CIRCUITO EN D
Intentaba
definirla pero era inasible, un viento raudo sobre la espalda, ese vértigo
de asombro y de la nada. Se esfumaba de sí misma, y lo lograba. Ese
perfil del punto y coma, donde un paréntesis gana un nuevo espacio,
le correspondía y hacía juego con una sonrisa nerviosa. El
poeta buscaba definirla y yo buscaba en su Diario, ese retrato íntimo
de un solo trazo. No daba con la palabra, imagen, una descripción que
no permitiera ambigüedades aunque ella, Dana D., obstruía sus
propias convicciones. Son muchos pisos psicológicos o un laberinto
circular, espeso, como una estatua de Buda. Jugaba a una cierta
desconocida, que era y no, ella. Un raro aceite le recorría el
cuerpo, como esos viejos metales que brillan de todas, maneras.
Siempre estaba al tope, si no, no era ella. Una cierta urgencia, la
velocidad de la rueda que no cesa de girar. Ese compromiso con estar
en movimiento. Buscaba la palabra, una descripción que le calzara.
Dana D., era más que un trazo verbal o una oración incompleta. Algo
parecido a una obsesión sin punta. Un largo kilometraje de
contradicciones. Carretera de soledad en movimiento, se manejaba con
toda su carrocería, sin saber adonde la llevaría el paisaje. Unas
matas tupidas de persistente algarrobillo, le enmarcaban esos días
de a no saber donde partir. Dana D., un capítulo abierto a un destino
confuso, en la perspectiva de lo sinuosamente inconcluso.
No lo sé, pero había una desolación que raspa como una lija metálica
y hiere la profunda piel. Le gustaba mostrar su cuerpo con una
esbeltez ya no tan firme, algo dudosa por el tiempo. La cara de un mal
puñetazo, rompía cualquier otro atractivo. Pero
allí estaba suspendida en su propio aire, en sus días extremos,
donde había rabia, dolor, energía, su manera de patear la soledad. Llegué
a un párrafo, a una frase, y me estacioné. “Es el inicio de la
dispersión obsesiva”. No avancé más, por ahora. Cerré el Diario,
debía concentrarme en una Nota. La redacción giraba como los molinos
de viento. Las aspas se sienten cortantes, con sus manos de gigantes y
largos dedos apuntando hacia el cielo pero que es tu corazón. Debió
dolerle a Alfonso Quijano ese manotazo de la realidad hace 400 años.
Eran treinta o cuarenta con brazos de casi dos leguas y la batalla
prometía ser fiera, desigual, como suele ocurrir con toda aventura
que parte de cero y le roba el sueño al mismo escudero. Se
rompen lanzas, pero no sueños. No durmió esa noche de gigantes, el
Caballero, emparchó su lanza con un ramo seco y le dio todo el
pensamiento de su memoria a Dulcinea. Los sueños hay que vivirlos,
para eso se sueñan y sólo eso son. ·
EL MISTERIOSO ARTISTA DEL CALENTADOR
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El
hilo se suspende así mismo, se deshace y vuelve atar el nudo
en el aire. En algún momento se cortará y la memoria será en el
tiempo vacío de la noche el
nuevo hilo soñado. Es un círculo que se abre al despertar y vuela. Todo lo
que viene, queda pendiente, en un hilo, la travesía del día en cualquier
punto del planeta. El mundo que rueda en su calabaza de humo, se parte con
un soplido, vuela, y nadie pareciera oír el ruido que hacen las calaveras
al caer por las escaleras, despeinadas, pálidas, sin un gesto de dolor. Un
cartel escrito con letra infantil, descuidada, dice: Polvo eres y en
polvo te convertirás. El tiempo no olvida/deja tu cuerpo al
pasar/convertido en nada más... que polvo. Así entona una vieja canción
un jardinero con sus manos llenas de rosas. Se llena de una luz tenue
el portal de la casa y las sombras comienzan a salir. Buenas noches, noche.
Después
el mundo da vueltas como la cabeza insomne en la almohada. Miro el ventanal
y no pienso en nada. La televisión piensa por todos nosotros y lo repite durante
el día. La imagen se hace eterna. El mundo se presenta a pedazos y en
colores. La fiesta de la muerte, la alegría, el vicio del epitafio
compartido. El horror es
religiosamente exacto, bíblico: ojo por ojo. Los cuervos parecieran ser eternos.
