Los
suecos se hacen los suecos de una manera admirable, ejemplar. Petrificados en
sus gélidas tierras nórdicas, nos hacen un gesto de buena voluntad, cada
octubre cuando detonan la dinamita del Premio Nobel. La majestad de la
literatura entonces reina este mundo engolosinado por la muerte, tortura y el
terror. Hermanos gemelos en triplicado, de la muerte. Las palabras por un
tiempo universal son suecas cada año. Caen en este tiempo de cristal y ruedan
la bola de nieve que crece en los titulares y parecieran desvanecerse en los
bosques de la libertad. El sueño queda en la vitrina y el cristal se rompe en
medio de la tempestad. La Academia Sueca trabaja en sigilo, hace silencio detrás
del boscoso mundo de todas las palabras y convierte en un puzzle su decisión,
hasta que hace sonar la campana de octubre. El mundo hoy está en pleno ruido
de armas sordas bajo un sólo gran desierto que atraviesa un largo río y
sigue sin rumbo en la orilla de la noche parda de los tiempos grises,
ausentes. Quisiera ver una puesta de sol rojo bajo una luna violeta y
olvidarme que desciendo del hombre, especie de lagarto en extinción. Lanzar
la última llave del mundo en un gran lago al Sur de mis iniciales perdidas.
Sur de más al Sur, el límite de mis palabras. Ojos de glaciar, pequeños
yuyos, copihues en el confín de tus manos. El Sur clavado en este ventanal de
pequeñas auroras, rojos altares de mis insomnios, calendario de estas horas.
Miro al Editor en su jaula noticiosa, en el convento de su confesionario
personal, con su autoestima rodando en una cancha de Golf. El NYT, lo ha dicho
casi todo, hecho y rehecho, ha aplastado con su caparazón de tortuga gigante,
la credibilidad de América del Norte. El Premio Pullitzer para esa avestruz
con su cabeza blanca en la vergüenza de esta historia que construye bajo la
solemne e intachable mentira. En el jardín de rosas resuenan los pasos del
emperador. Mis ojos están en Colorado, frente a la montaña de Arapahoe,
india de tantas lunas desprendidas de un largo sueño. Mi Cuaderno de
Colorado, las páginas de este enorme sueño que algún día comenzará.
Detrás de la memoria, todo vuelve a empezar
Sí, allí, detrás de la memoria donde todo vuelve a empezar. Estas líneas
no van al frente de ninguna batalla, ni mis pensamientos. La serpiente aún
duerme en el desierto. Boca abajo el pez de la historia, respira con su
asfixia sobre la roca. Así, a veces, las personas. La historia es un puñado
de hechos ripiosos, reciclados, mutantes, que se reinventan en el caos de
quienes manipulan las leyes naturales. Se le ve en los ojos que se va el 2005,
con música rabiosa de victrola de otro siglo, en el fuelle rojizo del
atardecer, bajo la nieve de este nuevo invierno, ríos, lagos y ausencias. El
año se sale por los ojos, detrás de sus negras ojeras, ahí viajan los
tsunami, huracanes, las guerras perdidas, batallas inútiles, los desprecios a
la libertad de expresión, la caja rota del amor, el monopolio de la verdad, y
recorre insomne, levita en lo que ya no fue, como un huérfano recoge sus
hombros y marcha. Deja arenas de vacíos campanarios, derrotas, la muerte del
soldado desconocido. Son sus ojos de niños muertos, los punzantes clavos
sobre sus lápidas, recoge una luz vieja el cuerpo ausente de su memoria. Su
carromato visceral rechina por la redacción, siento que va a un matrimonio árabe
vestido de muerto, alguien le retoca el espectro a su maniquí de carnaval
marchito, qué aire mortal respira la muerte, las crucecitas del Rancho Mi
Tumba en Texas, arden, vuelan, y algún vivo amanecerá abrazado a la suya en
un pueblito de la Nación, en Loveland, Madison, Red River, Sylver City. Me
digo, qué se cierren todos los ataúdes por un instante y las fábricas de
bolsas de plástico hagan mutis por el foro, señor Editor. Para qué un
balance de fin de año. No sería mejor un ¿Fin de muertos? Prefiero mirar
hacia el Sur, en las copas de los árboles mi infancia, la de todos los sueños.
