En la actualidad, no hace falta estrellar aviones para saber cómo reaccionarían estas maravillas electrónicas ante un escenario bélico.
Cada nave de guerra norteamericana, por ejemplo, vale unos 250 millones de dólares.
Como se imaginarán, son absolutamente computarizadas. Sus performances y precisión de disparos se apoyan en informaciones satelitales.
Por ello, ya se han ensayado todo tipo de batallas ficticias en simuladores entre los aviones de EEUU y los rusos que tiene Venezuela. Entre ambos existe una gran diferencia.
Los del "Imperio" son de quinta generación, lo que los hace furtivos, indetectables para los radares.
Los F 22 Raptors (cada uno cuesta 250 millones de dólares) y los F 35 son joyas que sólo podrían ser desafiados por los Sukhoi rusos 57 o los chinos J 20.
Sin embargo, el chavismo compró naves de cuarta generación, los Sukhoi 30,
Se trata de verdaderas flechas letales capaces de vencer a sus pares de Latinoamérica: los F 16 chilenos, por ejemplo.
Estas "bellezas" rusas podrían devastar Colombia en cuestión de días, pero no están en condiciones de vencer a una oleada de Raptors y de bombarderos B 2 (750 millones de dólares cada uno, el avión de guerra más caro de la historia).
Los B 2 también son invisibles para los radares y han logrado penetrar cuanta defensa anti aérea le hayan planteado. Las 20 unidades de este tipo que dispone Donald Trump podrían barrer todas las armas chavistas en una sola semana de operación.
¿Por qué ocurre esto? Porque los países del Tercer Mundo nunca van a poder comprar la última novedad del mercado, ya que los haría peligrosos. Como monos con ametralladora.
Cuando Argentina demostró en la guerra de Malvinas, en 1982, que la combinación letal de aeronaves Super Etandar franceses con misiles Exocet era capaz de hundir a toda la flota inglesa, la premier británica Margaret Thatcher le exigió a su par de la OTAN, el presidente galo Francois Miterrand, que le entregara los códigos de los proyectiles, porque estaban a punto de perder la guerra.
El sicólogo de Miterrand lo cuenta en un libro ya que el ex mandatario tenía un enorme dilema a resolver. ¿Debía conservar el prestigio de la industria de armamentos de su país o debía ayudar a sus socios del tratado del Atlántico Norte?
Por supuesto, se entregaron los datos y los ingleses lograron desactivar semejante amenaza.
Desde entonces, nunca un país marginal pudo volver a desafiar a una superpotencia.
Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Padrino López y todos los impresentables que gobiernan el país caribeño saben que en un escenario de guerra real serán masacrados.
Luego de terminar con las defensas anti aéreas y los Sukhoi 30, los norteamericanos arrasarían el país con F 15, F 16 y grandes bombarderos sin necesidad de utilizar marines.
El filme biográfico de 2005 llamado Soldado Anónimo (Jearhead, en inglés) muestra como los francotiradores de USA se entrenan en vano durante meses antes del operativo Tormenta del Desierto.
En el final del filme, un marine le suplica a su jefe que lo deje matar a un irakí que tiene en la mira, pero la solicitud es denegada. Una andanada de letales aviones destroza la fortificación de Saddan Husseim y los "héroes" vuelven a sus casas en Estados Unidos sin haber disparado un solo tiro.
Las guerras del Siglo XXI se pueden ensayar por computadora, no hace falta que esta casta de asesinos que gobierna desde Caracas haga sufrir más a un pueblo que vive su peor tragedia en dos siglos de existencia.