Se ven en nuestros ojos.
Al
otro lado del mundo, Dana D., pacientemente herraba su camino
diariamente. La mula del diario vivir en el limite del frío, soledad, del
espacio, el tiempo y la geografía. Alguien creía que le pisaba los talones
y presiento que era ella misma. Solo en el mar se sentía libre de alguna
manera. Giraba un paso más allá del fin del mundo. No me fabriques
historias, reclamaba. Cuando el suspenso era real, se abría así misma y ya
nadie la atajaba. Jamás tuve una experiencia así... caminé en una playa
solitaria con el viento oeste en mi cara...
miraba el mar, la estepa allí nomás... los arbustos secos,
redondos- como gigantescas bolas rodando hasta desarmarse hundirse y
desaparecer en el mar... el Oeste se trae todo de la estepa... y el mar
recibe... toma... te lleva... te atrapa... una gaviota me pasa
rozando... que hago ahora? Dana que té pasa? Desmoronada,
desarmada, no soy tan fuerte... la mente supera al físico alguna
virtud me cabe en este mundo loco, no?...... y la receta: solo Diana sabe de
ese budín... y te iba a contar q’ las nueces tienen q’ ser de El Bolsón,
allí en la Cordillera. Dana se fugaba de todas partes, pero nunca
tanto como de sí misma. Se montaba en su bicicleta a pedalear el confín
del Sur, a quemar el tiempo, tensionar los músculos, desprenderse del
atardecer. Se vaciaba en las playas despojada de sus arenas personales
y ya no estaba con ella misma, sino en ese singular viaje del no
estar. El mar ya la retornaría a su curso en algún momento, el que
avistaba cada mañana desde su pequeño apartamento incrustado en un
vecindario del cual solo sabia sus rumores. En las playas solitarias se
documentaba en el monólogo que repasaba como en Diario de Vida sin
publicar”: cuantas ilusiones trae el mar y navegar. Y mis planes centrados
en el Bar, tanto tiempo sin ir, dos meses. Me vestí sexy con breteles
finitos y gris, con un soutien que asomaba con mucha sensualidad y
allí él en una mesa con tres hombres más. Luego venimos al champán,
dije, y me alejé a un lugar donde podía verlo, donde me viera. Me saqué
el abrigo y sentí sus ojos clavarse en mi espalda. Me crucé tantas veces
con su mirada, es tan fuerte, descarado diría. Qué manejo en el medio Atlántico
con desconocidos, pensaba, improvisando con éxito, y con este hombre no
puedo cruzar más de dos o tres palabras. Me cierra las puertas creo, se
cruza de brazos frente a mí. en un momento se fueron dos amigos de su
mesa, quedaban él y otro
y dos lugares libres, fui con mi amiga S y me senté enfrente hasta
las 2 de la mañana. Nos fuimos con S y él se fue, lo volví a cruzar en la
avenida yendo a su casa, al partir nosotras. ¿Qué me pasa que no puedo
actuar. ? que no atino a decirle... ni siquiera por qué me miras?,eso debería
preguntarle... pero ya está...Me acordaba
de tí... es increíble como estás en todos esos momentos tan buenos
para mí, como tus palabras resuenan en mis actos...pienso
en ti como en alguien en quien podría contarle todo...sin vergüenzas...sin
temor al ridículo. Ahora pienso, ojalà aparezca alguien que me lo saque de
la cabeza y del corazón. Vendí
mi auto... el martes quedo a pie, tal vez por 30 o 60 días...
hasta que llegue el nuevo... no
es un problema querés una camioneta? Preguntó el Rubio,
cuando la necesites te la pido. eso necesito de ti Rubio, necesito no
solo tu camioneta, sino todo tu chasis. ahora dime, tira toda esta basura al
tacho, ....pero me gusta mucho ese
hombre.......¿será realmente hombre?. Había un infinito en su
pensamiento, un nunca acabar, ese círculo de ideas que se atrapan así
mismas y muerden con rabia la cola. Too much, para terminar con su
propia frase y eso no era todo. La cuerda floja era su propio equilibrio.
Después de todo el mundo rueda, sólo que el hombre no ve la misma piedra
bajo su pie.