Higuera de mis piernas y brazos. Me marca la poesía, el tiempo visible. La
nostalgia invade el presente y traza un nuevo camino. El año termina mal,
dijo un comentarista en fuga verbal, en el cristal de las palabras. Diciembre
bota la última hoja del calendario como en un desagüe de tuercas mal
ajustadas y los balances de los falsos pronósticos ruedan, como cascabeles
endiablados en algún paraíso, con su olvido eterno. Ya no hay limbo, porque
todos vivimos en él. La literatura no es Dios, en un mundo disputado por las
armas de dioses coléricos, iracundos, despiadados, sin fe en el hombre. ¿Los
libros sagrados aran en el desierto? Falsos profetas, dioses de cristal, bibliófilos
del desastre, museólogos del futuro, sargentos de las noches frías,
emperadores del último atardecer, señores de la guerra no tienen nada mejor
que disputarse el mundo como si fuera una sortija que carga el dolor en una
mano. El mundo contra el mundo, el fantasma de la muerte y destrucción, lo
recorre como un atleta griego, olímpicamente, de punta a punta. La Usura bebe
un shop, como si la espuma hiciera al canalla, que alquila el sueño de la
miseria y lo viste en frac de última moda. La plaza pública agoniza
degollada como la paloma de la paz, que ha muerto en paz. El mundo es un pañuelo
sin puntas, a punto de decir adiós.
El
tango es una esquina demolida/una calle sin fin/de punta a punta se muere/no
hay porvenir…
tarareé en el vacío una letra del poeta, mientras el Editor, se paseaba con
una sola frase en la cabeza: balance, balance, y yo me monologaba, de
un mundo de papel/sólo un incendio para Babel/En Babilonia se raja el imperio
de Lucifer/Mundo de risa, olvidos, sin ley/embudo de papel/la ley no es la
ley/se ha perdido el sueño/la rosa de papel/ adonde va el rey/no camina el súbdito/no
hay tiempo para saber/cuanto es dos por tres/o sin son seis las palabras de tu
nombre/No seas canalla/mundo cruel./Los diarios son de papel/las palabras se
oxidan/mar, el mar…
¿Cómo pinta Pinter el mundo?
¿El mundo es una tragedia? ¿Máscara usan sus protagonistas? ¿Todo es
teatro? El sainete en el escenario, drama, el monólogo del gran sacristán.
No es la Scala de Milán, sino es un nuevo Viet nam, gritan en las graderías.
Actores, impostores, esta Ópera no vale un centavo, Bertold Brecht, qué
desaguisado, que pase el duende y comience la función. Háganse un lado, esto
huele mal. Que nadie apriete el botón, aún no ha terminado la función, y
esta huele más mal que Dinamarca, Sir Williams S. No hay que bajar el telón,
la guardia antes de tiempo. Los extras se abrazan en un rincón, nadie los
toma en cuenta. El utilero se mira al espejo y descubre que detrás, alguien,
lo mira a lo lejos. Música maestro, la fiesta del verbo, la palabra, va a
empezar. Que pase Harold Pinter, el amo del diván. Estocolmo, Estocolmo, es
el colmo, gritan en sus frías calles los dueños de la verdad. ¿Qué pinta
Pinter en este mundo pintado en la pared? El mundo en su tinta, calamar y no
camaleón. ¿Pinta lo que la realidad no quiere ver? Se va el tren de la
realidad a ninguna estación. Alguien sube al vagón de la cola, una Mezquita,
Catedral, una Sinagoga, un Templo hindú, un Buda, un cajón de Biblias y Corán.
Vamos al desierto a predicar donde nadie nos escuche. Sin Sacristán, sin Sultán,
a nadie quien insultar. Palabras muertas en el Mar Muerto. Que el telón siga
arriba, como un calzón. Que el telón, nos enseñe a mostrar este mundo
rapaz. Pinter nos ha pintado la realidad. Allá en el Rancho Grande, donde yo
vivía, está Cindy Shehaan contra la muerte, por la paz. Desierto no le
hables al pecador (Coro). En el rancho de Crawdorf no se ve una flor/apaga
el televisor/la nación está de duelo/no hay consuelo para Cindy /y muchos más/la
muerte es Bagdad/nos viene desde allá/su viento negro/tibio el corazón/que
queda de la ilusión/la libertad/Suban, suban el telón (Coro) /No vaya a ser
que se caigan/del vagón/y comiencen a rodar/a rodar y rodar.
El primer Acto, tiene comienzo, pero no fin. Aparecen dos payasos y su hijo.
Dicen: La invasión es un dolor de cabeza. El coro: hay que cortarle a todo el
mundo la cabeza. El que no tenga, que deje caer su sombrero. Ni las plumas,
que vuele todo, pasan gritando otros payasos. Clo, clo, clo. Las gallinas se
hacen eco. Un payaso dibuja en una pizarra el mundo. Lo bautiza: World. Da una
vuelta alrededor de él y cae. Se vuelve a parar y cae. Aparece un cartel: La
pista está resbalosa. Insiste y se abraza a él. El mundo comienza a subir.
