Cuando en las elecciones del año 2003,
la interna política del PJ, se dividía entre los adeptos a un ya alicaído
Carlos Menem y Eduardo Duhalde, asomaba un dirigente político del sur, su
nombre Néstor Kirchner a quien se lo conocía por algunas medidas económicas
cuestionadas en la provincia que gobernaba y además por su esposa, una
legisladora que atraía la atención de sus pares en la Cámara y de otros
hombres cercanos al poder.
En una jugada estratégica, Duhalde, consiguió que Menem
se retirara de la lucha presidencialista abrumado por la escasa repercusión
de su imagen y así asomara, el tímido hombre del sur, un tipo al parecer
sencillo y con ganas de trabajar.
Así, este hombre, que ganó su presidencia con un
porcentaje histórico por la poca representatividad, se esforzó en mostrarse
de perfil bajo, y prometió luchar contra la corrupción y defender los
derechos humanos, conciente de que necesitaba legitimidad para su triunfo y
poder obtener gobernabilidad comenzó a operar desde el corazón mismo del PJ,
hacia las masas.
Supo aliarse con los sectores más progresistas y hacer de
la denominada “lucha por la memoria” su estandarte. Su crecimiento, tuvo
roces con su mentor Duhalde, quien esperaba ser el hombre fuerte tras el
presidente, pero terminaría siendo una nueva víctima política de quien paso
a paso, se convirtió en el hombre fuerte del peronismo. Incorporó a su
equipo a diferentes políticos, incluso a los más activos duhaldistas, tal
vez el más emblemático de todos, como ser Aníbal Fernández, quien desde el
importante Ministerio del Interior no dejó nunca de llevar agua para su
molino. Fernández es un político ambicioso, hábil en los acuerdos y de un
perfil personal bajo, perfil que intenta hacer respetar a sus colaboradores
políticos y que a veces lo irrita cuando no se lo obedece, temeroso de que un
escándalo lo aleje de la gobernación de la provincia de Buenos Aires a la
que mira con un deseo que ya no oculta. En pos de su meta y de ser un
“hombre clave”, actúa en todo tipo de conflictos sociales, incluso los
que nada tienen que ver con su cartera, la estrategia, ser in referente político
y social, obtener presencia permanente en los medios y de esta manera
instalarse en el inconsciente de la sociedad. En el extremo de mostrar su
nueva fidelidad ha llegado a enfrentar a los Duhalde con frases mediáticas,
pero no ha ido más allá conciente de que su pasado es mejor dejarlo allí.
Cultor de las intrigas más dañinas suele terminar las mismas con la
muletilla, “a mi no me consta, pero…”
Alberto Fernández, un hombre con muchos años en la función
pública, de un perfil bajo hasta su Jefatura de Gabinete, desde donde lucha
para obtener más poder, algo que no se puede criticar ya que todo político
busca lo mismo, pero sí podemos destacar algunas acciones que revelan a un
hombre ávido de poder y de control, quizás esa sea la palabra control, y en
ese objetivo los medios son siempre un exquisito bocado, además de una buena
vitrina, para la política y porque no para verse sexy.
Cristina Kirchner, una legisladora muy hábil, una mujer
que posee uno de los caracteres más temidos en el ambiente de la política,
secundada por algunos legisladores que actúan como “guardianes” de su
imagen, lo cierto es que a pesar de la excelente oratoria de la que obtiene
una imagen atrayente, su trabajo legislativo no es el mejor ni el más
productivo, tal vez, faltó un equipo de trabajo a la altura de su imagen que
atendiera ese punto. Por lo demás es una mujer que no oculta sus intereses,
políticos (intención presidencial) ni su coquetería.
Y por más esfuerzo que haga ella y sus colaboradores
está muy lejos de la gente, de hecho ni ella ni sus colaboradores suelen
siquiera responder a los miles de pedidos que recibe, a pesar de que un
legislador se debe o se debería a los votantes de su distrito.
De Néstor Kirchener, nuestro presidente, no hay mucho por
agregar, solo que es un hombre que toma de cada quien lo que le es útil, y en
procura de mantener su poder y liderazgo es capaz hasta de sumar a Carlos Saúl
Menem, de hecho ha implementado muchas de sus prácticas.
Así los argentinos, de alguna manera somos espectadores de
una película en la que los únicos héroes parecen ser ellos, posando para
las cámaras, luchando contra el precio de la carne, pagando la deuda para
vencer a los especuladores externos, defendiendo la memoria y los derechos
humanos, negociando aumentos salariales, etc.
En conclusión, pocos se adaptan tan bien a sus personajes,
Kirchner se dobla y se estira sin romperse, esquiva los conflictos con la
habilidad de un hombre elástico, Cristina desde su producida belleza
desparrama glamour, pero son pocos los que pueden verla cumpliendo como
legisladora las tareas para las que fue elegida no por imposición, sino por
una decisión personal de serlo, una mujer que en algunos momentos parecería
invisible en los lugares y muchos donde se necesita no solo de su presencia.
Aníbal Fernández, el hombre de fuerza del gobierno, el
mismo que es capaz de increpar en cámaras a manifestantes, que no oculta de
vocabulario de barrio de ser necesario ni tampoco tiene problemas en enfrentar
lo que le pongan delante, y hasta tener la cara de piedra para no reconocer
que la Policía Federal Argentina está cada vez más lejos de ser una
Institución seria y respetuosa de la Ley, cada vez se conocen más casos de
corrupción y de mal desempeño, pero siempre serán casos aislados aunque el
techo del ministerio se le caiga en la cabeza después de todo es de piedra.
Alberto Fernández, hoy es como el "hombre llama",
de tanto buscar protagonismo, algunos sectores del mismo kirchnerismo al igual
que a Aníbal Fernández, buscan desplazarlo, internas que se dicen.
En mis continuas recorridas por las dependencias oficiales,
no he dejado de encontrar a ciudadanos con reclamos sin atender(usted
seguramente lo vivió), miles que esperanzados escriben a esos funcionarios
que nunca responden o que como en el caso de Aníbal Fernández, ni siquiera
tienen el respeto de atender a madres que para ser atendidas se encadenaron en
Casa de Gobierno, y que el presidente derivó al multifacético ministro que
obligado las recibió y en la segunda reunión se hizo negar por su
secretaria, pero que durante meses tuvo tiempo de reunirse con el hoy Juez
Federal Armella quien siendo fiscal lo investigaba junto a su hombre Villordo,
a pesar de que según siempre manifestaron las reuniones semanales no eran de
importancia, curiosa forma de manejar la agenda.
En nosotros los ciudadanos está la responsabilidad, cuando
vayan a votar, piensen en mañana y no en el hoy; a Doña Rosa le dieron un
electrodoméstico por un voto y hoy no puede pagar la luz, aumento el gas, no
tiene agua potable y no le alcanza la jubilación.
Marcelo Ricardo Hawrylciw
Editor Diario El Sindical
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