Como consecuencia de un estudio privado que se dio a conocer en estas últimas semanas, se pudo saber que desde fines de 2004 aumentó un 55% la cantidad de viviendas ofrecidas en alquiler. Si bien es cierto que las ofertas de departamentos en Buenos Aires siguen creciendo, los precios siguen en escalada. Por caso, algunos de los avisos que se publican hablan de alquileres de departamentos de 2 ambientes por $1.400 en la zona de Palermo, o en $ 1.900 de 3 ambientes en la zona de Belgrano.
    Estas cifras asustan y los que buscan desesperadamente poder alquilar no lo pueden hacer, porque las condiciones que se exigen son difíciles de concretar. Este estudio privado fue realizado por la consultora Reporte Inmobiliario (Reporteinmobiliario.com), la cual analizó el rubro de alquileres y en el cual constató que en los inmuebles más cotizados, como Palermo o Belgrano se pide entre un 50% y un 70% más de lo que se pedía; en Caballito o Almagro entre un 30% a un 50%, y en el Sur -Barracas o la Boca- entre un 20% y un 40%. 
    La pregunta que surge inmediatamente frente a estos aumentos es ¿Cuáles son los motivos de la suba de precios? La repuesta evidente es que resulta imposible acceder a la compra de una propiedad, debido a que las viviendas aumentaron más en comparación con los sueldos, que quedaron estancados y en condiciones inferiores, a punto tal de determinar el crecimiento de los alquileres.
    La desprotección que sufren los inquilinos es variada porque los contratos antes de expirar en su vencimiento –que lo normal es de dos años- son modificados con cláusulas que no estaban previstas y con fuertes aumentos en el precio del alquiler o bien exigencias de pagar varios meses adelantados que no son legales, abusando del famoso termino jurídico que determina que los contratos tienen efectos entre las partes.
    Es evidente que el descontrol es total y, más allá de las explicaciones que oportunamente dieran la representante de la Unión de Inquilinos, Radames Marini -"... que los aumentos se incrementaron en todos los barrios"- y el especialista Germán Gomez Picasso -que aseveró que "no se sabe que pasará con los precios"-, lo concreto es que no se puede acceder a la compra de un departamento o de una casa en la zona que sea, porque los créditos hipotecarios aumentaron su valor en un nivel que sobrepasa a la actualización de los salarios.
    Por su parte, las  instituciones bancarias del tenor que sean -privados o públicos, como el Banco Hipotecario, Banco  Ciudad o Banco Provincia- también ofrecen líneas de créditos en los que prestan  importantes sumas de dinero para comprar departamentos. Esto a simple vista puede resultar tentador, porque la publicidad  que realizan es irreal, ya que presentan  familias que superan  la crisis económica y compran, pero en la práctica -o  cuando llega el momento de pagar mes a mes- se hace cuesta arriba, toda vez que el cumplimiento es deficiente y las intimaciones del banco hacia el cliente son compulsivas y los juicios  no se hacen esperar.
    Por este motivo, la titular de la Asociación de Usuarios y Consumidores de la Argentina -Adecua- Sandra Gonzalez, reclamó a los legisladores nacionales una ley que regule los precios de los alquileres, los cuales subieron  hasta un 70%. Por ello dijo que "en este país no hay política habitacional y el aumento de alquileres es algo que viene ocurriendo desde principios de año, y peso a ello  los legisladores nunca implementaron un marco regulatorio ya que no ven lo que le pasa a la gente ....”.
    Y es finalmente el inquilino  el que necesita  que el Estado intervenga  o actúe como corresponde, como en su momento lo hizo con  la suba del precio de la carne. Esto cae de maduro, ya que el derecho a la vivienda está contemplado en la Constitución Nacional  y es uno de los derechos más esenciales y que más se encuentra violado por locadores que utilizan el momento de crisis para obtener importantes ganancias.

    Por ello, el día 3 de octubre del año en curso se convocó –organizada por la Unión Argentina de Inquilinos– una manifestación de protesta para que  los inquilinos puedan hacer valer el derecho que tienen frente a situaciones de injusticia y de desigualdad.
    ¿Será justicia?

Graciela Catalán Álvarez