Se va transformando en un globo encendido, le sale humo por la cabeza, cruje,
se cae la calcomanía que envuelve los continentes, montañas, ríos, lagos,
quebradas, la tierra que es la más pequeña proporción del planeta, empieza
a salir un chorro de agua como un grifo, el payaso se sostiene de memoria,
imaginando el mundo, ríe, piensa en el paraíso, (los restantes payasos comen
manzanas frente a él) se le comienzan a caer los pantalones, ríe, ríe, ríe,
cree que es un sueño, busca la almohada, toca un cuerpo de mujer, la silueta
se le dibuja en el aire, quiere suspenderse con ella, sólo se escuchan las
mascadas de las manzanas, el mundo eructa, gritan los payasos: El Paraíso está
perdido, se va juntando el payaso en el aire con el entorno femenino, el aire
se pone tibio, más caliente, el mundo gotea negro, hielo pudrido, arena,
ripio, aserrín, caen latas de cerveza, un saco de palabras vacías, una réplica
de la Casa Blanca, un par de muñones comienzan a asomarse, (pasan gritando
unos payasitos: Dios salve al Rey) –no vayan a bajar el Telón, murmura el
Director H. P. Se suben al escenario unos duendes colorados con unos
cartelitos luminosos y algunos solo con antorchas y gritan: Libertad. Pinter,
lanza una gran carcajada, el mundo se parte de Norte a Sur, de Este a Oeste,
suena una sirena que es más bien un lamento, trece palomas revolotean la
elipse del escenario, el público comienza a aplaudir, forman un círculo
alrededor del mundo que se convierte en una tarjeta de plástico con capacidad
para comprar un pasaje a cualquier lugar fuera del planeta. El payaso ya partió
con el cuerpo de la belleza, que llevaba un pasaje para dos en sus manos.
Harold Pinter se levanta de la primera fila y apaga el interruptor. Para qué
ver más mundo, con lo que hay basta, y es más que suficiente. Agujero
negro/corazón de escarcha/lago sin fin/hacia donde se fue tu corazón/ojos de
papel de incendio/ a punto de arder. Se
enciende el telón y vienen las palabras de H. Pinter, Estocolmo, Premio Nobel
de Literatura 2005. Pintó los últimos 60 años del mundo hegemónico
anglosajón y no dijo nada nuevo o que no se haya dicho de una u otra manera.
Lo que importa es de donde viene el mensaje, y quien lo envía, y por qué ha
causado tanto revuelo en la prensa mundial. Un Nobel de literatura es una
autoridad moral y su condena es escuchada por millones de personas en el
mundo. Es el representante mundial de la palabra en ese momento.
Desnudó
la hegemonía anglosajona
H. P., descabezò literalmente hablando a Washington y el Reino Unido, con una
historia conocida que nadie se atrevía a refrescar en la memoria de la
humanidad, bajo las florecientes cabezas de avestruz de la intelectualidad
global, viajera de la nada, zombi, soñadores bajo el sombrero alón de la
banalidad.
El viejo, enfermo, exitoso y ahora “Nobelado” dramaturgo británico, no
pudo acudir a la cita en Estocolmo, pero grabó un video que sacó ronchas
entre los más conservadores de Suecia, Estados Unidos, Gran Bretaña y el
mundo. Desnudó el circo romano de las dos potencias hegemónicas que
asaltaron Irak y el mundo árabe con un cuento que supera Las Mil y Una
Noches: las armas de exterminio masivo que Sadam Hussein poseía y sus
inexistentes también vínculos con Al Qaeda. Estados Undios acaba de
reconocer que esos dos errores de percepción le han costado 30 mil civiles a
Irak, 10 veces las Torres Gemelas, aunque ese país nunca estuvo involucrado
en su atentado el fatídico 11 de septiembre del 2001. H. Pinter pasó revista
desde la II Guerra Mundial hasta la invasión de Irak, con el telón de fondo,
el enfoque de un alegato a favor de la verdad y la dignidad humana. Sugirió,
asimismo, que se siente al primer ministro Tony Blair ante el Tribunal Penal
Internacional. La denuncia del dramaturgo tiene la prominencia y el aval del
Nobel, por eso sus palabras han retumbado más allá de la Academia y de sus lámparas
de cristales. Hace una diferencia rotunda entre la literatura y la realidad, más
bien bajo que prisma la verdad se encuentra y mueve en ellas. La verdad, digo
yo, es una palabra envuelta en hechos, hoy, sepultados por la mentira. Pinter,
un experimentado guionista, autor de 29 obras de teatro, entre ellas El
portero, La
fiesta de cumpleaños, Ashes to Ashes
(Polvo eres), puso en la agenda sueca el drama de la vida en el siglo XXI: la
mentira global. Nos subió al carrito de golf de Goebbels. Mentir, mentir, que
algo queda. Dijo Pinter, interpreto: Las diferencias entre la literatura,
donde “no hay grandes diferencias entre lo que es verdad y lo que es
mentira” y de hecho ambas pueden coexistir, y la realidad, en la que el
ciudadano (incluido el artista) debe plantearse qué es verdad y qué es
mentira. “A la mayoría de los políticos, por lo que se ha podido ver, no
les interesa la verdad, sino el poder y cómo mantenerlo”. “Para ello,
tienen que mantener a la gente en la ignorancia de la verdad, incluso en la
verdad de sus propias vidas”, subrayó el dramaturgo, y puso en escena el
mundo real, sin pelos, ni pepitas en la lengua. La reacción de la prensa
conservadora sueca fue despectiva, escribió con desmesura, ofensiva, contra
el dramaturgo vivo más relevante de la tierra y que ha obtenido todas las
premiaciones deseadas en la carrera de un escritor. Los medios calificaron sus
palabras como “la última representación de un cómico que sabe que va a
morir» Pinter ya había denunciado con anterioridad la guerra en Irak, y era
de esperar que aprovecharía la tribuna del Nobel para reiterar sus principios
morales en un mundo descarrilado y con el freno de mano trancado, en el
antiguo limbo, cuando existía. La tragedia es humana, nos ha vuelto a decir
Pinter, y la comedia, divina. Algunos medios calificaron sus palabras como las
de un hombre a punto de morir, seguramente bajo los efectos de la droga. Un país
endrogado permanentemente, es poco lo que puede aportar moralmente. Es
notable, como el periodismo “serio”, bastardea la verdad, la ética, la
profesión. Los medios, que se hicieron eco al principio de la guerra,
apoyaron información reconocidamente falsa hoy, ayudaron a ir a un conflicto
armado de locos.