·
EL ATAÙD VIVO DEL GENERAL
El Sur son tantas cosas y muchas de las cuales, es imposible olvidar. Hace
90 años, un 25 de noviembre, nació una criatura singular, que arrastraría
la republica del confín del mundo, Chile, desde el desierto a las gélidas
tierras y hielos antárticos famosos. Hizo y dijo tantas cosas, hasta que
perdió la memoria, que los muertos y desaparecidos bajo sus órdenes, le
recuerdan cada día en sus noches. “No me acuerdo, pero no es cierto, y si
fuese cierto, no me acuerdo” Una frase que la historia recoge en su water
closet. Sí, es el último exabrupto (eructo) verbal del general Augusto
Pinochet, cuya desmemoria es ya legendaria, desde que fue detenido en
Londres por todos los cargos que la infamia es capaz de reunir en una sola
alma. Tengo que haber sido yo, porque era el único que podía hacerlo, dijo
frente a su viejo camarada de represión y muerte, el general Contreras, ex
Director de la DINA, el servicio secreto que asesinó, hizo desaparecer
personas y torturó en el Chile de Pinochet. El desmemoriado, se olvidó de
su frase más famosa: No se mueve una hoja en Chile
sin que yo no lo sepa. Cerró en su puño y la mantuvo por 17 años,
la libertad de Chile. Ahora todo es olvido/mentira/dios me perdonarà/yo
cumplía órdenes de Satanás. Justicia, /Justicia, Capitán general. El
arresto de 503 días en Londres, por crímenes de lesa humanidad, el pasado
siglo, un 17 de octubre de 1998, debió bastarle a la justicia chilena para
proceder y enjuiciar al nonagenario ex dictador. Pero prefirió la
impunidad cómplice. Nunca es tarde, pero Chile es una larga sombra
de injusticia. Un esqueleto sin vela en este entierro de la verdad y la
justicia. El caso Pinochet es de los más patéticos de la historia. Una
telenovela sin fin. Los cadáveres no cuentan. Los desaparecidos menos,
porque no se ven. Los torturados ya tienen piel. Que Dios ampare al dios de
los dictadores. El general Pinochet, hijo de un funcionario aduanero, se
encaramó en la presidencia de Chile, tras el asesinato de Salvador Allende,
presidente constitucional. Y ya no se detendría ni frente a su espejo.
Cuenta la historia que su mujer, Lucía Hiriart, lo empujó al putch y después
lo manejó como el cadete gris que era en la Escuela Militar.
Pinochet ha vuelto a ser procesado por crímenes y desapariciones de
personas, por fraude fiscal, falsificación de
identidad y otras menudencias. Silvia Papa, la secretaria dela Corte
de Apelaciones de Chile, le comunicó el arresto. El general blindado, está
bajo arresto domiciliario en el día de su cumpleaños. Pero allí llegaron
sus admiradores a cantarle el happy
birthay en alemán. Lo cierto es que lo están juzgando, o piensan hacerlo,
por corrupción. Sus allegados comentan con nostalgia el pasado
de fiestas faraónicas: “le gustaba servir la mejor comida; muchos
mariscos. Él jamás probaba empanaditas ni ensaladas. Le encantaba que le
tocaran Los Viejos Estandartes, Lily Marleen y, por
supuesto El Rey, se emocionaba con esta canción. Es tan doloroso
verlo así, ahora. El mejor regalo sería que él probara que las
acusaciones en su contra son falsas”. Tarea imposible, que la
justicia hasta ahora ha podido cuadra en un círculo de horror y espanto.
”Yo fui a varios de sus cumpleaños hasta hace un par de años. Asistí a
CasaPiedra cuando cumplió 80 años, quizás el único en que hubo una
fiesta como tal. Había dos mil o tres mil personas, muchas tortas. No
entiendo cuál es la idea ahora, matarlo, que pase el cumpleaños lo peor
posible. Es el colmo, es una alevosía, qué costaba haber esperado “,
dijo la diputada María Angélica CristiT. Todo lo que hice, todo lo que
actué, todos los problemas que tuve, se los dedico a Dios, ha sentenciado
Pinochet en medio de su último kafkiano proceso. Me quiero morir, ha dicho,
advertido. 90 años es un tiempo largo, pero debiera esperar hasta que
aparezcan los desaparecidos. Hay que velar en vida al General, muchas velas
para que se iluminen los muertos de Chile. (El Viejo Estandarte de la Muerte
es el sainete de Chile, que espere el Gran Taimado el turno de Chile, la
Patria es primero General, la muerte no es cárcel, denos una pista sobre
los muertos de Chile, todos sabemos que usted fue, que hizo y deshizo... el
tiempo se le acaba, no aún, pero da el estirón de los tramos finales,
Chile necesita descansar en paz, con la recuperación de sus desaparecidos y
enterrar sus muertos.) La justicia se ríe de Chile.
