El subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el etíope Getachew Engida,  peticionó hoy que los crímenes contra los periodistas no queden impunes para mejorar su protección, en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Es dable destacar el peligro que corren algunos periodistas por el mero hecho de hacer un trabajo responsable, ejemplo de ello es el secuestro y posterior asesinato de los tres hombres de prensa ecuatorianos.

Vale rememorar ese hecho que dejó un sabor amargo en el ambiente periodístico: Javier Ortega (32), Paúl Rivas (45) y Efraín Segarra (60), viajaron a Esmeraldas, zona fronteriza entre Ecuador y Colombia, para recopilar algunos testimonios sobre la situación que atraviesa ese lugar.

Según anunció el reportero ecuatoriano Fernando Astudillo, los tres periodistas se encontraban en el medio de una investigación sobre la base de la ola de violencia narco que azotaba a Esmeraldas.

Aquel lunes 26 de marzo de este corriente año, sería el último día que ejercerían su oficio y que serían vistos con vida, ya que, por lo trascendido, Guerrilleros Disidentes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), implicados en el narcotráfico, según autoridades de ambos países, decidieron raptarlos y tenerlos 17 días en cautiverio para luego ejecutarlos.

Pero este último caso simplemente es el más reciente. Si se viaja al pasado en Argentina se pueden encontrar varios casos de asesinatos a periodistas, uno de los más emblemáticos es el de José Luis Cabezas, asesinado el 25 de enero de 1997.

El cadáver de Cabezas había sido encontrado calcinado en la localidad atlántica de General Juan Madariaga, dentro de un auto Ford Fiesta incendiado, con las manos esposadas a la espalda y dos balazos en la cabeza.

Dicho homicidio se produjo luego de que el hombre de prensa tomara, para la revista Noticias, unas fotos públicas del empresario Alfredo Yabrán, como objeto de una investigación periodística sobre sus vínculos con la corrupción.

Incluso, en la actualidad, varios periodistas corren peligros recibiendo fuertes amenazas por investigaciones independientes, el director de Tribuna de Periodistas, Christian Sanz, puede dar cuenta de ello.

El fundador de este medio recibió innumerables amenazas y ha sido acreedor de varios hechos de atentado a su persona tras denuncias e investigaciones realizadas contra ciertos personajes de público conocimiento.

Se puede mencionar gente de gran talla como: Alfredo Yabrán, Aníbal Fernández, Guillermo Coppola, Susana Trimarco, Norberto Oyarbide, y una larga e interminable lista de etcéteras.

También se puede citar un informe presentado por la comisión parlamentaria antimafia que da cuenta de que en Italia se encontró que los periodistas habían sido objeto de 2060 “actos de hostilidad” entre octubre del año 2006 y octubre del 2014.

Por tanto, en un foro internacional organizado por la Unesco y el Gobierno de Ghana, Getachew manifestó que “para garantizar una mejor protección (el organismo) incentiva la creación de mecanismos nacionales para la seguridad de los periodistas”.

Además indicó que “cuando los periodistas informan sin temor por sus vidas y los ciudadanos acceden a la información para tomar decisiones informadas, vemos progresar a la democracia y el desarrollo”.

El periodismo es importante para la comprensión a nivel social de las situaciones tanto coyunturales como pasadas e incluso para entender lo que pueda llegar a suceder, es por dicha razón que una persona de prensa trabaja para sus receptores y sería beneficioso para la sociedad, que quienes ejerzan este oficio, lo hagan sin el miedo a las represalias.

Una mayor protección al periodismo derivaría en una mayor cantidad de investigaciones, y que la totalidad de ellas se den a conocer, lo cual desembocaría en un incrementado grado de transparencia, no solo gubernamental, sino que de todo tipo de organizaciones y personajes vinculados al delito, la corrupción y a la realización de actos ilícitos.