Vestido de negro, sentado en una silla de ruedas, con las piernas cubiertas
con una manta roja, Pinter, que padece desde hace años un cáncer de esófago,
dejó la cama del hospital para realizar la grabación. Con pocas fuerzas,
pero gran convicción, peguntó: ¿Cuántas personas hay que matar antes de
ser calificados como criminales de guerra? Lo cierto es que las bajas
norteamericanas pasaron los 2 mil hombres y son más de 15 mil los heridos.
Pinter recitó un poema de Pablo Neruda, «Explico algunas cosas», sobre la
Guerra Civil española. “Explico algunas cosas”:
Y
una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.
Chacales
que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería
escupiendo,
¡víboras que las víboras odiaran!
¡Frente
a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal
ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil
con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio del corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal.
¡Venid
a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!
Nicaragua,
la patria de Darío y Ernesto Cardenal, la hacienda del horror de los Somozas,
el país del festival del fracaso sandinista, ocupó buena parte de la atención
de Harold Pinter en su mensaje, que no dejó de enumerar a todas las
dictaduras de derecha apoyadas por Washington: Un abanico geográfico y de
terror envidiable de regímenes criminales: Indonesia, Grecia, Uruguay,
Brasil, Paraguay, Haití, Turquía, Filipinas, Guatemala, El Salvador, Chile».
Dijo lo que dijo Pinter:
“Full
spectrum dominante” significa control de la tierra, del mar, del aire y del
espacio y de todos los recursos.
Estados
Unidos ocupa hoy 702 instalaciones militares en el mundo, en 132 países, con
la honorable excepción de Suecia, por supuesto. No sabemos cómo hicieron
pero están allá.
Estados
Unidos posee 8000 cabezas nucleares activadas y operables. Dos mil están en
alerta, con el dedo en el gatillo, listas para ser arrojadas con una
advertencia de 15 minutos. Desarrollan nuevos sistemas de poderío nuclear,
como las bombas que destruyen búnkeres. Los británicos, cooperativos, tratan
de reemplazar su propio misil nuclear, Trident. ¿A quién apunta?, me
pregunto. ¿A Osama bin Laden? ¿A vos? ¿A mí? ¿A
Joe Dokes? ¿A
China? ¿A París? ¿Quién sabe? Lo que sabemos es que esta insanía infantil
–la posesión y el uso amenazador de armas nucleares– está en el corazón
de la filosofía política norteamericana actual. Debemos recordar que Estados
Unidos ejerce una presión militar permanente y no muestra signo de relajación”.
La
Academia, por su parte, no ha tardado en reaccionar y uno de sus miembros,
haciéndose portavoz de la real institución, aseguró a la televisión sueca
que «los caballeros Nobel son libres de decir lo que piensan, aunque la
Academia no necesariamente coincida con sus opiniones. La Academia y la
libertad de expresión, no pueden hacerse cargo de sus homenajeados,
naturalmente, que están en el derecho de decir lo que piensan. Si no hay una
conciencia crítica respecto de los problemas de la humanidad, el mundo será
una intocable bola de fuego y estiércol. Pinter denunció asimismo, los «constantes
crímenes cometidos por los Estados Unidos en todo el mundo, sistemáticos,
despiadados e infames, que han dejado cientos de miles de muertos» y se
preguntó si podían achacarse esas muertes a la política exterior de aquella
nación: «La respuesta es sí, pero poca gente piensa que es la culpable.
