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Confirmado: la crisis es de confianza

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(Y se imponen cambios para sobrevivir)
(Y se imponen cambios para sobrevivir)

El jueves 30 de agosto de 2018 será recordado como el peor día de Mauricio Macri en el poder. La semana entera fue la más adversa de Cambiemos desde que es gobierno. El deseo de todos los que viven en este país es que esas marcas extremas no vayan a superarse, pues la Nación misma estuvo (está) en serio riesgo, y ya hemos visto qué puede suceder si eso se repite.

 

Corrección: no todo el mundo sintió pánico. Muchos se entusiasmaron con el caos; llámenle grieta. Cierta militancia K convocaba el jueves negro a cacerolear a las 20, mientras otros reproducían mensajes incendiarios tratando de alentar a través de las redes una fuga de depósitos. Varios personajes públicos fueron identificados reproduciendo los mismos textos con esa intencionalidad. Está claro el intento de convertir 2018 en 2001, para lo cual se necesita que la corrida cambiaria se transforme en bancaria.

Otros hicieron su aporte con el fin de posicionarse en la emergencia. Evocando tiempos que para él fueron mejores, Eduardo Duhalde no tuvo mejor idea que afirmar que la actualidad es peor que 2001, que Macri “fracasó” y propuso a Roberto Lavagna -quien en 2019 tendrá 79 años- como presidente. En ese marco, armó un encuentro con sus exministros en la sede del Movimiento Productivo Argentino. Normalmente al gobierno no le incomoda que aparezca Duhalde criticándolo, al contrario… Pero en estas circunstancias no están para pensar en réditos electorales.

El gobierno hizo su contribución para el desmadre financiero. Más allá del manejo de la economía que los llevó hasta donde están, las medidas lejos estuvieron de calmar a los mercados; más bien lo contrario. Además, y sobre todo, el manejo comunicacional de la crisis fue un espanto, cuyo pico se dio el miércoles, cuando en medio de sucesivas devaluaciones el Presidente dio un mensaje de 1 minuto 42 segundos en el que anunció un acuerdo con el FMI para contar con los fondos necesarios para garantizar el cumplimento del programa financiero del año próximo.

El mensaje estuvo dirigido a los mercados, y contrariamente a lo que se esperaba y recomendaba, ningún funcionario salió inmediatamente a dar precisiones. Se entiende por qué: Nicolás Dujovne no estaba de acuerdo con semejante anuncio, solicitado por Luis Caputo, para calmar a los mercados. El “Messi de las finanzas” tuvo esta semana su Mundial de Rusia…

Según se pudo reconstruir, laudó el jefe de Gabinete en favor del presidente del BCRA. Está claro que fue un gravísimo error. No se debe exponer al Presidente de esa forma, pues la consecuencia es la que resultó: un mandatario sumamente débil después de semejante reacción adversa de los mercados.

Mauricio Macri debió vérselas más tarde con Christine Lagarde, con quien mantuvo “una discusión muy ríspida”, según pudo saberse de diversas fuentes. La titular del Fondo le reprochó haber anunciado algo que no se había acordado, y por lo que debió interceder luego ante los directores del organismo.

Pero hubo algo aun peor que exponer al Presidente: que saliera a hablar Marcos Peña al día siguiente, antes de la apertura de los mercados. Al asegurar que “no hay fracaso económico” y que “salimos fortalecidos de esta crisis”, dejó claro que no habría cambios ni autocrítica. Y ahí el mercado se llevó puesto a Cambiemos.

Claramente el problema hoy es político. Es el huevo y la gallina: como los mercados tienen desconfianza de que Macri no vaya a ser reelecto, y que lo suceda Cristina o algún tipo de “populismo”, generan las condiciones para que efectivamente el Presidente pierda…

Ayudaría un acuerdo con los gobernadores que garantice que el objetivo de cumplir con las metas pactadas con el Fondo puede ser alcanzado. No hay señales de que eso suceda, más bien aprestos ante la debilidad notoria del gobierno. Poco después del discurso mínimo del Presidente, la CGT anunció un nuevo paro nacional de 24 horas, y la CTA uno de 36. En plena corrida bancaria el sector más duro de los gobernadores se reunió en el revitalizado CFI, al que llegaron como invitados especiales Miguel Pichetto y Sergio Massa. Luego se sumaron dirigentes de la CGT: cartón lleno. El día siguiente fue el jueves negro.

