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En la tarde-noche de ayer, la figura de la senadora Cristina Fernández de Kirchner se robó todas las miradas, todos los oídos. Ello, sobre la base del debate respecto de brindarle la posibilidad a Bonadío de realizar allanamientos en tres de las propiedades de la ex presidenta.
Cristina supo decir cosas insólitas, irrisorias muchas de ellas, siguiendo con el mismo modus operandi con el que se manejó a lo largo de su vida política, y recurrió a la victimización y al desvió del tópico tratado.
Por caso, con un destello de ironía, mencionó una frase que la ubica como víctima protagonista: “Voy a ser la primera senadora allanada, fui la primera Presidenta mujer y fui la primera senadora expulsada de un bloque oficiailsta. Tengo vocación de hacer cosas inéditas. 18 años después sentada en este mismo recinto, debo decir que estamos ante un grave problema político”.
¿Acaso, señora senadora, le parece un logro ser la primera en tales circunstancias?
Sin embargo, lo mas cínico, hipócrita, e incluso estúpido que podría haber hecho fue tratar de fabulosos a todos los que van en su contra: “¿Me van a decir que realmente creen en lo que dicen los arrepentidos? ¿En serio en la República Argentina que conduce Mauricio Macri, el hijo de Franco, el primo de Ángelo Calcaterra, el amigo de alma de Nicky Caputo?”.
La causa por los cuadernos de la corrupción K es la más documentada, pormenorizada y donde más gente ha prendido el ventilador tanto en contra de CFK como del difunto ex presidente Néstor Kirchner, con todo lo que ello implica.
Es dable destacar que quien se apegue a la figura de imputado colaborador, mejor conocida como de arrepentido, no significa que queda perdonado y olvidado. Si bien, durante todo el proceso judicial, aquella persona que queda aferrada a tal beneficio goza de su libertad, debe cumplir un tercio de la condena que se le otorgue al momento en que el fallo judicial lo imponga.
Por tanto, ¿Qué probabilidades existen de que los imputados colaboradores se encuentren mintiendo simplemente para afectar a la líder de Unidad Ciudadana? ¿Cuáles son las posibilidades de que todo se trate de una hipérbole conspirativa? Ninguna.
Aunque también habló de los aportes apócrifos en las últimas campañas presidenciales y legislativas: “Que impresionante, hay empresarios que aportan a los populistas y los de la AUH le aportan a ustedes. Acá hay 2 mil ciudadanos que dicen que no aportaron. ¿De dónde salieron los fondos de dos senadores que están sentados acá igual que yo?”.
Habría que rememorarle a la senadora, porque pareciese que no tiene memoria, o en su defecto que es sobremanera hipócrita, que tampoco pudo explicar fehacientemente de qué manera costeó sus campañas.
Uno de los momentos en que evadió estoicamente las acusaciones que pesan sobre su espalda, fue en el momento en que habló de los audios que se dieron a conocer, en los cuales insulta al ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli.
Cristina aprovechó para mencionar los audios viralizados en los que trataba de “pelotudo” a uno de sus más allegados funcionarios, pero no para hablar del contenido de aquellos misándricos mensajes, sino para expresar su descontento por haberse dado a conocer.
La Cristina que se dejó ver ayer en la Cámara Alta, es la Cristina original, autentica, es la misma que supo presidir el país durante ocho años, solo que desde un lugar y con una coyuntura completamente diferente, lo que la deja más vulnerable frente a las circunstancias que la golpean constantemente, aunque la ex jefa de Estado no lo deja notar.
Como dice un viejo refrán: “si hay miseria, que no se note”