Estados Unidos es una nación brutal y su presidente, un maestro en la seducción,
que hace uso del lenguaje para mantener a su pueblo contento. El pueblo
americano es como una almohada en la que los ciudadanos reposan confiados,
algo que no atañe a los 40 millones de americanos que viven bajos mínimos y
a los dos millones encarcelados en todo su territorio». En su opinión hay
una gran manipulación, «un acto de hipnosis, a través del cual Washington
se hace pasar por defensor de las bondades universales”. El dramaturgo
denunció las atrocidades del Gobierno estadounidense, pero también la inacción
de sus ciudadanos, a los que se les permite seguir repantigando en sus sofás
sin tener que ponerse a pensar sobre ello. Como consecuencia de todo eso, la
primera víctima o quizá la última, es la conciencia, hasta el punto de que
Pinter se pregunta si alguna vez alguien la tuvo. Y procede a señalar casos
actuales como la prisión de Guantánamo, que apenas ocupa espacio en los
medios, porque Estados Unidos lo ha planteado como una cuestión de “estás
conmigo o contra mí”. “Y Blair se calla”.
Fue un repaso de historia y presente. Todo se ha dicho.
Auster, hoy somos el país más odiado
Paul Auster, escritor norteamericano, ha señalado recientemente: “La
administración Bush nos ha hecho retroceder a un lugar donde nunca debimos
haber estado. Su manejo económico, su política energética, su apoyo a la
industria petrolera, la supresión de las noticias, la guerra de Irak y sus
consecuencias, la inflexible determinación por institucionalizar la tortura
como algo que los Estados Unidos deberían poder hacer… Es espantoso. No
podemos descender a un estado animal. Si no respetamos las leyes, aquí no hay
país. Los Estados Unidos no son como España o Alemania, sino una nación de
inmigrantes del mundo entero a quienes sólo une la igualdad ante la ley. Si
hacemos excepciones, no somos más los Estados Unidos, sino alguna otra cosa.
El país está dividido en dos mitades que no hablan entre sí. Lo único que
ha cambiado es que, cuanto más se percibe la fealdad del gobierno, los que no
prefieren lado alguno se vuelven contra Bush. Por supuesto, el huracán
Katrina tuvo mucho que ver, al revelar su incompetencia y su dureza de espíritu”
Y no soy el único: somos millones los que creemos que es urgente robustecer
los principios sobre los cuales se fundaron los Estados Unidos. Eso es
patriotismo. No digo que seamos una nación perfecta. Los crímenes que
cometimos en distintos lugares del mundo (por no hablar de aquí adentro, como
la esclavitud y la sistemática masacre de la población. indígena) son
manchas en nuestra historia. Pero ahora nos hemos vuelto monstruosos ante el
mundo en apenas cuatro años. El 11 de septiembre de 2001 la solidaridad
internacional fue enorme. Hoy somos el país más odiado.”
De aquí a la eternidad
Ya no son las palabras de Pinter y hay mucho más en el carrusel de este 2005,
que expira por fecha en unos cuantos días. Diciembre muere de hechos
torcidos, mentiras, engaños múltiples, del falso y trizado espejo de la
verdad. Alguien ha perdido sus pasos. Tengo nostalgia de un nuevo futuro. La
geografía está cambiando. Siento el hielo hundirse bajo mis ojos. Todo el
silencio me lleva a la Patagonia, un tiempo por recobrar, frente un acantilado
el Sur brama con su mar contagioso de un nuevo amanecer. Para poder
describirla hay que buscar la química perfecta y vencer las teorías de la
termodinámica y así lograr un ensamble correcto de las palabras que la
describan. “La Patagonia es todo y es la nada. En algunos lugares, soledad y
desamparo, en otros, urbes florecientes día a día con gente con ansias de
ganarle al viento y al frío del invierno. Lugar donde habitan personas con
profundos sentimientos de amistad y donde se toma conciencia que uno solo está
incompleta. Mezcla de muchas tradiciones. Alguna vez alguien la definió así:
Sepa usted que hay una tierra mas allá del Colorado, que se hace eco de un
grito arisco pujante y macho. Tierra que alarga el destino para el que vive
luchando por mil razones de patria y por cuidar lo heredado. Sepa usted que
hay una tierra mas allá del Colorado.” Es el confín del mundo, mientras
algunos buscan su fin. Miro los ojos cansados del Editor. El año se define
por la palabra desastre: naturales y humanos. Una época corrida en el oscuro
hilván de su propia orilla. La mutante realidad, sobrecogida en la noche. El
invierno es un trapo sucio untado de nieve. A veces pienso que me he vuelto a
embarcar en mi ruinoso, frustrante, patético pasado. Hey, me dice el futuro,
y lo dejo pasar de largo como un tren del Oeste. Se pierde la identidad en
estos grandes paraísos urbanos que rigen los impersonales malls, esas grandes
cajas de la nada. Siento que alguien respira por mí en otro lugar, y me
invita. Pienso en la película De
aquí a la Eternidad, Deborah Kerr y
Burt Lancaster, que dan rienda suelta a su pasión en la orilla del mar. Una
playa cálida, arenas blancas, agua transparente, y yo en un lago de hielo
mirando el viejo fantasma del amor. Qué ruido hace el mismo pasado y no lo
queremos escuchar. Pasa con su tango mordiendo las vísceras, empujando las
nostalgias, y sólo veo la nieve caer en su silencio en el sueño. Despido el
año con mis nostalgias. Quiero cumplir un sueño. Es una cábala. Un
compromiso. Todo comenzó bajo un manzano. Si un crustáceo, me digo, de unos
pocos milímetros, con un tiempo de vida limitado a menos de un mes, es capaz
de aprovechar ese tiempo para amar, aparearse y sobrevivir la especie bajo las
profundidades marinas. Acartia
tonsa, la hembra ciega le lanza señales
hidromecánicas a su macho y comienza la función. La marcha de la especie. ¿Si
estos diminutos seres de paso invidentes, saben hacer las cosas, por qué
nosotros no? Estos crustáceos son el 80% del zooplancton marino, alimento básico
de los peces. La mayoría de la especie mide alrededor de un milímetro y sus
machos recorren más de 200 litros de agua por día, buscando hembras.