Esa jornada, a pesar de la lluvia, se registró una multitudinaria marcha para reclamar por el conflicto en las universidades. Uno de los tantos que el gobierno deja prolongar en el tiempo, y que ha sido caldo de cultivo para un fuerte fastidio en su contra. En una síntesis peligrosa, las autoridades entienden que la comunidad universitaria, como la científica, están en la vereda de enfrente, pero debiera recordar Cambiemos que la Alianza entró en la pendiente cuando Ricardo López Murphy intentó hacer un recorte en las universidades.

El conflicto es político y en el gobierno ese sector venía perdiendo la pulseada. El fin de semana, en el marco de las intensas reuniones en la quinta presidencial, se habría finalmente revertido esa tendencia. María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Rodolfo Frigerio le venían pidiendo a Macri oxigenar su equipo de gobierno. El Presidente se mantiene inflexible: no entregará la cabeza del jefe de Gabinete, como le reclaman desde varios sectores. Está convencido de que después de Marcos Peña irán por él. No en vano lo ha definido como “mis ojos y mi inteligencia”.

Pero quienes compartían con Peña esa definición, sus vices Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, no se salvarían de la guadaña. Más allá de la enfática defensa de Marcos Peña, el sábado se daba por confirmado lo que ya el jueves se estimaba inminente: la salida de ambos.

En el sinfín de rumores que circulaban en plena crisis, se hablaba de Rogelio Frigerio como jefe de Gabinete, pasando Peña a Cancillería. Jorge Faurie -siempre según las versiones- podía ir a la embajada de España y desde allí venir el embajador en la península, Ramón Puerta, para ocupar el cargo de ministro del Interior y dar una señal al peronismo. Otros sugerían a Emilio Monzó remplazando a Frigerio, con el mismo objetivo, pero al cierre de la semana Marcos Peña aparecía reconfirmado, aunque como se ve, muy desgastado, con heridas y menos poder.

El que menos figuró en las versiones de cambios fue Nicolás Dujovne, por el simple hecho de ser quien lleva adelante la negociación con el Fondo y mantiene una fluida relación con Lagarde. El ministro de Hacienda trabajó sin descanso todo el fin de semana para los anuncios de este lunes, en los que ya ha trascendido que involucrarán retenciones. Pese a la promesa presidencial en sentido contrario, pero está claro que el contexto ha cambiado lo suficiente como para que la medida -que tendrá un plazo fijo- cause menor impacto en un sector caro al electorado de Cambiemos. Se modificarían también bienes personales y pese a la resistencia original de Macri habrá una reducción de ministerios. Una medida de impacto fiscal acotado, pero de efecto deseado, en el marco de una perinola que ha marcado un drástico “todos ponen”. La inflexibilidad de Macri habría terminado cediendo este sábado.

Sería osado imaginar una estrategia deliberada en la suba del dólar, pero llamó la atención la manera veloz con la que escaló el jueves, sin mayor reacción de parte del Central. Vale recordar lo que en este mismo espacio advertíamos la semana pasada, respecto de la posibilidad de que la escalada del dólar fuera un efecto deseado para licuar el gasto. “Si no aparece plata fresca del Fondo, la alternativa más potable es la licuación”, señalaba el economista Germán Fermo, que incluso no descartaba que esa fuera una alternativa factible, aun con la plata fresca del Fondo. Más allá del “costo social tremendo” que tendría. Lo cierto es que el nuevo valor del dólar equilibra las balanzas comercial y de pago, y ni qué hablar del efecto sobre la fuga de dólares a través del turismo. “En dos años y medio se fueron 80 mil millones de dólares entre atesoramiento y turismo”, dijo en la semana Carlos Melconian, quien supo ser el economista preferido de Mauricio Macri, pero que no volverá al redil mientras siga Peña.

