"No pagar la deuda con el hambre del pueblo", "La deuda externa es espuria e ilegítima", estos fueron dos slogan fuertes que luego de la derrota del Proceso en la turba malvinense se escuchaban en cada manifestación de la civilidad que reclamaba la urgente restauración democrática. El abogado Alejandro Olmos lo recogió, y empréndió una monumental investigación destinada a quitarle el velo a esta pesada herencia iniciada por el gobierno de facto de Aramburu y Rojas en 1956.

     Hizo particular hincapié precipamente en el período del superministro José Alfredo Martínez de Hoz, y también seis años después cuando en agosto de 1982 Domingo Felipe Cavallo, por entonces mandamás del Banco Central, estatizó la deuda privada dando comienzo al peor encorsetamiento financiero nacional. En 1985, haciendo eco de esto, el líder del Partido Intransigente Oscar Alende pidió al presidente Alfonsín y al Congreso Nacional ir al fondo de esta cuestión, pero tanto el radical como sus sucesores Menem, De la Rúa, Duhalde y Kirchner prefirieron seguir garpando a libro cerrado.

    En el medio, quedaron y siguen mordiendo el polvo del desempleo, la marginación y la falta de oportunidades millones de argentinos. Hace exactamente cuatro años atrás, una efervorizada multitud que colmaba el Salón Blanco de la Rosada aplaudía a rabiar a Adolfo Rodríguez Saá al anunciar el no pago de la deuda externa. El jueves 15, una igual cantidad de concurrentes hacía lo propio cuando Kirchner declaraba exactamente lo opuesto. Por eso, cabe pensar que los entusiastas de uno y otro signo realmente no estaban pensando en profundidad que celebraban, suponiendo cabalmente que se encotraban en su sano juicio.

     Roberto Lavagna fue eyectado por el personalista santacruceño también por pretender un pago escalonado al FMI, teniendo en cuenta la deuda enorme en materia social. Pero la administración digitada de Felisa Miceli se metió de lleno en un brete que de suyo nos costará mucho más que platita contante y sonante. 


Avanza K

    Según una encuesta que en el día de la fecha publicó diario La Nación, el 70% de la gente está a favor de la decisión del kirchnerismo de haber saldado la deuda con el FMI. Más allá de lo desordenado (y lo inconsulto) de la decisión, hay que admitir que Kirchner pasará a la historia como el Presidente que desendeudó al país con dicho organismo luego de años y años de sufrimiento.

    El gesto no pierde valor a pesar de algunas de las mentiras esgrimidas por el Gobierno acerca de su "coordinación" con Brasil para "desembarazarse" en conjunto o la supuesta soberana decisión del kirchnerismo de actuar de manera patriota. Lo real es que el FMI viene solicitando hace tiempo a los países acreedores que salden sus deudas y, a fuerza de ser sinceros, la Argentina ha obedecido una vez más al mandato del organismo internacional.

    Para Claudio Loser, ex director del FMI, el anuncio del pago adelantado de la deuda representa "grandes fuegos artificiales". Loser aseguró que "para pagar eso se están usando las reservas, el 40%, que es una cantidad muy importante, ahora la lleva a niveles muy cercanos a los de la crisis". "Se está perdiendo una fuente de préstamos por cuatro años, a una tasa de interés muy baja". Viniendo de quien viene, el comentario no es nada objetivo, pero sirve para ilustrar la situación.

    En otro orden de cosas, sigue peleando el Gobierno contra el aumento de precios generado por su propia política. Durante la semana que comienza, se seguirán negociando acuerdos para intentar controlar el valor de nuevos productos. Se negocia con laboratorios, empresas textiles y siderúrgicas y se agregarán más productos a la canasta de alimentos. La verdad es que los días venideros son claves, ya que se acercan las fiestas y, en ese marco, se torna cuasi imposible controlar los precios de algunos productos.

