Nuevamente la muerte de un niño es noticia que indigna y causa dolor. En Córdoba –La Calera- un nene de 8 años ingresó en el Hospital Arturo Illia de esa localidad sin vida el 28 de febrero pasado. Fue llevado por su padre adoptivo, quien se presentó en el nosocomio y después de confesar que lo había golpeado, quedó detenido y a disposición de la Justicia.
Lucas tenía 8 años, había sido "dejado" por su familia biológica cuando nació -junto con sus tres hermanitos, debido a la extrema pobreza en la que vivían- en un hogar de chicos abandonados, el Instituto Superior de Psicopedagogía y Educación Especial Dr. Domingo Cabred, hasta que fue entregado en guarda judicial con fines de adopción plena por el juez de menores Dr. Daniel Strasorier, a la pareja que se encuentra detenida, ya que el nene presentaba golpes y no del día anterior, como especificó la Fiscal del distrito 4, Turno 3 Maria Dolores Romero Diaz quien está a cargo de la causa.
La burocracia y el retardo de la justicia son detonantes esenciales para que este niño pasara su corta existencia en lugares especiales. La ineficiencia de las autoridades, luego, fue lo que provocó el desenlace fatal. ¿Cómo es que desconocían lo que sucedía? ¿Acaso las visitas que se realizan desde los juzgados no son para velar por la integridad del niño?
El juez que concedió la guarda judicial a esta pareja alega que no cree que haberle otorgado el pequeño a la pareja haya sido un "fracaso" y que siente una gran angustia porque apostó a la vida y el resultado fue exactamente el inverso.
Es evidente que el magistrado se equivocó, que los informes que se realizan cuando una pareja se presenta para adoptar no son completos, exhaustivos, porque el padre adoptivo ya presentaba antecedentes penales y el juez los ignoraba.
Lo sucedido demuestra que los informes socio ambientales, psicológicos y psiquiátricos presentan deficiencias, porque la ley de adopciones a nivel nacional exige entre los requisitos que la pareja o matrimonio o quien sea aspirante para adoptar, se someta cada 3 meses a una actualización de los antecedentes penales. Y no puede explicarse cómo en este caso se ocultaron
No se puede permitir que la vida de nuestros chicos tenga valor cero, que se cubran conductas violentas que arrastran también un pasado de violencia física y psíquica.
La titular del Consejo del Menor y la Familia, Maria Elena Nadeo, dice que en muchos casos se busca adoptar chicos para depositar en ellos sus problemas.
Los encargados de armar las carpetas en las instituciones nacionales y privadas deben "comprobar" con mayor detenimiento a la pareja en toda su esencia, siendo primordial -en caso de corresponder- el rechazo de una carpeta frente a la mínima sospecha de conductas violentas o paranoicas.
Primero le tocó a Ludmila, después a Nachito y ahora a Lucas. La pregunta que nos hacemos todos es ¿hasta cuándo nuestros niños, nuestros "locos bajitos", nuestros "hijos del sol" perderán la vida en manos de adultos que se descargan en ellos?
Graciela Catalán Alvarez