Nuestro país es uno de los más psicoanalizados y donde hay mayor cantidad de psicólogos en todo el mundo. Junto con Nueva York, Buenos Aires es de las ciudades con mayor cantidad de personas que se psicoanalizan. Y, como no podía ser de otro modo, la grieta, la famosa famosa grieta, también atravesó el campo de los psicólogos. Hace tiempo que se viene dando una batalla sorda que la mayoría de la gente ignora.
El problema, es que a diferencia de lo que sucede entre los escritores o los filósofos, entre quienes la discusión es uno a uno, en este caso, muchos psicólogos tomaron de rehenes a sus pacientes y se disputan su voluntad literalmente cabeza a cabeza.
Esta “batalla cultural” se está dando dentro de los consultorios. Muchos pacientes llegan a consulta después de haber tenido experiencias verdaderamente graves: psicólogos que los han querido cooptar con las viejas técnicas de lavado de cerebro o los han echado de sus consultorios por votar a Cambiemos.
En “Los Leuco” presentamos, te diría, la confesión en primera persona de un psicoanalista militante que trata a los votantes de cambiemos de “sadomasoquistas anales”, de “enfermos de HIV”, y de haber sido “violados en su infancia o en la adolescencia”. Escucharon bien. Me da vergüenza ajena decirlo, pero es tan grave que no se puede ignorar lo que está sucediendo. Pero dice todavía cosas mucho más graves en relación con el abuso de menores. Es tremendo.
En una nota aparecida, cuando no, en página 12, titulada “Por qué los votan” el psicólogo Alejandro del Carril, publicó la siguiente aberración. repasemos fragmentos de la nota: “Muchas personas se mostraron sorprendidas por el triunfo de Macri en las elecciones de 2015 y por la defensa de su gobierno que realizan muchos ciudadanos a los que dichas políticas afectan negativamente(…) “Se suele decir que dichas personas votan contra sus intereses.”
O sea, si votaste a cambiemos o sos un estúpido o sufrís de alguna psicopatología. Como dice Cristina: es alguien que se dejó “psicopatear” por el gobierno. No puede entender que alguien que no vote al kirchnerismo e intenta explicarlo mediante la psicología.
Después, violando la regla básica del secreto profesional, cuenta intimidades de sus pacientes: “Tuve la oportunidad de analizar a dos “militantes” del PRO. Uno había vivido muchos años en un país acosado por el narcotráfico (…) en una ocasión la policía lo había detenido sin razón y lo había mantenido preso de forma ilegal en una comisaría durante tres días, donde unos presos se dedicaban a violar a un homosexual todas las noches.” A raíz de lo cual, se infiere, sufrió “Varios problemas en su ano y recto lo habían llevado a tener que realizar varias operaciones en dicha zona. (la zona, aclaro, no es el país, sino el ano o el recto) Vuelto a la Argentina se afilió al partido de Mauricio Macri.”
O sea, se afilió al partido de Macri porque había vivido en un país narco y porque fue violado. Entonces, los afiliados a alguno de los partidos que integran cambiemos, lo son porque tienen problemas anales y fueron violados. No es una interpretación. Ahora lo va a decir con todas letras.
“El segundo, por simpatía y conveniencia laboral, había terminado trabajando con algunos jerarcas del PRO que le prometían ascensos y premios que nunca llegaban”. (Acá podes ver como este psicólogo quiere construir el perfil del monstruo: el paciente es un trepador y los jefes, los jerarcas del PRO, unos mentirosos que lo engañan. Pero sigue hablando de su paciente) “Tenía VIH y sabía que si ganaba Macri era posible que el acceso a la medicación se complicara. Aun así se ponía la camiseta (otra vez, la construcción del cuco: si votas a Macri, tenés HIV, sos un trepador y vas contra tus intereses. Pero además, quiere dejar plasmado el preconcepto falso, que Macri le saca la medicación a los enfermos, cosa que, lisa y llanamente, es mentira). Y continuación la frase más lapidaria para con sus propios pacientes: “Ambos resultaron ser militantes del masoquismo anal.”
Pero no se queda ahí; lo hace extensivo a toda la dirigencia de cambiemos de una manera canallesca, porque se mete con tema muy sensible que es el abuso de menores: “Recientemente, Rufino Varela, ex alumno del Newman, colegio en el que se formó el presidente de la Nación y muchos integrantes de su gabinete, hizo pública la existencia de abusos sexuales a niños en aquel colegio durante la década del 70. Luego se sumaron declaraciones del mismo tenor de parte de otros ex alumnos.” (Además de la aberración que significa, este psicólogo sugiere que la plana mayor de cambiemos fue víctima de violaciones y, claro, deja entrever la sospecha de que el propio Macri pudo ser abusado).
Y acá viene lo más grave: “Los abusadores sexuales suelen decir, cuando los atrapan, que los niños abusados deseaban esas prácticas. Lo cual puede ser cierto en algunos casos.” (No, Alejando del Carril, no. En ningún caso un chico desea se abusado. En ningún caso. Puede ser amenazado. Puede ser presionado. Puede ser engañado, Pero jamás un chico desea ser violado. Es perverso y es muy peligroso naturalizar esta idea que, además de ser mentira, sería naturalizar un concepto falso que viene a confirmar los fallos de Zaffaroni: los chicos son culpables de los abusos que padecieron).
Celebramos que la secretaría de DDHH haya tomado esta denuncia, gravísima, y le de curso.