Alberto José Samid, peronista hasta el caracú, no comprendió del todo la frase histórica de Perón: “De todos lados se vuelve, menos del ridículo”. Samid, con su voz de pito y su prominente abdomen hizo absolutamente de todo para quedar en la historia bizarra y despreciable de la política argentina. Tiene algunos momentos memorables que están en todos los archivos de la grosería y la decadencia de la televisión argentina. Los más recordados son su pelea en vivo y en directo a las trompadas con Mauro Viale. Y esa provocación antisemita de repetirle una y mil veces que dijera su verdadero apellido. Viale lo había acusado de avalar el atentado terrorista de la AMIA y el carnicero se puso a su lado, cara a cara, y le dijo “Te voy a matar” y le pegó un derechazo cortito en la cara. Después vino el revuelto de puñetazos, patadas, productores que intentaban separar e insultos. Se cayó al suelo Mauro pero no fue por toda la cuenta. Logró levantarse y seguir tirando sus patadas voladoras. Fue tragicómico.
Con Menem tuvo un breve distanciamiento cuando Samid envió toneladas de carne a Irak durante la guerra del Golfo pese a que Argentina había adherido al embargo decretado por Estados Unidos al régimen de Saddam Hussein.
Ni hablar de cuando Samid fue al programa de Marcelo Tinelli a bailar (bueno, a bailar, de alguna forma hay que llamar a esos movimientos paquidérmicos) con el disfraz de estar haciendo un gesto solidario.
No hay que confundir la carcajada triste que producen sus actos con su condición de delincuente hoy prófugo y desafiante de la justicia, siempre bajo el sol del poder peronista de turno.
Samid será ridículo pero no come vidrio. Se pegó como estampilla a Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Daniel Scioli, con quien solía compartir largas partidas de ajedrez en las tardes aburridas de La Ñata.
Con Menem fue asesor. Fue diputado provincial bonaerense de la mano de un patotero jurásico llamado Raul Otacehé, ex intendente de Merlo. Fue director del Mercado Central. Anduvo con una carnicería con rueditas por todos lados tratando de chuparle las medias a Cristina con el lema de que “El Rey de la carne” como se autotitula, podía vender mucho más barato que otros.
Aseguró que lo quieren meter en cana porque defiende a las Malvinas y al compre nacional, pero discutió su huida hasta con su propio abogado Vicente D’Attoli que le aconsejó lo contrario. No iba a ir preso si se presentaba. Iba a quedar en libertad hasta el final del proceso. Pero ahora todo cambió. Por haberse fugado el tribunal puede considerar que está en condiciones de hacerlo de nuevo y por lo tanto castigarlo de inmediato con una prisión preventiva.
En una de sus varias apariciones mediáticas dijo que tiene 71 años, que toma pastillas y que no puede estar ni un minuto preso. “¿Qué quieren, que termine como Cristóbal López? Se preguntó.
Samid dejó el tendal de deudas por todos lados. En Cañuelas quedó debiendo cerca de 500 mil pesos a una institución que se ocupa de cuidar a los ciudadanos de la tercera edad y que tiene muy pocos recursos. No pagó alquileres y la luz durante el tiempo que ocupó ese local con una de las 30 carnicerías de su cadena. Samid habla de justicia social pero dejó casi a la intemperie a un grupo de jubilados necesitados.
Sus payasadas excéntricas lo hicieron más conocido. Anoche llamó por teléfono a Nicolás Wiñazski a TN en cámara. El colega colocó el micrófono en el celular para que todos escucháramos los exabruptos de Samid. A los gritos le decía a Nico que se va a entregar a la justicia el día que el fiscal Carlos Stornelli se presente en la justicia y entregue su teléfono celular. Le reprochaba la información que Nico había dado sobre su paradero. Dijo que vía Formosa, el territorio gobernado por otro amigo suyo, el señor feudal Gildo Insfran, cruzó a Paraguay el 24 de marzo y desde allí, en avión a Panamá.
Hoy, Interpol envió un alerta roja a todos sus hombres que al parecer lo tienen ubicado en una guarida fiscal como Belice, país con el que no tenemos convenio de extradición. Pregunta chicanera: ¿Se hará una escapadita a Cuba para visitar a Florencia Kirchner? Todas las policías del mundo están buscando a este impresentable. En Bélice, si no lo atrapan, va a poder aprovechar esas playas caribeñas de agua transparente y la barrera de coral que es la segunda más importante del mundo.
Sin embargo, Samid dijo que está en la Argentina rodeado de árboles y 8 tranqueras y que en 12 horas de auto puede llegar a los tribunales de Comodoro Py donde no se presentó en tres ocasiones. Vocifera que es un preso político perseguido por Macri y por “comodoro pro”, que es una unidad básica del gobierno.
Es un personaje menor que está acusado de evasión fiscal de 28 millones de pesos y de asociación ilícita por el fiscal general ante la Cámara de Apelaciones en lo Penal Económico, Gabriel Pérez Barberá, que pidió 6 años y medio de prisión. El matarife no quiere asistir a la lectura del veredicto del juicio y apuesta a que el caso se caiga y prescriba y que tenga que ser juzgado de nuevo. Estaba a punto de ser sentenciado por el Tribunal Oral en lo Penal Económico 1.
Por momento parecía una cadena nacional. Habló hasta por los codos por todos los medios de comunicación disponibles. Primero con sus amigos kirchneristas como Víctor Hugo Morales en C5N, por supuesto.
Samid dice que el fiscal le pidió una coima de casi dos millones de dólares para dejar todo en el olvido. Pero no hizo la denuncia en ningún lado y no tiene ninguna prueba. Solo es su palabra y convengamos que su palabra está más devaluada que el peso argentino en los últimos años. Está en la clandestinidad y hasta su hermana Alicia está acusada de complicidad.
El matarife matancero tiene varias cuentas pendientes ante la justicia. En el sector lo acusan hasta de abigeato (es decir de robar ganado) y hasta Felipe Solá cuando era gobernador de Buenos Aires, hizo esa denuncia. Fue mucho antes de cerrar dos de los frigoríficos que tenía. Algunos de los juicios son laborales. Muchos trabajadores que tenía en negro y dejó colgados del pincel producto de su costumbre fabuladora y pendenciera.
La cédula roja de Interpol aporta la fotografía de Samid y algunas de sus características. Dice que es “violento” y que “a pesar de su avanzada edad” manifestó varias veces su oposición a cumplir las órdenes de las autoridades públicas. Le definen como “prófugo por un proceso penal”.
Una vez desafió a Anátoly Karpov, campeón mundial de ajedrez a unas partidas simultáneas. Salió diciendo que hizo tablas. Otros participantes aseguraron que no hizo tablas, que hizo trampas que no es lo mismo.
Él dice que no quiere ser un preso político como los que están en Ezeiza y Marcos Paz. Ya le dije que esto es el colmo del ridículo. Si Samid es un preso político yo son Ernest Hemingway.
Alberto José Samid, prófugo de la justicia, amenaza y desafía. Dice que es el “Rey de la carne” Pero en realidad fue y es “El Rey de la trampa”.