Distinguen entre la claridad y la oscuridad, pero no ven imágenes
tridimensionales. La misión del macho es copular con cuantas más hembras
mejor durante su corta existencia, llaman la atención los científicos de
este super-enano que actúa solitario. Las hembras, por lo visto, son muy
inteligentes. Concentran una dosis potente de feromonas a su alrededor. La
estrategia es más amplia y sofisticada. Lanzan impulsos hidromecánicos.
vibraciones que se transmiten a través del agua, comparables a sonidos. Los
feromonas se utilizan como si fueran penachos de colores y el macho acude a
ese llamado, identificando a la hembra. Así perpetúan la especie bajo el
fondo marino, la vida, mientras que en la superficie el rey bípedo destruye
no sólo a su especie, sino el hábitat de todas las demás especies vivas de
la tierra. El hombre no se quiere ni así mismo. Siempre inventa un lugar
donde ejercitar su feroz instinto depredador, la miseria de su espíritu
derrotado aflora como una gran ruina. Así es el amor cuando es despojado de
su dimensión real, la entrega. El mundo hoy se comería la oreja de Van Gogh,
los pulmones de Kafka y le arrancaría los ojos a Borges.
Corazón
de escarcha
Todo cambia, corazón de escarcha, me dijo una vez el poeta. Los polos pueden
a llegar a ser un pan de mantequilla y los océanos cubrir la tierra parte por
parte, como en un principio, quizás, el fin. El 2005 se va lastimado como un
gato apaleado. La guerra de Irak y Afganistán, y otros conflictos armados por
el mundo, tan distantes como Colombia y Chechenia, continúan. El medio
ambiente sigue su marcha hacia el precipicio, donde nos encontraremos con los
dinosaurios. Nuevas pestes, flagelos, azotan a la humanidad. La pobreza, tan
vieja como la corrupción, guillotina la esperanza. Todo balance es ruinoso.
Un ejercicio inútil. Pero la mentira, la feroz arma del amo, podría cubrir
hasta la última pulgada de la tierra. Ha ejercido el derecho al engaño y al
fraude, desde que se montó en la gran pasarela del poder universal. Cuando no
ha tenido la complicidad de la gran prensa, lanzado señales de humo para
hipnotizar a su audiencia en el terror.
Detrás de la montaña, en algún lago, bajo el glaciar frío de la noche, se
oculta el amor. Veo ruinas en sus ojos, en su equivocado camino, un patio de
luz artificial cuelga de su espalda. Ya tendremos noticias. Por ahora Estados
Unidos, planea construir un doble muro en su frontera mexicana y extenderlo a
Canadá. Más sano sería si lo extendieran a toda América latina y se
olvidaran de más intervenciones. 11 millones de emigrantes, número fatídico
de los sin papeles, estarán bajo la lupa de la expulsión de las nuevas leyes
draconianas que se implementarían. Recientemente, Estados Unidos aprobó la
construcción de 1.130 kilómetros de bardas en la frontera con México, en
zonas de alto ingreso de emigrantes en los sectores entre Tecate y Caléxico
en California; Columbus, Nuevo México, y El Paso, Del Río, Eagle Pass,
Laredo y Brownsville, en Texas. Las bardas serán dobles, con cámaras,
iluminación y sensores. El representante de Colorado, Tom Tancredo
(republicano) se congratuló por la aprobación del fortalecimiento del cerco
fronterizo. “¿Qué mejor regalo de Navidad para los estadounidenses que las
fotografías de hormigón que está siendo vertido para la construcción del
cerco?”, se preguntó. El presidente mexicano, Vicente Fox, había rechazado
enfática y previamente la posibilidad de que su vecino construyera un muro a
lo largo de la frontera entre ambos países. “Creo que esta situación que
estamos viendo en este momento oprobioso, vergonzante, de construcción de
muros, el Estado reforzando más y más los sistemas de seguridad, el estar
violando más y más derechos humanos o derechos laborales no va a proteger a
la economía de Estados Unidos ¿Es lo que ha quedado del mundo? Este
pareciera ser el futuro? ¿Todos atrapados en nuestras propias cavernas.? Cámara,
luz y acción, un mundo que comienza a ser vigilado antes que usted nazca.
