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Jugando en el jardín de los pingüinos felices

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CUANDO LA POLÍTICA ES UN CUENTO
CUANDO LA POLÍTICA ES UN CUENTO

    María Elena Walsh definió la Argentina del Proceso como “el país jardín de infantes”, en el que una caterva de uniformados genocidas pretendían reducir a la población a unos millones de enanos mentales. En la actualidad, el matrimonio Kirchner y sus secuaces intentan algo similar. Mediante la intoxicación informativa, la mentira y los engañosos golpes de efecto, travisten la acuciante realidad nacional en la imagen de cartón pintado del jardín de los pingüinos felices. En el cual los camiones de la alegría del hada feliz Alicia K, recorren el conurbano regalando electrodomésticos, y la inflación es culpa exclusiva de los supermercadistas. Territorio siempre cercado por los pulpos internacionales, como la empresa Suez, acusada por la señora primera ciudadana Cristina de querer mancillar el honor nacional y de “faltarle el respeto al pueblo argentino”. Mientras su marido, “vencedor del FMI”, inunda las pantallas con falsas promesas y posando como pingüino benevolente, aumenta progresivamente la caída de su imagen positiva. Cada vez son más los televidentes que, hartos de verlo aparecer a cada rato vociferando en la pantalla, lo insultan y cambian de canal, y cuando lo ven de nuevo, arrojan contra el televisor algún zapato o similar. En una semana en la que recrudecieron las denuncias sobre compra de votos, iniciada por Perfil y continuada por La Nación, el oficialismo negó lo evidente y como siempre, dejó la palestra al lenguaraz Aníbal Fernández, quien afirmó que “es una enorme expresión gorila del que le molesta que aquel que no tiene heladera la pueda tener; lo siento como una cosa espantosa”.
    Lo que molesta realmente, mal que le pese al ministro, es que mucha gente no tiene con qué llenar esa heladera
. Pues no posee trabajo digno como bien lo expresaron algunas personas, según el primer diario que informó sobre esta práctica deleznable. Y esto es, precisamente, una actitud gorila, puesto que si los desocupados les reclamaban un empleo a las huestes del Ministerio de Desarrollo Social, estos les cerraban la boca diciéndoles que agarraran los artefactos porque sino se los daban a otros.
    En vez de espantarse con esto, el periodismo felpudo intentó minimizar el acontecimiento o adjudicárselo sin más al duhaldismo o a los piqueteros virtuales de D’Elía y Ceballos. Lo cual resulta otro atropello a la razón, Discépolo dixit, dado que resulta difícil imaginar a estos dos personajes contando con semejante aparato (camiones y vagones atiborrados de enseres). Pero a la hora de esquivar el bulto, es dable disfrazar a la única realidad con un impecable manto de mentiras.
Aunque el presidente de la Nación fustigue a la década maldita del 90, de la cual fue parte integrante, el acontecimiento con su hijo Máximo y la custodia en Río Gallegos, revela que sus ínfulas incluso han superado a la corte menemista en pleno. Y el subsiguiente episodio de censura sufrido por Jorge Lanata, revela con creces los niveles de asfixia que amordaza cotidianamente a la prensa independiente: “la agencia OPI de Santa Cruz publicó ayer una nota titulada Censura en Río Gallegos. Allí comentó que mientras se transmitía el programa de Radio Del Plata “Lanata AM” (que retransmite en la provincia sureña la FM 99.3) la señal se cortó “abruptamente”. Según OPI, eso ocurrió “en el preciso momento en el que el conductor radial y televisivo entrevistaba al comerciante de nuestra ciudad Argentino Sacarello quien narraba las alternativas que había vivido cuando fue golpeado por la custodia presidencial en calles de esta capital”. La agencia consignó que algo similar ocurrió con el programa de Nelson Castro”, según un despacho publicado por el sitio Diario sobre diarios el viernes 7.
    Las declaraciones del embajador francés Lott, quien calificó a Kirchner de “populista y sesentayochista”, hicieron blanco en el centro del oficialismo quienes buscaron electoralizarlas, tal como ilustra un editorial del diario Río Negro:“según parece, el presidente y su esposa están tan impresionados por la reacción favorable a sus arengas de quienes asisten a sus actos electoralistas, que no les importa que otros las escuchen con una mezcla de desconfianza y perplejidad, tratando de decidir si sus arranques reflejan lo que realmente piensan o si sólo se deben a su manera particular de“construir poder”.