    Nadie cree seriamente que la inflación se detenga por el control de precios desde la Casa Rosada. Culquiera que conozca mínimamente de economía sabe que esta medida representa sólo es un manotazo de ahogado. Y no sólo en Argentina: analistas españoles aseguran que la inflación se combate con mayores inversiones, al tiempo que descreen del control efectuado por el oficialismo.

    Venimos sosteniendo hace tiempo que uno de los principales motivos de la inflación actual es la incesante compra de dólares por parte del Gobierno para mantener la divisa elevada, por pedido de algunos de los grandes exportadores vernáculos, uno de ellos el lobbysta grupo Techint.

    El argumento de Tribuna de periodistas fue confirmado por el economista Aldo Abraham, quien hace dos semanas aseguró que: "En materia de inflación (...) seguirá a niveles más altos de los que consideramos convenientes. No es esperable que (Kirchner) cambie su errado diagnóstico sobre las causas de la suba de precios (...). Dado que la inflación deviene de la política del Banco Central de sostener el tipo de cambio alto comprando dólares con la emisión de pesos.

    (...) Uno busca tener un dólar alto para que el precio de los bienes que fabrican los empresarios locales sea alto respecto al costo argentino".

    En el mismo sentido opinó el especialista Guillermo Calvo, quien dijo a diario Perfil que "la suba de precios es el costo de sostener el dólar alto (...) El argumento para mantener el dólar es que el sector privado ya fijó sus expectativas en ese nivel y un cambio inesperado podría devenir en un 'overshooting'".

    Fuera de lo económico, en lo netamente político, generó enorme repudio la actitud de los diputados que avalaron la "movida" del ex montonero (indultado por Carlos Menem oportunamente) Miguel Bonasso, para que no pudiera asumir su banca el cuestionado Luis Patti. Más allá del enorme repudio que genera su figura de ultra derecha, la banca que jamás pudo asumir le correspondía legítimamente.

    Lo que genera temor es el hecho de pensar que a partir de ahora pueda comenzar una cruzada ideológica contra aquellos que no comulguen con el -aún indefinible- pensamiento K. Si bien es sabido que Bonasso no actúa con el sentido común que corresponde a su cargo, no se entiende el alineamiento de los demás legisladores frente a sus infundados caprichos.


Lo que viene

    Casi finaliza el año y el 2006 aún es una caja de sorpresas. La escalada creciente de poder K aparenta no querer culminar en el corto plazo y aún quedan por resolver algunas cuestiones candentes.

    Uno de los hechos emblemáticos de la construcción de poder oficialista pudo verse esta semana, en el marco del viaje de Felisa Miceli a España. A pesar de lo comentado por algunos pocos medios, que hablaron de una gira exitosa, la verdad es que la ministra de Economía debió suspender casi todos sus encuentros con grandes empresarios de la madre patria. Fue una decisión del superministro Julio de Vido avalada por el mismísimo presidente Kirchner. No olvidemos que uno de los motivos de la eyección de Lavagna de su cargo tuvo que ver con que muchas de las atribuciones de la cartera económica han sido transferidad al Ministerio de Planificación de De Vido, algo realmente sospechoso si tenemos en cuenta que se han comprobado grandes sobreprecios en las principales obras viales del país a cargo de De Vido. 

    Vale sospechar pues que la decisión de que Miceli no tenga contacto alguno con empresarios españoles esté basada en la decisión oficial de que los grandes negocios sigan en manos del ministro "cajero" (Carrió dixit). Un verdadero escándalo.

    En el mismo sentido sigue la escalada de poder K, con una oposición muy débil y un arco político que le teme por demás. Uno de sus enemigos más fuertes, Eduardo Duhalde, ha comenzado esta semana un tibio acercamiento a través de algunos de sus operadores preferidos y ya no quedan enemigos de envergadura que provoquen preocupación al primer mandatario. Intenta Duhalde no perder algunos de los "negocios" de la provincia de Buenos Aires que regentea desde hace más de diez años. Sabe que Kirchner no lo molestará a menos que quiera disputarle poder político. Lo demás, lícito o no, no es de su incumbencia.

