Como muchos sabemos, "La casa de papel" es una serie española creada por Álex Pina muy exitosa en Argentina, más que en cualquier otro país del mundo en el que se haya emitido.
La tira comienza con el robo a la Fábrica Nacional de Moneda, y un detalle sobresaliente de esta historia es que los asaltantes pretenden ganarse la simpatía de la opinión pública y los medios para poder escapar. ¿Será por esa misma razón que tuvo tanto éxito en nuestro país? ¿Acaso, no nos suena familiar este argumento a los argentinos?
Más allá de la trama y el éxito de la serie, en lo personal, no puedo dejar de asociar el título de esta novela con nuestra idiosincrasia, con nuestro país, pero fundamentalmente con nuestros gobiernos, todos. No tengo dudas de que nuestra historia, adaptada, debería llamarse "La Patria de Papel".
Todo en nuestro país es de papel. Todo, en Argentina, figura en los papeles, pero la realidad es otra.
Comencemos por el gobierno. En los papeles, supuestamente, el gobierno de Macri iba a bajar la inflación, iba a bajar los impuestos e iba a reducir el gasto público y consecuentemente el déficit fiscal. Nada de eso ocurrió. En los papeles iban a meter presos a todos los corruptos del gobierno anterior, y ni Cristina Fernández, ni Hugo Moyano, solo por citar dos de los casos más emblemáticos, siguen libres. La realidad dice que hay pruebas de sobra para encarcelarlos y juzgarlos.
Sigamos con la oposición. En los papeles, la oposición tiene la solución a absolutamente todos los problemas que hoy nos aquejan, pero la realidad dice que no solo ellos no los pudieron solucionar, sino que además fueron ellos quienes los crearon.
El ejemplo más claro -y solo por citar uno- son las tarifas de servicios y transporte. Ellos generaron la peor crisis energética de la historia, pero en los papeles ahora tienen la solución.
El Congreso Nacional, obviamente, tampoco escapa a esta lógica. Mientras deberían establecer debates fundamentales, como por ejemplo debería ser una real reforma impositiva, armaron un show mediático tratando la ley de despenalización del aborto. Y más allá de estar a favor o en contra, y que tal vez para mucha gente sea importante que se legalice el aborto, en los papeles se trató como si fuese algo fundamental para el desarrollo social, cultural, político y económico para el país, cuando en realidad no lo es.
Un párrafo aparte merecen CFK y la oposición. Durante los gobiernos de Cristina el kirchnerismo tenía prohibido hablar del aborto, ya que como es de público conocimiento la ex presidente no está (o estaba) de acuerdo con su legalización. Sin embargo el proyecto fue llevado al Congreso por el oficialismo, pero fogoneado por la militancia anti PRO.
En los papeles es una ley "progre", pero la realidad dice que fue impulsada por un gobierno "facho y de derecha" como les gusta decirle a la administración de Cambiemos a los peronistas y la izquierda en general.
Por supuesto, el sindicalismo es una de las patas fundamentales de nuestra "patria de papel". Para no extendernos demasiado, plantearemos solo este ejemplo: en los papeles se supone que los sindicalistas son quienes deben defender los derechos de los trabajadores; sin embargo, la realidad dice que los mismos sindicalistas millonarios que están por ir presos hacen un paro para extorsionar al gobierno, movilizan gente paga, cortan el libre tránsito, e impiden que quien quiera pueda ir a trabajar, además de ir a "apretar" a muchos que quisieron abrir sus comercios en este último paro.
Y por supuesto, no debemos olvidarnos del seleccionado nacional de fútbol y nuestro falso patriotismo. En los papeles, todos somos patriotas, y cuando juega la selección, todos nos embanderamos y le hacemos el aguante, y por supuesto dejamos de trabajar, se suspenden las clases y el país se paraliza. Pero la realidad dice que ser patriota no es precisamente eso, sino otra cosa.
Son muchos los ejemplos que podemos dar sobre lo que son las cosas en los papeles y lo que son en la realidad en la Argentina, y así como el papel es algo muy inflamable, y con la facilidad que lo usamos los domingos para encender el fuego del asado, así, de esa misma manera, desde hace muchísimo tiempo a los argentinos se nos vienen quemando los papeles.