Ya es harto conocido el manifiesto social en contra (supuestamente) de la desigualdad de género que viene llevando a cabo el colectivo de actrices, con un estilo neo-feminista que pretende ser más un movimiento político partidario que otra cosa.
En ese contexto, con el aval y la voz de la cantante Miss Bolivia, dicha agrupación filmó un video titulado “generaciones” que refiere al “micromachismo” y un cambio en las futuras generaciones, con frases de la periodista Ingrid Beck para un proyecto de la Fundación Huésped (Ver video al pie).
Es dable observar que el punto de vista que presentan estas mujeres es un tanto cerrado y, sobre todo, homogéneo respecto de la imagen del hombre en general.
Sin embargo, este movimiento, que se presenta como feminista de una nueva generación, no es más que una agrupación político partidaria, como bien se menciona más arriba, yendo en contra de los verdaderos intereses que deberían fluctuar entre el mencionado colectivo.
Nada mencionaron respecto de Rodrigo Eguillor, no casualmente hijo de una fiscal kirchnerista; tampoco lo hicieron sobre Sergio “Reptil” Chorloque, a la sazón hijo de Milagro Sala; tampoco del senador camporista Jorge “El Loco” Romero; y ni hablar de Pablo Marchetti, pareja de la diputada nacional ultrakirchnerista Victoria Donda… ¿Coincidencia?
Este breve artículo nada tiene que ver con desprestigiar la lucha por la igualdad de género o contra el abuso en todas sus ramas, por el contrario, por unanimidad, el staff de Tribuna de Periodistas piensa que es necesario un cambio de paradigma en ese sentido. Aunque es válido destacar que el video musical demuestra la irrisoriedad de un grupo de mujeres que se llenan la boca de palabras vacías (algunas de ellas incluso con un lenguaje que presumen inclusivo aunque sea justamente lo contrario), porque al fin y al cabo lo único que cuenta es la participación política.
En tal sentido, de la misma manera que critican al “macho” de meter a todas las mujeres en la misma bolsa, deberían pregonar la intolerancia a tal práctica y no reciclarla, ello sería lo más lógico.
No hay mucho más que decir, únicamente que lo dicho por estas mujeres carece de valor al estar tan enterradas en la militancia y no luchando por lo que ellas mismas dicen patrocinar, la palabra “desfachatez” queda corta.