    Kirchner va consolidando algo jamás visto anteriormente, que podríamos denominar "Gobierno expiatorio". Es una forma perfecta de gobernar, ya que muestra a ojos de la sociedad que él jamás se equivoca, sino que la culpa de todo es de los "otros". Siempre se encontrará un culpable de lo que sucede en el país, ya sean los supermercadistas, ya sean los sindicalistas, ya sea la iglesia, etc.

    Así lo definió esta semana a uno de estos periodistas una fuente "kirchnerista" de Santa Cruz, quien luego intentó una defensa del Presidente: "Estimado Christian, la modalidad del Lupo, que parece que ustedes no han descubierto, es la de aparecer como 'enemigo de' cuando en la realidad es a la inversa. Entiendo que se trata de una de las tantas estrategias para poder gobernar un país tan complejo en lo político, como lo es nuestra querida Argentina, que no ha cambiado sustancialmente desde el momento mismo de su creación.

    Gracias a Dios, Nuestro Lupo tiene una gran fuerza física, a pesar de sus conocidos problemas, y también debe mantener en vilo a los políticos que son los que manejan el poder que como ciudadanos, les venimos otorgando desde hace mucho tiempo, y no es poca cosa lograr lo que él ha logrado en tan corto plazo, donde a pesar de algunas diferencias que puedan existir con sus procedimientos, está dejando un país que se puede desarrollar desde su infraestructura, un país en donde apareció la guita que no teníamos porque estábamos en el fondo del pozo, totalmente quebrados, sin alternativas y con una deuda imposible de pagar, sumado a todo esto, estábamos de rodillas frente al poder extranjero.

    Te envío un fuerte abrazo Santacruceño, Patagónico, Sureño".

    Luego de estas palabras, vale aclarar -sobre todo a nuesta fuente- que "la guita" en realidad no apareció, ya que los fondos de Santa Cruz -cuya repatriación fue anunciada con bombos y platillos- nunca volvieron al país. Lo mismo sucede con el hecho de estar "de rodillas" frente al poder extranjero. Aún no hemos dejado de estarlo, mal que le pese a más de uno. No hace falta poseer gran memoria para recordar el eterno "grito del tero" de Kirchner, que define la conducta del Presidente a través de la cual hace fuertes críticas al tiempo que negocia dócilmente con los mismos a los que critica. Así ha actuado, por ejemplo, con los organismos de crédito internacionales, a los que ha fustaigado duramente en sus discursos al tiempo que desembolsaba enormes sumas de dinero requeridas por estos. No olvidemos que este Gobierno ha sido el que más dinero pagó a las entidades financieras mundiales en los últimos años.

    Se espera que durante el año que viene se intente renegociar parte de la deuda que ha sido contraída con otras entidades financieras y se intensifique el acercamiento con los empresarios privados que litigian contra nuestro país a través del CIADI.

    Eso sí, las inversiones genuinas del exterior tendrán que seguir esperando. Por lo menos hasta que nuestro país muestre un mínimo de seguridad jurídica y se comience a delinear el mínimo boceto de un plan económico concreto.


Concluyendo

    El año que viene será esencialmente de definiciones. El presidente Kirchner tratará de consolidar su proyecto político en miras al 2007 y es probable que el poder legislativo trabaje aún menos de lo que lo hizo este año. Es dable destacar, por caso, que la Cámara de Diputados sesionó sólo 11 veces en lo que va del 2005 y sólo en el marco de la aprobación de proyectos del Ejecutivo.

    Otro de los puntos álgidos tendrá que ver con los reclamos salariales. Advirtió ya el millonario camionero Hugo Moyano que en 2006 seguirán los reclamos para que aumenten los salarios de los trabajadores.

    En medio de todo eso, cada uno de nosotros deberá seguir sobreviviendo a su propia rutina personal.

    No es poco.

Christian Sanz y Fernando Paolella