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La lección de anatomía

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FETICHISMO CORPORAL Y MODERNIDAD A LA INTEMPERIE
FETICHISMO CORPORAL Y MODERNIDAD A LA INTEMPERIE

Ficha Técnica / Artística:

 

Título  original: La Lección de Anatomía.

Dramaturgia y coreografía: Carlos Mathus Dirección: Antonio Leiva.

Género: Comedia / Drama Asistente de Dirección: Luciano Heredia.

Reparto: Florencia Bario, Carlos Distéfano, Yamilla Gallione, Luciano Heredia, Marcos López, Alejandro Melgarejo, Paula Tedeschi.

Actores reemplazantes: Romina Gatti, Franco Kroll.

Iluminación: Lautaro Romano Prensa y RR.PP.: CR&V Laura Calle Rodríguez Música: Francisco  Caminos Preparador físico: Daniel Bartra.

E-mail: lalecciondeanatomiaobra@gmail.com

Teatro: Buenos Aires. Rodríguez Peña 411 Esq. Av. Corrientes / CABA.

Costo localidades: desde $ 300.- Boletería: Tel: 5218-5214. País: Argentina.

Año: 2018 Duración: 80 min. Funciones: viernes 23.00 hs.

El 19 de enero de 2018 se repuso en Calle Corrientes, “La Lección de Anatomía”, la mítica obra de Carlos Mathus (1938-2017), que supo transitar los escenarios y países más importantes del mundo. La pieza nació  el 2 de diciembre de 1972, en la ciudad de Buenos Aires, en el marco del Primer Congreso Mundial de Medicina Psicosomática. Desde entonces la puesta ha traccionado como semillero de artistas que desfilaron en esta singular escuela de lenguaje corporal todoterreno: Carlos Calvo, Daniel Fanego, Gustavo Garzón, Jorge Mayorano, Liliana Pécora, Alicia Aller, Claudio Gallardou, Susana Torales, Cecilia Cenci y Virginia Innocenti, etc. Su éxito traspasó el comentado  desnudo como metáfora quedando en la anécdota. Es fetichismo burgués, nada más. La conceptualización, los hechos, son el verdadero éxito a ponderar. Un singular hallazgo.

Celebrando el 45° aniversario,  una historia coral que explota a cada instante. Hoy no transitan los intríngulis de la censura de esos cuerpos desnudos, amados  por algunos y enjuiciados por otros.  La trama no rinde pleitesía al tabú de la genitalidad,  sino al temido acto de la confrontación de ideas y costumbres. Lo clásico, lo perenne, no es lo que muestran en plano de conjunto los actores en un montaje diegético (simbólico /abstracto), sino el poder y el fruto de las relaciones interpersonales. El mundo ha cambiado, la tecnología lo ha modificado, sin embargo, el humano es preso de las mismas emociones que subyacen en sus actos: el amor, la amistad, el poder, la codicia, el odio. Los duros años ‘70 del pasado  (presos de mitologías e ideologías oscurantistas), se resuelven en el aquí y ahora en parlamentos éticos y estéticos: «La batalla cultural».

Argumento. Asistimos al teatro de expresión corporal intensa. La puesta singular, la desnudez que intimida, como símbolo de despojo de los convencionalismos. La obra es una muestra / dosificada /  del ser humano y su lugar en la sociedad, del miedo a la muerte, la soledad, las frustraciones, los fracasos, la autodestrucción. Representada en nueve actos: La recuperación de los sentidos; La libertad del amor; la ética y formación de valores de una persona; La soledad; Yo estoy bien si ustedes están mal; La obligación del éxito, La justificación del fracaso: “Si no fuera por eso…”; El método para la autodestrucción y el reconocimiento del otro. En algún punto cada espectador se siente identificado por este protocolo de expresiones y gestos.

Como en la “Divina Comedia” del Dante, son varios géneros que se asocian y potencian en una sinergia teatral de autor: drama,  comedia, tragedia, grotesco, danza, baile, música y humor. Hasta los clisés populistas / costumbristas son de la partida. En una historia coral donde todos tienen la misma intensidad dramática,  destella por su carisma Carlos Distéfano: “El padre” su personaje hace girar en torno a su figura y a su exquisito rol del actor. Su poder declamativo, los movimientos definidos con gran expertez y consistencia, lo trascienden del espacio escénico. Es el oficio del artista que está atento a los detalles de su composición y la de sus compañeros. Pasa del drama a la comedia indubitable. La crítica observa todos los planos (de conjunto) y Distéfano, siempre está jugando y recreando su arte superador.

La escenoplástica (diseño del espacio escénico integrando los objetos visuales) se pondera desde el campo diegético. No es un lugar físico determinado, tampoco una época. No hay coordenadas. Una narración espacial inteligente que mete al público en el juego del teatro. El montaje no remite a un espacio-tiempo, es metafísico. Ese no-lugar, es lo utopía de Mathus: un montaje ideológico,  más que una crítica social de época a una sociedad pacata. Cada actor representa varios personajes. Lo simbólico del desnudo, en una lectura frontal y transgresora de mitos urbanos. El juego de luces se utiliza como separadores de cada acto. La música incidental como demérito, si hay que buscar algún desvío. No aporta al progreso narrativo. Al cabo, es sólo un acto que precipita los siempre sugestivos cuerpos sin vestimenta. ¡Allí estamos...parece decir la naturaleza biologicista! ¿Machismo vs. Feminismo?... Es la no comprensión del otro y los convencionalismos de una historia sin final. Hoy, la modernidad, la ruptura, pasa por la confrontación visceral de la ética que nos acorrala y asfixia en algún momento. ¿Y los desnudos?...siempre hay lugar para las parafilias ontológicas y su circunstancia. Es atemporal, como la obra.

Una lección más que culmina. Alumnos y docentes del arte de la representación de parabienes. Para comprender el lenguaje estético en la puesta, la mirada deberá contemplar la provocación. La obra se ha aggiornado, hay guiños de autor que lo confirman. No obstante, el espíritu contestatario sigue fiel a postulados que hacen repensar la modernidad a la intemperie. En el Rendezvous, los cuerpos articulados como objetos de deseo,  se manifiestan ante el público: ¡Touché!

«La Lección de  Anatomía» es dueña de un código propio. El público, sin proponérselo, entra a ese código y lo entiende sensiblemente, desde el primer momento. Si golpeamos fuerte al espectador lo hacemos para descubrir y poner en juego en él cosas internas, que a menudo se esconden”. (Carlos Mathus Dixit /1982).

La prosa borderline del dramaturgo Carlos Mathus. Rupturista y transgresora en origen, hoy es un espejo axiológico del potencial y el porvenir. Hecho creativo y expresión corporal intensa que conmueve. 

Gustavo Contarelli

Puntaje de la obra de teatro: 5 Tribunas

Puntaje actor protagónico: Carlos Distéfano 5 Tribunas ¡Imponente!

Referencias:

5 Tribunas: excelente /imperdible

4 Tribunas: muy buena

3 Tribunas: correcta / buena

2 Tribunas: regular

1 Tribunas: mala /pésima

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Coincido con el periodista G. Contarelli: el desnudo no es un tabú en estos tiempos, como sí lo fue en los convulsionados 70. La obra la ví en el teatro Empire. Monumental. Muy recomendable.

  2. me parece una obra muy buena .Por eso sigue en pie .yo soy nudista y seguro la voy a ver y también para aprender más. si necesitan gente para la obra sin tabúes llámeme gracias Gabriel

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