Cada verano que arranca, siempre la misma noticia. Esta vez debo ser honesto, ya en diciembre la muerte de un chico de 30 años, marplatense, sorprendió (casi siempre empieza la temporada de malas noticias en enero). Pero horas antes de terminar el 2017, otro chico se suma a la estadística, esta vez 18 años, proveniente e Macachín en La Pampa y al momento de escribir esta nota su novia de 19, está internada, ¿qué les pasó?
Un Cuatri, Quad, ATV (All Terrain Vehicles), cuatriciclo, como quieran llamarlo, prefiero seguir diciendo que es un vehículo muy inestable, con un centro de gravedad que se sale de manera simple de entre sus 4 ruedas y eso hace que sea muy factible que se de vuelta o que vuelque de costado, y la verdad que no está bueno que de repente se te venga encima un vehículo de 400 kilos sobre el tórax por ejemplo, algo que le pasó a un niño de 12 años.
En este caso manejaba un cuatri de 800 centímetros cúbicos, para ponerte en tema, Marcos Patronelli, multicampeón del Dakar corre con uno de 700 cc.
¿Qué nos hace creer que en el verano somos de la noche a la mañana el mejor conductor de cuatris de la playa? ¿Podemos ser tan ignorantes y atrevidos, para ponernos en riesgo de un modo tan ingenuo?.
El Cuatri, ATV, Quad o cuatriciclo no es un juguete, es un vehículo (agrícola), por eso NO tiene cédula verde, por eso NO tiene chapas patente, por eso NO tiene RTO o VTV, por eso… es que NO puede circular por la vía pública, ese espacio compartido en el que transitamos todos, es por una cuestión de seguridad, de respeto hacia el otro. Si vas a andar en cuatri, hacelo donde haya medidas de seguridad, como puede ser una ambulancia, como ocurre en un autódromo por ejemplo, hacelo con el casco correspondiente como mínimo y con la licencia de conducir habilitante.
Cada vez que escribo una nota de este tenor, corro el riesgo que quede rápidamente desactualizada… pero lo cierto es que de seguro la podremos publicar desde hoy hasta marzo y salvo el nombre de pila o la edad de algún actor, las consecuencias van a ser las mismas hasta que definitivamente no maduremos como sociedad y le demos prioridad a lo que realmente importa… La vida.