El país le hace una cruz y se va con sus muertos.
Al país lo crucificaron los malditos sepultureros/caballeros de
sombreros/señores del mal, agoreros/policías, mercaderes, sepultureros/
que el cielo les confiese y les entierre/sus palabras mentirosas/canallas así
no es la cosa/Los muertos hablan de justicia/honor, valor, no del gran patrón.
Pinochet
se acabó, no existe, ha dicho recientemente el presidente chileno, Ricardo
Lagos. ¿No existe para los Tribunales de Justicia?
¿Ni para los recaudadores de impuestos? ¿Un entierro antes de
tiempo? ¿La historia ya fue enterrada? ¿Un país necrofìlico?
No, que se presente su cadáver como prueba de tanto delito. Más de
tres mil muertos y desaparecidos, unos 30 mil detenidos y torturados y un
millón de exiliados. Es ese el balance del olvido. Cuando subo a un
ascensor sé que no llegaré al cielo. Sólo a un piso no tan alto como la
realidad misma. Desde allí, sobre el ventanal la historia repasa su lección.
Chile está lejos. Un país que cuelga frente al mar. Chile es Sur, un alero
en el fin del mundo, ala en el vuelo, Cóndor de la cordillera, blanca
nieve, Chile país desierto de Norte a Sur, parece un lucero no un
muerto. La guitarra es mejor que el lamento.
·
EL BLOG DE ARENA
Al otro lado el mundo no es mejor. Calabaza rota la cabeza del hombre. Las
cruces frente al ardiente Rancho de Texas. La muerte llega a diciembre
invicta. Perseverante como pocas, la muerte entra de espaldas y se sienta en
un bar a contar los muertos. Cae nieve, sol, lluvia, el viento del desierto,
la misteriosa montaña se lleva el tiempo, a la muerte no le importa,
siempre se arrastra con algo.
Suaves mantas de olvido, para Chile. La avestruz enseña sus dientes de oro
y la libertad se hace un poco más
estatua. Un mundo circular para la noche de la historia. La nieve llega al
Norte y el verano al Sur. Algo más debiera brillar en los ojos del mundo,
que la blanca nieve sobre la puerta de tu casa o el sol Sur que hace brillar
la montaña y el mar. A solas nos hemos quedado con la historia reciclada
por la miseria, el terror, la mentira, la salvaje hora de la guerra. La
muerte es un apostolado en Irak, Afganistán, en cualquier calle mal
atravesada del mundo y se rinden honores en los campos de tortura. He aquí
el mundo, diría un poeta de verso patético, asombrosamente real. El mundo
no está para poesía, poeta, coagula por la herida su
presente. La muerte purga a su competencia. La desesperación se
documenta en un Blog, en el frente de batalla. ¿Una idea de sobrevivir con
la última palabra? El Frente es una correa de transmisión de muerte. El
capitán D. Bout, se inspira en
el sol, a quien, él, invasor, le otorga la divinidad del dominio y reinado
sobre todo. ¿Lo ve como un Dios, agresivo o hermanado en al desesperación?
El sol se apaga al anochecer,
Bout, y debe mirarlo a usted y a sus tropas con compasión y un poco de desdén.