Silvia Banfield©2005
EPITAFIO DE PELÍCULA, ADIÓS 2005
El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos. Una de las últimas frases del
filme King Kong, una historia de amor, del realizador Peter Jakson.
El mundo se divide en dos: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo
tengo yo, así que puedes coger la pala”. El
bueno, el feo y el malo. Amo el
olor del napalm en la mañana”. Apocalypsis
Now. Hice lo que hice porque tenía
que hacerlo”. Matriz
“¿Cómo hacer para que una gota de agua no se evapore? Arrojándola al
mar”. Samsara.
Es terrible matar un hombre. Te llevas todo lo que es y todo lo que alguna vez
podría tener”. Imperdonable.”No soy mala, es que me han dibujado así”.
Quién
engañó a Roger Rabbit. Veo gente
muerta”. El
sexto sentido.
Ella se enloquece a veces. Todos nos enloquecemos a veces. ¿Tú no?”, dice
Norman Bates, en Psicosis.
No subestimes el poder del lado oscuro”. El
imperio contraataca.
Forrest Gump: “Mi mamá siempre me dijo que la vida era como una caja de
chocolates. Nunca sabes lo que vas a encontrar ”
COLOFÓN, DE LUNA LLENA
Un sueño viene detrás del viento y no tiene fin. Trae larga cola de
cometa. Es algún día. La feroz imagen de la vitrina de lo imposible
realizable. Un espacio tan grande en el deseo como en el vacío. Freud, habló
de las tres grandes humillaciones humanas de todos los tiempo: El
descubrimiento de Galileo que no somos el centro del Universo; el
descubrimiento de Darwin que no somos la corona de la creación; y su propio
descubrimiento, que no controlamos nuestra propia mente. La ansiedad, decía
Freud, la realidad decimos los simples mortales, transforman los sueños en
pesadillas. Hay un sueño dream en que el austriaco Freud no pensó y éste es
el Sueño Americano. Es el pensamiento vivo y en directo de la Estatua de la
Libertad, que ilumina una nación. Irlandeses, judíos, italianos, polacos,
alemanes, escoceses, húngaros, checos, rumanos,
ciertamente entraron muchos millones por el Hudson sin Green Card. Se
necesitaba conquistar el Oeste, fundar la gran nación, fundar, hacer y volver
a fundar. Las puertas se abrían de par en par a la migración. El fin de
la Segunda Guerra Mundial, trajo a científicos alemanes, èlites. Después
vino Viet nam, y así sucesivamente en todo gran conflicto real o artificial,
las pieles de las nuevas razas llegaron a Nueva York y se diseminaron algunos
por la América profunda, por el Sur profundo. Llegó la Guerra Fría
y entraron rusos, científicos, “renegados de distintos países europeos”,
todos remando por el Hudson en una gran película de Hollywood. Pero
durante largas décadas la migración mexicana, cubana, salvadoreña,
encabeza la larga lista de los pobres que llegaron tras el Sueño
Americano. Un largometraje que recorre en su estela color violeta la pantalla
de los espaldas mojadas y de quienes inventan su día en el paraíso perdido.
Abrazan la muerte en la frontera y se lanzan al vacío, desde el desierto y la
soledad mancillada. Sus cuerpos amarillos, chatos, de ojos vencidos por la
pobreza, cuando avistan el reino de la Salvación, sienten las trompetas
del Mecía, y se avientan sobre la vida en medio de la oscuridad, de las
patrullas, perros, de los cazadores de los trasgresores de
las fronteras. Enviados en carromatos hacia su destino, hacinados,
sin oxígeno o antes impactados por la bala del otro lado de la frontera o una
paliza descomunal. Se siente caer el agua de sus espaldas mojadas en los
aguaceros infinitos de la incertidumbre. Por cada tren que cruza la noche,
alguien muere, un vagón se pierde en al oscuridad. "No
me critiquen porque vivo al otro lado/ no soy un desarraigado, vine por
necesidad/ ya muchos años que me vine de mojado/ mis costumbres no han
cambiado/ ni mi nacionalidad."
