato suspendió hoy el Supremo Tribunal Federal (STF), que discutirá su eventual detención. La hermana de Aécio, Andrea, su histórica operadora todoterreno, fue detenida con un ticket comprado para viajar a Londres.
Temer reconoció que se reunió con Batista, pero negó que le haya dado su aval para callar a Cunha con una montaña de dinero.
El establishment político ya calibra cómo lograr que la salida de Temer del poder provoque el menor trauma institucional posible.
La Constitución Brasileña prevé en casos de acefalía en el Ejecutivo y cuando resten menos de dos años para la conclusión del mandato constitucional vigente, como es el caso, el llamado para que una Asamblea Legislativa integrada por los 513 diputados y los 81 senadores federales elija un interino. Hasta entonces, y por un plazo de 30 días, el país quedaría en manos del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.
Pero senadores como Ronaldo Caiado, un ruralista del conservador partido Demócratas que apoyó decididamente el impeachment a Dilma, ha dicho que la "la crisis no soporta un nuevo remiendo".
Su visión, compartida por otros miembros influyentes del Congreso, es que el Poder Legislativo, a fuerza de constantes delaciones a muchos de sus miembros, perdió la legitimidad para elegir un presidente por un año y medio por lo que no quedaría más opción que anticipar el calendario electoral.
Una elección directa anticipada requeriría sin embargo un enmienda constitucional o una compleja arquitectura (o atajo) legal. El dilema está siendo discutido en estas horas en Brasilia, donde incluso ya aparecen candidatos para reemplazar a Temer mediante una elección indirecta, con los juristas Carmen Lúcia (presidenta del TSF) y el ex ministro Nelson Jobim a la cabeza de una lista que también integra el ministro de Hacienda Henrique Meirelles.
La inestabilidad que se inició en el 2014 tras la ajustada reelección de Dilma luego de una violenta campaña que envenenó el ambiente político, aún está lejos de acabar.
Por estas horas, Temer juega su última carta, la de denunciar una conspiración. Su altísima impopularidad y su descrédito conspiran contra su apuesta.
Temer tiene que saber demostrar que esto es un montaje,fotografico, video trucho y gente que sabe como armar, con tecnologia de punta " documentos que parecen reales" pero que son todos montajes y ediciones truchas. Si temer logra zafar de esta, tambien fue todo un montaje lo de los bolsos de las religiosas del monasterio, la contada de plata de los muchachos de Baez.... En fin,que entramos en un camino cada vez mas escabroso ypeligroso de lo que llega a ser la fiera lucha politica en los modernos dias de hoy.
Esta crisis de Brasil le pega directamente a la Argentina, por nuestra economía está endeudada y abierta como en los 90, donde nos pegaba el efecto Tequila, el efecto Caipiriña y el efecto Vodka. Pero como gran parte del pueblo argentino tienen mala memoria votó para que ésto vuelva a suceder y no tuvo en cuenta que el efecto de la caída de Leman Brhoter en el 2008, no tuvo un efecto tan devastador como los antes señalados ¿ Por que? por que Argentina se estaba desendeudando y tenía soberanía economica.