Ahora desde un perfil crítico -pero “constructivo”, aclara-, Melconian cuestiona lo que hizo el gobierno en sus dos primeros años. Valora las perspectivas de lo que pueda aportar Vaca Muerta, pero aclara que eso hoy no es tangible: es como “si volviera Lautaro Martínez a Racing. Si viene, mejor… Pero mientras tanto hay que arreglarse con lo que hay. Y lo que hay es el campo”, dice. En ese sentido es crítico de que el gobierno haya gastado dólares en infraestructura y créditos. Para él, primero había que hacer los deberes y contraer el gasto. Lo otro “viene con la estabilidad y era para el segundo mandato”.

Un segundo mandato que ahora está en duda, crisis mediante. Pero que muy probablemente si Cambiemos hubiera hecho de entrada lo que Melconian proponía, hubiera tenido aun menos perspectivas de ser alcanzado.

 

5 comentarios Dejá tu comentario

  1. Cuando se dice que se tomado un rumbo de 360º respecto a 2015, parecería que este es el caso.Con la sola diferencia, de que antes la deuda que ahora está afuera (y hay que pargarla con la que dejo el gobierno anterior), en gran parte la tenía el BCRA con las LETRAS INSTRANSFERIBLES DEL TESORO, que eran un "paga Dios", sumado el vaciamiento de reservas del BCRA incluidos los Yuanes convertibles Chinos y el vaciamiento de los bonos en dolares del fondo de garantìa ANSES. Ahora al menos hay poco mas de u$s 50mil millones de reservas, que con el precio del dolar actual, cubriría la masa monetaria circulante. Pero de todos modos la crisis es de CONFIANZA, porque no se ven MEDIDAS REALES DE ACHIQUE DEL GASTO PUBLICO, en los que lamentablemente se debe evidenciar con el cierre de FABRICAS QUE NO FABRICAN Y ORGANISMOS QUE SOLO SON NICHOS DE OPORTUNIDADES PARA UNOS POCOS, SOSTENIDO POR EL SACRIFICIO DE MUCHOS.¡ Hay que sacarse la careta en serio y generar con esos fondos TRABAJO GENUINO, PRODUCTIVO O INFRAESTRUCTURA PARA EL TRABAJA Y PUEDE GENERAR TRABAJO. Si en una casa hay CRISIS ECONOMICA, se elimina desde el cable, hasta las clases de baile de la nena o el profe de tenis del nene. Pero no se puede seguir viviendo como si no pasara nada. ¡"QUE TRAIGAN LA QUE TIENEN AFUERA"!, es el argumento de bruto mas usado,cuando saben que ESO no va a suceder nunca, pues "la van a traer" cuando haya CONDICIONES SUSTENTABLES y no aventuras demagogicas para vivir "bien" por un tiempo y luego otra vez volver a la crisis. ¿Acaso no se comprende que no somos capaces de TENER SOBERANIA MONETARIA defendiendo NUESTRO PESO? ¡Ah, pero nos preocupamos por los "imperialismos" y las "corporaciones" que nos hacen "el mal"! ¡NI LOS IMPERIALISMOS QUIEREN NUESTRAS EMPRESAS! Además el 80% de la ECONOMIA PRODUCTIVA ARGENTINA ESTA EN MANOS DE GRUPOS ECONOMICOS FORANEOS. ¡DESPIERTEN DE TANTA PAVADA! ¿O se creyeron la estupidez de Duhalde: "Argentina està condenada al Exito",? El EXITO se lo construye, NO VIENE SOLO.¡FARSANTES!

  2. Pehuen Curá ¡EXACTO volvimos al mismo lugar que salimos! Por eso marco la sola diferencia, de que antes la DEUDA estaba en papelitos en el BCRA y era IMPAGABLE además de no tener reservas y ahora la tenemos afuera y habrá que pagarla de alguna manera y por lo menos tenemos reservas para zafar por un tiempito. Pero en todo lo demàs estamos en la misma.

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