Así mira el paisaje a los turistas. También le asigna un rol militar, como
lo que es realmente, un arma natural del enemigo. “El sol es
completamente despiadado; aquellos bastante tontos como para llorar en medio
de un ataque encontrarían que sus lágrimas se evaporan antes de golpear el
suelo”. La muerte no permite el llanto, quizás los ratos libres, donde el
ocio carga con el futuro ataúd, capitán Bout. El soldado de origen indio,
Neil Prakash, no tiene reparos en describir, al son de su propia demencia,
su placer por la muerte y la
guerra: ¡Mi sonido favorito es el de un F-16 durante un ataque aéreo-
adora las explosiones!: “Es simplemente alucinante cómo se ve un tanque
cuando está matando”. Un verdadero soldado de la Libertad. En su blog “Just
Another Soldier”, el ahora reservista, Jasón Hartley, opinaba con
realismo: “Ser un soldado es vivir en un mundo de mierda. Desde el tipo
que cocina mi comida y lava mi ropa hasta los pilotos Apaches y los Boinas
Verde que replican todo lo de Hollywood, nuestras vidas están en una
constante estado de fiasco”. Su blog fue cerrado, tanta libertad apesta, más
cuando es confesional. Leonard Clark, describió al capitán de su batallón
como un “buscador de gloria” y a su sargento como un “monstruo
inhumano”, se hizo notar cómo muchos soldados dudaban de la guerra en
Irak. También fue censurado. Las guerras sólo hacen libre a los muertos.
Blogs guerreristas, poéticos, simples cronistas,
así los califican. La guerra es un sapo feo. Hoy
le devolverán a las madres y viudas norteamericanas, no sólo las
pertenencias personales, sino la
Laptop, el registro más personal de la propia muerte. El último clic del
soldado. Titulo para un filme. Atravesado pro la palabra. La Torre de Babel
toma su venganza en Irak. Revuelve las letras, el abecedario y una sola
palabra aparece en la pantalla: Muerte. La aventura en el Frente se paga con
la vida por delante y por detrás. Ya nada queda. El sol vuelve a repasar la
zona de combate. Levanta la arena el desierto. Un viento helado recorre a
los muertos. Un soldado apunta en su calendario: un día más.
·
GEORGE LE ESCRIBE A SANTA
¿Qué dirá el Blanco Blog de George? “Sigue ardiendo
el Rancho. Estoy en el sótano
de las encuestas. Debimos secuestrar la lámpara de Aladino y frotarla hasta
que aparecieran las armas de exterminio masivo. El pueblo debe tener fe:
para navidad puede encontrarlas Santa Claus en alguna de las chimeneas de
los Palacios de Saddam. Debimos adentrarnos antes en el lado oscuro, para
llegar a tener claridad.¿o somos nosotros el agujero negro? Dame luz Oh
Blog de mis últimos días. Mejor
voy a tocar la trompeta del retiro de la Caballería, no sea que alguien me
monte en el caballo Apocalypsis Now.” PD: Querido Blog, no fui yo el que
lo dijo primero. Un último deseo: Santa, te escribí una cartita en mi
blog. “Querido Santa: El mundo se ha hecho muy difícil para un niño como
yo. Me encuentro algo sólo, ya no tengo con quien jugar. Tengo terror a
salir a jugar al jardín de mi Casa Blanca. Las rosas me miran hurañas. No
hay tiempo más que para cortarlas. Siento que el tiempo hiela mis manos, el
corazón se congela y el invierno recién comienza. ¿La Guerra Fría ya
terminó en el Polo? Necesitamos buenas noticias. ¿Hay petróleo en el
Polo? Estamos en guerra, Santa, mi juguete son sus malditos pozos negros,
que tanto necesitamos para
mover las ruedas de mi Imperio y aceitar los bolsillos de sus dueños. No
soy bueno escribiendo, ni pensando pero si imagino cosas.
Veo unos duendes negros picando
hielo sobre el respaldo de mi cama. ¿Son Demócratas, árabes, talibanes,
Santa? No pases por Guantánamo, Bagdad o Afganistán, esas tiendas las
atendemos nosotros. No es cosa de competencia, sólo una cuestión de
mercado, ley de oferta y demanda, cono algo de monopolio. Si vieras CNN, me
ahorrarías tantas palabras. Los tiempos han cambiado tanto: desastres por
todas partes. Algunos muy naturales, otros, nosotros mismos. Necesitamos una
receta tuya, algo así como una galleta mágica para endulzar diciembre.
