Desde hace años, y en algunos casos décadas, en distintos rincones de nuestro país, siguen estando al frente de cargos políticos como sindicales, casi siempre, las mismas personas.

Uno de los principios del sistema republicano que tiene la Argentina, es la periodicidad en los cargos.

Si bien, a nivel político como sindical; existen actualmente muy buenos cuadros; también hay que señalar, que existe un marcado desgaste de ciertos dirigentes, que desde hacen demasiado tiempo están en el poder, muchas veces, obstruyendo a través de distintas formas, que puedan surgir nuevos liderazgos (renovación generacional), planteando que la única alternativa son solamente ellos, como si fueran los Mesías que vienen a salvarnos, lo que desde ya es un total disparate.

Tanto en la política, como en el sindicalismo, hay notables dirigentes que han hecho mucho por sus representados.

Pero también, hay dirigentes políticos como sindicales, que no han trabajado para obtener nuevos logros para quienes representan, sino que además, han venido perdiendo los derechos y conquistas históricas que sus antecesores lograron, lo que desde ya es absolutamente inaceptable.

Eso demuestra que hay ciclos agotados, tanto en la actividad política y como en la sindical.

Hay un importante número de argentinos, que sienten que muchos políticos como sindicalistas, ya no los representan.

Para evitar que esta situación se agrave, nuestros legisladores, deben trabajar en nuevas normas legales, que terminen con los períodos ilimitados, tanto en la función política (cualquier cargo electivo, pasando de un cargo a otro), como en la sindical.

Se debería establecer la posibilidad de dos períodos (uno en el que se gane y una sola reelección, si así lo determinan las personas), y posteriormente, volver a la actividad laboral desde el llano, nuevamente, como cualquiera de nosotros.

Asimismo, se debería prohibir expresamente que esa persona, vuelva a ocupar cargo alguno en esa actividad (política o sindical), para que todos aspirantes que tengan las ganas, la capacidad y el compromiso social necesario, puedan llegar también.

La Argentina, es uno de los pocos países del mundo, en el cual, parte de la dirigencia política como sindical, excluye a los potenciales nuevos líderes (los mejores capacitados).

La Argentina, es uno de los pocos países del mundo, en el cual, parte de la dirigencia política como sindical, impide la renovación y en ciertos casos, le teme.

La Argentina, está frente a una preocupante crisis de representatividad, y así lo siente una importante parte del pueblo.

Por estos tiempos, se observan casos de dirigentes que no han logrado absolutamente nada trascendente, y solo resaltan por su personalismo, verticalismo, soberbia, vanidad, desgaste en el poder, carencia de nuevas ideas y proyectos innovadores, y en definitiva por una nula gestión.

Es por ello, que hay que profundizar aún más, la democratización de la política y de los sindicatos.

Lamentablemente, hay políticos como sindicalistas, que olvidaron que están en su función para mejorar la vida de la gente, y se olvidaron de sus orígenes.

Lamentablemente, hay políticos como sindicalistas, que una vez en el poder, se alejaron de quienes los pusieron en ese lugar.

No es la gente, la que se aleja del dirigente.

Es el dirigente, quien se aleja de la gente a veces con lo que hace.

Es por ello, que la Argentina hoy, necesita renovación política y sindical.

Carlos Emanuel Cafure
Abogado
subastascafure@yahoo.com