Ni bien despuntaron las 18, cuando la corporación mediática en pleno con TN (Todo Noticias) como bastonero principal, daba por ganadora a Cristina FK en la provincia de Buenos Aires y a Mauricio Macri superando a Elisa Carrió en la Capital Federal, en los bunkers de Chiche y del ARI se denunciaban diversas irregularidades como faltantes de boletas en las urnas y aprietes varios. En ese momento, los analistas políticos de los canales de cable y aire se largaron a pontificar como loros acerca de un triunfo del centroizquierdismo, encarado por el kirchnerismo, y el centroderechismo cuya cabeza visible son Macri-López Murphy. Esto a las claras conforma una tendencia creciente con miras certeras hacia el 2007, en la cual el hegemonismo pinguinero se volverá cada vez más recalcitrante haciendo campaña permanente para su reelección, rodeado de alcahuetes al estilo de los gemelos no reconocidos Fernández & Fernández, con su fashion mujer siendo la senadora de una provincia en constante ebullición, con la suprema Alicia sin las maravillas repartiendo electrodomésticos para domar voluntades.
Pero, ¿se sabía que es lo que se votaba? Pues si no se le da al ciudadano eficaces herramientas de control de gestión, la corporación política seguirá prometiendo el oro y el moro en la campaña, pero luego de la elección se piantan con el oro y dejan en bolas al pobre moro.
También hay que analizar qué pasa por la cabeza del votante de CFK, y el de Macri, identificados ambos con el éxito y el glamour, cuando en realidad una refleja una frivolidad sin límites más una desmedida ansia de poder, y el otro privatizará hasta el aire que se respira si llega a jefe de gobierno porteño.
Aumenta así el ficcionario kirchnerista, continuador para muchos trasnochados de la línea San Martín- Rosas- Yrigoyen-Perón, cuando en realidad se arroga el sayo del centroderechismo en una segunda etapa en la cual seguramente habrá más de lo mismo. Pues en la campaña caníbal Kirchner salió con una batería de promesas que seguramente no podrá cumplir en Bs As, cuyo cordón industrial es el esqueleto viviente de las viejas glorias peronistas.
"Se murieron los dos partidos grandes", aseguraba Chiche Gelblung al filo de las 20 horas. Lo que en realidad parece haber muerto en esta contienda, es una forma de hacer ideología que hace 30 años muchos dieron su vida creyendo en un mundo mejor.
Lo mismo de siempre
Si alguien cree que a partir de ahora se solucionarán los principales problemas del país, se estará equivocando ferozmente. No es posible creer que algo se modifique en el corto o mediano plazo luego de una elección como la que se ha visto en el día de la fecha.
Los políticos en general no piensan en el bienestar de la gente y eso ya deberíamos saberlo desde hace tiempo. Sólo piensan en su provecho personal, y esta no es la excepción a la regla. La fenomenal victoria de Cristina en la provincia permitirá que el kirchnerismo pueda acceder a una parte interesante del botín que anualmente maneja el conurbano bonaerense y que asciende a más de 28 mil millones de pesos. No hay dudas de que este ha representado uno de los verdaderos objetivos del oficialismo.
La lectura de dicha victoria en la provincia deja un mensaje más que evidente: la gente se ha cansado del duhaldismo y sus oscuros manejos, no sólo por el cansador clientelismo político que suele desarrollar, sino por las drogas y otros negocios non sanctos que usufructúa desde hace más de una década con total impunidad.
En otro orden de cosas y, aunque Aníbal Fernández no lo admita, el triunfo de Mauricio Macri es una real derrota en la Capital Federal para el oficialismo, aunque no tan contundente como lo hubiera sido en caso de haber ganado Elisa Carrió. En ese sentido, el kirchnerismo saborea la victoria de la operación efectuada contra la "ex obesa" Lilita. Y es que muchos de los potenciales votantes del ARI se volcaron a apoyar a Rafael Bielsa luego de conocer la "denuncia" efectuada contra el oscuro Enrique Olivera por la supuesta existencia de dos cuentas no declaradas oportunamete por él en el exterior.
Pero lo más insólito de la campaña ha sido el triunfo del justicialismo por parte del.... ¿justicialismo? Paradójicamente, en el bunker de Cristina se escuchaba hasta hace pocos minutos el canto de la marcha peronista, la misma que el ministro del Interior recomendara oportunamente utilizar de supositorio a los duhaldistas.
Esto significa que, si se reconstruyera luego de hoy el quebrado diálogo entre la gente de Duhalde y la gente de Kirchner -tal cual han anticipado oportunamente dirigentes de segunda y tercera línea-, la sumatoria de fuerzas superaría el 60% de poder real, algo por demás peligroso.
Finalmente, las candidatas-vedettes han quedado sin posibilidad alguna de tener una banca en la Capital Federal y el radicalismo ha conseguido un resultado mejor al esperado, por lo cual todo pronostico que arriesgado hasta antes de las elecciones -incluso el de estos periodistas-, ha quedado lejos de la realidad palpable de hoy.
Así y todo, la campaña que nos ha tocado vivir en los últimos meses, es una muestra de lo despiadada que puede ser la política de estos días. A pesar de los electrodomésticos, de los planes sociales, de los cargos, de las amenazas, de los aprietes, de las chicanas y de la compra de voluntades, han ganado los impresentables de siempre.
En Capital, un personaje oscuro que ha estado procesado en su momento por contrabando y que fue una pieza fundamental del despojo menemista de los 90 es el indiscutible vencedor de la pulseada.
En la provincia, una mujer que tiene la ventaja de portar el apellido del presidente de la Nación y que no puede justificar su propia fortuna personal, es la aplastante ganadora. Una persona que ni siquera se interesó en emitir su voto en un día tan importante como hoy y cuyas costumbres personales están más cercanas al oneroso "shopping" que a la tarea social.
Se supone que debe respetarse la voluntad de la gente a elegir a quien le plazca y no hay discusión de ello. Pero uno puede pedir explicaciones a aquellos que eligieron legitimar a un Gobierno que no repatria fondos que había prometido traer al país, que no es coherente con su propio discurso contra los organismos financieros internacionales y que ejerce enorme presión sobre los medios de comunicación para que no se divulguen sus corruptelas. Alguien, aunque más no fuera una persona con dos dedos de frente, debería explicar qué pasó por su cabeza para elegir a semejantes personajes.
Más allá de todo, aunque no sentimos satisfacción por la elección del día de la fecha, festejamos el ejercicio de la democracia directa en su forma más pura: el voto popular.
Fernando Paolella y Christian Sanz