Pero, temo lo peor. Antes de finalizar, no me tortures con la idea de
enviarme con tus enanos rojos
una carta con una carta vacía
con un sobre negro lleno de cruces. Algo me soplaron los vientos del Polo
Norte. Ya sabes la capacidad de mis satélites, cámaras ocultas, espías y
mis enanos censores, mensajeros. El Bien y el Mal, son algo relativo. Mi
mensaje de fin de año, se basará en la filosofía que No hay Bien, que por
Mal no venga. No haz pensado, perdona este giro de la carta, en trasladarte
a la Casa Blanca y desde aquí repartir tus bendiciones. Necesito
popularidad, Santa. La Biblia se topa con el Corán. Todo mi alcance resulta
limitado. Necesito Viejo Zorro, algo como los cuentos de Las Mil y Una
Noches. Mis cuentos ya nadie los cree. Si pudieras repartir a los niños del
mundo una Casa Blanca, que dijera: La Casa de tío George es la (de) Casa
Santa. No sé, algo así. Arregla el mensaje y pasa por tus honorarios. Y
podrías agregarle: Si el mundo fuera de la mano de Tío George, nadie nos
atajase. No vuelvas con tus bromas y amenazas de lanzarme una bola de nieve
para sepultar la Casa Blanca. Puede que esté allí durmiendo.
En
la vereda del mundo se navega sin brújula. La nave es un leño a la deriva.
No es una metáfora, poeta. Se detiene un ascensor en el piso
equivocado. El petróleo le
arranca los ojos al mundo. Cuervo que bien pagas nuestros pecados de gula
energética y de bolsillos cromados en verdes monedas. Muros, migración,
muerte, mierda, mundo, todo se recicla. Todo es construido por la mano del
hombre. MH, una marca registrada. Made es con M, y también Man. La raza
humana se deshumaniza en todos los frentes que puede y se hace sombra así
misma. ¿Que es más despiadado, la naturaleza o la naturaleza humana?
Pregunta incompleta. ¿Qué empuja al hombre a tanta destrucción?. Ya
estamos preguntando en serio. La naturaleza se defiende en su propio cuadrilátero.
Sobrevive si no se rompe la cadena de eslabones que la sostiene. Si no, su
sensible esqueleto de madre proveedora no rezongaría de esta manera. En
Papua, Nueva Guinea sus famosos atolones del delta del Carteret, estàn
desapareciendo, engullidos por el mar. Hay otras islas (Las Marshall o las
Maldivas) en peligro de extinción como los animales, las aves, el hombre.
Migran las aves, pero el hombre levanta
muros, promulga leyes,
ponen siete llaves a las fronteras, aunque en el pasado y aún hoy, esas
mismas naciones, no creían en las fronteras y conquistaban territorios a
miles de kilómetros de sus metrópolis. Instalaban sus carpas de campaña y
se quedaron por siglos, hasta que la tierra se secó y sus habitantes
decidieron que era hora que se marcharan a casa. La frontera norteamericana
Mèxico-Estados Unidos, se ha transformado en el paso de la Muerte, en sus
tres mil kilómetros vigilados, patrullados, en permanente estado de alerta.
Un muerto por cada kilómetro. Tan cerca las Naciones Unidas de esa cerca,
muro, y no dice nada. Si no se apoderar de las materias primas, el Sur viviría
en paz, muy pocos tendrían que salir con tanta riqueza que las mayorías no
pueden disfrutar. Se siente, huele, el olor a miedo, a desesperanza, temor,
inseguridad, a todo lo contrario de la libertad, cuando alguien quiere
pasar, entrar, buscar, hacer una vida diferente-eso cree, eso busca- en el
Norte y ese alguien es del Sur. Cruje de un salivazo de serpiente la
corrupción por las cuatro fronteras y el alma del inmigrante que atraviesa
en un vagón de sueños comienza a caer a pedazos desde que topa el desierto
hacia el asfalto de la felicidad. Tantos millones que siguen viviendo
en el limbo, rodeados de sueños, sin papeles, dentro de un vagón de carga.
La vida es este vagón sin sol/la muerte nos acompaña/mi alma desolada
es un desierto/sòlo echa a rodar mi voz/y pensamientos una noche sin
fin/Abràzame en tu lejanìa/para que no duela el corazón/¿Por qué nací
en la frontera del dolor? Baja calendario la fecha/Sube el termòtetro del
sol/para brillar mejor/en esta soledad/La vida es este vagón sin sol/la
muerte nos acompaña.