Los
sin papeles son letra muerta antes de ser rescritas sus vidas. Son un
dato, menos que la piel que cargan. La insignia del Sheriff reluce en la
frontera del desierto y los colmillos del lobo son aún más brillantes. Ahí
están los voluntarios del nuevo terror, agazapados en la penumbra bajo
la luna del invierno, impunes, con sus vehículos y tecnología letal. Han caído
antes de entrar, más de 400 mexicanos este año y ya son sepultura, olvido. Las
dos guerras en Irak y Afganistán, no han encontrado eco de refugiados, porque
se está levantando un muro en la mente de los congresistas de la Cámara Baja
y de los xenofóbicos ciudadanos del stablishment. Antes ocurrió con
los negros y el Macarthismo. Hoy el bloqueo es contra los
indocumentados y las migraciones furtivas hacia el templo del norte. El
pasado ya no reza en las rodillas irlandesas, las ahora rubias
bostonianas. La fe de Utah que asciende en sus inmensas praderas hacia
una estrella desconocida. La noche india no encuentra paz a su espíritu y
vaga por los paisajes rojos de las rocas profundas de los edificios
desolados de los grandes cañones. Parecen pequeños castillos, en la fe, el
aire, en el sueño, en el tiempo que va y viene. Rojos andamios, laberintos rojos
de profundidad roja, el grito silencioso de un Piel Roja. Se
desploma el presente en las fronteras del miedo y del terror. Las
civilizaciones viajan por un subterráneo a la velocidad del miedo personal,
bajo el ojo guardián del Gran Hermano, que vigila las huellas
sangrantes del futuro. Oriente en mi mano en Nueva York, qué muerte tan
misteriosa, se evapora el ángel sobre la montaña y un alfiler
detrás de la sombra pincha el cielo. Hay una dirección Sur que
siempre recuerdo. La veo como una antorcha en al fugaz inmensidad de los
tiempos. El Sueño Americano es una tabla digital de salvación detrás del
gran muro. Vuelven los tiempos de Hoover y Nixon: el espionaje telefónico.
Ayer a 100 mil y ya se comenzó
con los primeros 10 mil en la nueva era. El FBI olía las mezquitas con sus
detectores por si había radioactividad en esos templos. Estos no son los
tiempos de Al Capone, que se resolvían con una ráfaga de plomo. Un año
cargado de mentiras y tragedias. De insuperables cuentos a media lengua.
Pinter ha hecho un retrato devastador:”
Puedo
decirles que el de Estados Unidos es sin dudas el mejor show que pueda verse.
Puede ser brutal, indiferente, desdeñoso y despiadado pero también es muy
inteligente. Como un vendedor, está en su salsa, y su mercancía más
vendible es la complacencia y el amor que se tiene a sí mismo. Lo que se dice
un ganador. ‘Le digo al pueblo norteamericano que es tiempo de rezar y de
defender los derechos del pueblo norteamericano y le pido al pueblo
norteamericano que confíe en sus presidentes y en las acciones que tomará en
nombre del pueblo norteamericano’. Es una estratagema vistosa. El lenguaje
se usa para mantener a raya todo pensamiento.” El pensamiento, la reflexión,
el diálogo, es un drama de primer acto monologante, Harold Pinter
y usted ya lo ha descrito. Es el parlamento del Ratón y su queso, de
todas maneras quiere comérselo. Todo pareciera un refrito publicitario, un
test de fuerza sobre la capacidad de Dios y ya ni Darwin y su teoría sobre el
origen de las especies se escapa a esa masa envolvente de fanatismo que
recorre la nación y distintas partes del mundo.
En Dover, un pueblito de Pensilvania,
fue derrotada la teoría del diseño inteligente, el nuevo disfraz del viejo
creacionismo.
Un
juez federal simplemente prohibió su enseñanza. "Es irónico que varios
de esos individuos que ocultan hermética y orgullosamente sus convicciones
religiosas en público, al mismo tiempo mientan para ocultar sus intenciones y
disfrazar su propósitos auténticos detrás de la política de esta teoría".
La conclusión de juez John Jones
fue contundente : "Es inconstitucional enseñar la teoría de la evolución,
como alternativa a la de la evolución en las clases de ciencia de las
escuelas públicas". La
dirección de la escuela violó la cláusula constitucional que establece la
separación entre Iglesia y Estado, pilar fundamental de la Constitución
americana.
El proceso fue observado en no menos de 30 Estados, donde
cristianos conservadores, con gran influencia en el Gobierno de Bush,
están planeando Yo le
pregunto a mi Editor en silencio: ¿Vamos hacia un callejón sin salida.
es
el último hueco de una partida de
Golf de un solo jugador ciego? No
hay balance, me respondo. El cristal del ventanal me devuelve la mirada. Soy
yo un año después. El Editor continúa Golpe a Golpe, como Machado, frente
a la pelotita de golf.