Lo que viene

    Los "baches" del kirchnerismo cada vez se hacen más evidentes. Muchos empiezan a hartarse de las chicanas de campaña y se empieza a imaginar el escenario para el 24 de octubre, una vez que haya pasado el torbellino electoral.
    Nadie en su sano juicio puede creer que los grandes temas encuentren solución después de esa fecha. El apriete a los medios, los negociados de Julio De Vido, el narcotráfico K, los fondos de Santa Cruz, la debacle del modelo "3 a 1", la imparable suba de precios, y tantos otros temas, difícilmente puedan ser resueltos por la mera victoria del oficialismo o alguno de sus impresentables competidores.
    Como parte de la campaña del todo vale, en el día de hoy Mauricio Macri, Elisa Carrió y Rafael Bielsa, se verán las caras en la misa de la Catedral Metropolitana que se realizará en memoria de las víctimas de Cromañón. También estarán Ricardo López Murphy, Patricia Bullrich, Patricia Walsh y Jorge Altamira. El incombustible jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, obviamente, no se hará presente. "Todo sea por un voto", decía mi abuela. Y no se equivocaba.
    En el mismo sentido, se sabe que Néstor Kirchner viajará a Madrid el próximo 13 de octubre, un día antes del comienzo de la XV Cumbre Iberoamericana, que tendrá lugar en Salamanca y que concluirá el 15 de octubre. En dicho evento, el rey de España ofrecerá una cena de gala para agasajar a los mandatarios que asistan a la Cumbre. Allí, según informara oportunamente el diario Ámbito Financiero, Juan Carlos I, tal vez logrará juntar a Eduardo Duhalde y a Néstor Kirchner.
    Antes de ese evento, el primer mandatario viajará junto a su esposa Cristina y el oscuro gobernador bonaerense Felipe Solá a la ciudad de Mar del Plata, yendo a contramano del tráfico turístico del fin de semana largo. Allí aprovecharán no sólo para hacer campaña en miras a las elecciones, sino también para asegurarse que todo esté en orden para la visita del presidente George Bush en noviembre.
    Nada debe quedar librado al azar. Y a esos efectos se están destinando enormes sumas de dinero para sostener la supuesta imagen positiva del oficialismo, encuestadoras obsecuentes mediante. Lo mismo sucede con los medios de prensa. Aumenta la publicidad oficial en proporción directa a los elogios a la gestión de Kirchner. Las tapas de diario Clarín ya son directamente irreales. No hay un sólo acto de corrupción y solamente se publican loas hacia las acciones del Gobierno. Los millonarios aportes de dinero de Alberto Fernández a Héctor Magneto (CEO de Clarín) no parecen ser casuales en ese sentido.
    Fuera de lo que el dinero oficial puede comprar, apareció esta semana una interesante encuesta que pone en duda algunos de los números que se están mostrando en las últimas semanas. Hablamos de la medición realizada por la consultora de opinión Delta, empresa que suele discrepar con los números que arrojan los sondeos "oficiales".
    Esto probablemente tenga que ver con el método de trabajo que utilizan. Así lo cuenta Agencia NOVA: "Anteriormente las mediciones se realizaban mediante formularios preestructurados, y en la actualidad el mejor método para hallar resultados más exactos es el que denominaron “simulacro electoral delta”, al cual lo están implementando otras encuestadoras y con seguridad en un futuro no muy lejano será el único método viable para medir intención de voto correctamente.
    El método consiste en la entrega al consultado de un sobre que contiene un juego completo de las boletas que participan en esa localidad y se lo invita a que realice su voto en el interior de su vivienda utilizándola a modo de cuarto oscuro.
Una vez realizada la elección, el sobre cerrado lo deposita en la urna que los encuestadores poseen para la ocasión. Las boletas que no utiliza quedan en su poder para que el método sea respetuoso de la privacidad de su sufragio".
    El indicador que maneja Delta de cara a las próximas elecciones le daba a Cristina Fernández de Kirchner, en agosto, 40,9 puntos contra 25,9 de Hilda “Chiche” González de Duhalde. En tercer lugar, pero con una gran distancia respecto a la segunda, estaba el PRO con Ricardo López Murphy a la cabeza de la lista con 9,7; y de cerca lo seguian, Marta Maffei del ARI con 8,5 y Luis Brandoni representando a la UCR, con 7,3.
    Ya para septiembre, y acercándonos a la fecha de las legislativas, la perspectiva de la consultora con respecto a Cristina y Chiche, las dos contendientes más importantes, la brecha se acortó notablemente ya que la primera bajó a 38,2 y la segunda subió cerca de 3 puntos hasta llegar a los 28. Es decir, casi 10 puntos de diferencia. Bastante lejos de los 25 que jura diario Clarín que existen hoy.
    La consultora de opinión Delta trabaja desde hace 11 años realizando sondeos cada vez que se lleva a cabo una elección en la provincia de Buenos Aires, y suele tener un margen de error muy acotado, por lo cual las esperanzas duhaldistas crecen al ritmo de sus números. No tanto porque crean que van a ganar la elección sino porque siente que no los van a "arrasar". Es decir, que sólo perderían por entre 10 y 15 puntos.
    Fuera de la pelea bonaerense, los candidatos a diputados por la capital porteña mantienen su propia batalla. Elisa Carrió aseguró esta semana que la lucha es entre ella y Mauricio Macri con un “empate técnico” según las encuestas. Y afirmó que el canciller Rafel Bielsa, “no cuenta” en la competencia. Por su parte, Alberto Fernández, en un intento de remontar los números de las encuestas lo defendió, asegurando que el voto de Macri y Carrió está “estancado" pero el de Bielsa es “creciente” por lo que hay una “paridad”. Manotazos de ahogado, que le dicen.
    Lo cierto es que, como decimos cada semana, el país sigue virtualmente parado, sin un plan económico concreto y con actos de corrupción que jamás verán la luz porque todo el mundo aparenta estar abocado a "cubrir" una pelea electoral que excluye el interés público por completo.
    El oficialismo gasta millones de pesos al año para asegurarse una buena imagen y resultados apabullantes en las urnas. Se dicen las cosas más disparatadas en pos de ganar un voto más cada día. Se desvían recursos del presupuesto nacional a cada momento. Se negocia con políticos "de prontuario". Se corrompe a los medios. Se aprieta. Se agrede injustificadamente. Etcétera.
    En este marco ¿Alguien puede creer que a algún político le interesa realmente la gente?

 

Fernando Paolella y Christian Sanz

 

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