La
iglesia católica nos quiere dejar sin limbo, borrar ese estado tan natural
en la tierra. El decreto para
borra el limbo de nuestra existencia, está por firmarse en el Vaticano. Es
un lugar lleno de almas que no conocieron Dios. Dante le llamó “noble
castillo” Es un viejo tema debatido por los siglos de los siglos por la
iglesia, pero seguirá existiendo en limbo en la tierra. Ese estado de la
nada en que viven millones de personas. Los perseguidos en la sombra por el
stablishment. Los expulsados. Humillados, encarcelados, vejados, olvidados.
Esos que nunca los dejaron ser niños.
·
DE SANTA AL NIÑO GEORGE
Querido
George: Recibì tu cartita, claro, me refiero a una que enviaste hace màs de
medio siglo. Uffffffffff, cómo cambian los tiempos. El mundo era otro, vivíamos
a menor velocidad, si hasta el trineo rendía más kilómetros por hora con
menos tráfico. Tú sabes que mi combustible son las sonrisas de los niños.
Cero petróleo. Sigamos con tu mensajito, cuando no pensabas en ser Emperador.
Me hablabas de un Sueño, Libertad, Prosperidad, Amor y recuerdo la Estatua de
la Libertad que dibujaste abrazando el mundo. Una idea muy original y quizás
interpretaste a los franceses que se la donaron a los norteamericanos. Sé que
te compraste un Rancho muy grande en Texas y que allí pasas más tiempo, a
veces, que en tu Casa Blanca. Ahora comparte el Rancho con unos activistas
antiguerra de Irak, lo que no está mal, porque en verdad, tú que lees la
Biblia, las guerras sólo permiten construir armas, ataúdes y odio. Hasta yo
me siento mal haciendo juguetes. Me decías que el mundo cuando caía nieve se
hacía más blanco, más puro y silencioso, y que me veías deslizar por las
noches desde el Polo con mi sonrisa sin importar color o condición humana
alguna para todos. Estabas inspirado George, cuanta verdad en tus pequeñas
palabritas. Los niños no mienten. Los niños son mi propio corazón y es su
magia la que me permite seguir viviendo. Yo quiero enviar un
saludo especial a un niño llamado Charlie, en Colorado, sé que
escuchará mi mensaje y quiero compartir con él estas navidades, porque él
nunca perderá la fe en las personas, porque su sonrisa continuará abriendo
con la Llave Mágica de Colorado, las sonrisas de las personas. La magia está
en nosotros mismos, George. Hace más frío en la tierra que en el Polo, donde
nos preparamos para tu felicidad George y de todos los que tienen alma de niño
y creen en la humanidad, luchan por los demás. Cuando eras niño, tu
responsabilidad era ser feliz y vivir sin mayores sobresaltos para ti y tus
padres. Pero ahora, el azar te puso en las manos el mundo. Ni más ni menos,
George. La pelota más importante en
todos los juegos del planeta. Debes saber como
jugar, batear, para que la pelota no se pierda en el campo de juego.
Estás con las bases llenas, pero en contra. Todos los ojos del Estadio
mundial, están sobre tus espaldas. Quiero decirte algo con la confianza que
pusiste en mí cuando me escribiste. No vuelvas a mentir, no mientas más, las
mentiras nunca son necesarias y las tuyas no están comprometiendo a todos. No
buques más las armas de exterminio masivo están en tu mente y es más fácil
guardarlas bajo las rojas alfombras de las Naciones Unidas en Nueva York. Si
vas a retirar la Caballerìa de Irak, hazlo, y pronto, que esa guerra está
perdida de aquí a la China. Pero no ilusiones a los soldados, sus madres, a
tu propia nación y el mundo con palabras fantasiosas. La mentira es
una inmensa bola de nieve que podría hacer desparecer la propia Casa Blanca.
Te sugiero que bajes tus jinetes del Apocalysis y que estas navidades no sean
un discursito más. Aprende de los huracanes, que la historia se repite.
Un abrazo, SANTA CLAUS.
SILVIA BANFIELD©2005
que gran historia! MI historia personal..... nunca pensé que estaría acá .... gongrats a Rolando G y a ti Silvia B
realmente me gustaría conocerte.... has dejado momentos inolvidables de mi vida con una prosa increíble.... lo releo y me rio.....
too much