En estos últimos años, se viene instalando la necesidad de avanzar sobre la flexibilización laboral en la Argentina, al igual que otros países vecinos, con gobiernos neoliberales lo vienen haciendo puertas adentro.
El actual gobierno nacional (acompañado por algunos gobiernos provinciales), viene de alguna forma implementando esta idea, sin haber aprobado aún una reforma laboral (que claramente, buscará recortar de derechos y conquistas obreras).
A través de distintas formas, quienes pretenden llevar a los activos argentinos al pasado en materia laboral, es decir, a una suerte de esclavitud moderna, están apretando el acelerador, marcando agenda, instalando temas, estigmatizando a trabajadores que tienen convenios colectivos de avanzada (que todos deberían tener) o salarios dignos, y diera la sensación, de que en ciertos casos, se están adecuando algunas actividades estatales como privadas, a la mencionada reforma laboral desde adentro hacia afuera, para que solo quede por aprobar el marco legal, por último.
Es importante destacar, que existen muy buenas organizaciones sindicales en nuestro país, que vienen enfrentando estos constantes embates y realmente son un orgullo para sus representados.
Pero también, hay casos en los que parte del sindicalismo, es funcional y ha acompañado, decisiones que van en contra de quienes dicen representar o cuidar sus intereses.
La sensación que tienen algunas trabajadoras y trabajadores, es que hay representantes sindicales, que a través de lo que hacen o de lo que no hacen, solo han demostrado que ya no los representan, y así lo han sentido miles de trabajadores, con el triunvirato de la C.G.T. (en el que hoy solo quedan dos integrantes, de los tres que había).
Un importante e histórico dirigente sindical como Hugo Moyano, hace unos meses atrás en un acto de la Multisectorial 21 F en el estadio de Atlanta, se refirió a otras organizaciones sindicales, bajo la siguiente frase: "O luchan con los trabajadores, o están con los oligarcas".
Claramente, hoy cada activo en la Argentina, puede advertir si su organización sindical está luchando en serio con sus trabajadores, o si en la práctica están con los oligarcas.
La reforma laboral y la flexibilización laboral, que se está aplicando en ciertas actividades, solo van a pasar, no solamente si lo consienten algunas conducciones sindicales, sino que fundamentalmente, si lo permiten las propias bases de los gremios.
Existen sobrados casos, de históricos y entrañables dirigentes sindicales que pasaron por distintos rincones de esta Nación, que lucharon enérgicamente, sufrieron persecuciones, agresiones, detenciones, y en definitiva terminaron dando todo de sí, para que hoy muchas trabajadoras y trabajadores argentinos, puedan tener derechos y conquistas, que les permitan vivir dignamente. Tener derechos y conquistas, que a sus familias les permiten vivir dignamente. Tener derechos y conquistas que han sido únicos en el país. Tener derechos y conquistas, que anhelan algún día tener otros trabajadores. Tener derechos y conquistas, que hoy quienes quieren flexibilizar el trabajo, dicen que son privilegios.
Evidentemente, hay sectores políticos y empresariales, a los que les irrita e incomoda a sus intereses, que en la Argentina existan trabajadores que vivan dignamente.
Son esos mismos sectores, que buscan modificar las normas legales que benefician al trabajador, discutir salarios a la baja, Convenios Colectivos a la baja (que por ley está vedado), y condiciones indignas de trabajo.
Es por ello, que la clase trabajadora junto a sus representaciones sindicales, deben de manera urgente, comenzar a revertir esta situación.
Deben empezar a instalar agendas.
Deben volver a marcas las iniciativas.
Deben luchas para alcanzar nuevos derechos y conquistas.
Deben enviar un claro y contundente mensaje, a quienes buscan flexibilizar el trabajo aquí.
Pero sobre todo, deben defender las conquistas y derechos adquiridos.
Carlos Emanuel Cafure
Abogado
subastascafure@yahoo.com