A
MANERA DE INTRODUCCIÓN
Siempre se ha sostenido
que el periodismo es el vehículo sanguíneo del cuerpo social de un país. No sólo
brinda la posibilidad de acercamiento entre los hombres, sino que también
permite ubicar al ser humano frente a un mundo en constante evolución. En su práctica
no debe existir eso que se denomina estilo bueno, regular o malo, sino procurar
que lo que se escribe cumpla su función informativa y docente. Y docencia es lo
que con humildad y morigerado talento trato de hacer al poner en evidencia a
quienes - aun con títulos universitarios - pretenden hacer de la medicina un
miserable y redituable negocio incorporándole especialidades absurdas no
reconocidas por las distintas colegiaturas profesionales.
Alrededor del Siglo 400 a.
C. El médico griego Hipócrates eliminó la superstición e introdujo en la
sociedad una “casi” ciencia e ideales éticos sólidamente fundamentados.
Lamentablemente, después de la caída del Imperio Romano esos conocimiento
cayeron en el olvido. Tanto que al prevalecer nuevamente los actos de
taumaturgia, la salud pública, a la que los romanos atribuían extrema
importancia, fue completamente abandonada en la Edad Media. El progreso se había
bloqueado por un muro de supersticiones. Sin embargo, como el de Berlín, ese
muro fue derribado y la medicina evolucionó a pasos agigantados y de manera
equilibrada de la mano del anatomista Andrés Vesalio, y los médicos William
Harvey y Edward Jenner, entre muchos otros. No se habría logrado avanzar
sin el aporte científico de investigadores altruistas como Pasteur,
Fleming, Domagk, Salk y Sabin...
No puedo dejar de mencionar a quien brindó todo su talento quirúrgico
para beneficio de los argentinos y de la humanidad: René Favaloro.
Y como no podía ser de
otra manera, aparecieron los chantas, quienes a pesar de haber obtenido - me
pregunto de qué manera - un título que los acredita como médicos, su
mediocridad como tal los llevó a concebir metodologías absurdas de curación
que a la larga resultan una grosera estafa económica y moral: un accionar al
que me atrevo a calificar como facineroso. Tal el caso del indio Deepack
Chopra, un logrero como todos sus seguidores, y a quien se le atribuye haber
inventado la denominada Medicina cuántica, a la cual se pretende
difundir como una evolución de la histología y que se está expandiendo
peligrosa y mortalmente como la peste negra.
Pero hoy me referiré a un profesional español que practica una terapia
curativa mediante el sistema cuántico para curar la diabetes. Su
trabajo, que ya se practica en Buenos Aires, a salido de una mente febril,
obscurecida y sumamente peligrosa.
Se trata del doctor Manuel Arrieta, de nacionalidad española. Como especialista
y formador de futuros charlatanes para ejercer la absurda medicina cuántica,
reside y opera en la ciudad de Barcelona, aunque sus creaciones terapéuticas
han llegado a nuestro país
donde se las pone en práctica en centros habilitados en la materia. ¿Con qué
resultados?... Sólo Dios lo sabe.
Según este profesional “del
camelo”, “la medicina
cuántica no es una terapia, es un nuevo enfoque de la medicina que va
más allá de la molécula, por lo que se considera
a la energía como la base del ser humano”.
Sostiene,
sin hesitar, que esta novel (e absurda, digo yo) rama de la medicina “trata
al ser humano en su globalidad; como individuo, pareja, miembro de una familia y
una sociedad, y cada una de estas facetas desde cuatro puntos de vista:
conciencia, mente, emoción y físico”.
En
lo que hace a cómo debe ser un buen profesional en esta materia, el galeno
hincha del Barsa sostiene que “se debe ser médico y con cursos de formación sobre medicina cuántica
(mínimo un año de especialización)”.
Sin embargo, omite
aclarar en qué Facultad de Medicina - ya sea de España u otros países
europeos - se dictan esos cursos de
postgrado. No sería de extrañar que los diplomas hayan salido de la Argentina,
donde se suscribieron credenciales fraudulentas que acreditaban distintas
profesiones.
Sobre la aplicación práctica de esta sorprendente metodología
curativa, el matasanos sostiene que “sirve para cualquier tipo de
trastorno, pero principalmente para las enfermedades degenerativas crónicas
(diabetes, artritis, lupus...) y para las que afectan al sistema nervioso y la
conducta (depresión, angustia, ansiedad, pérdida de memoria...)”.
Y en lo que hace a
la duración de los tratamientos y a su costo, no duda en afirmar que “el
tiempo de atención a los pacientes es según la gravedad de cada caso. Si es
una enfermedad genética - aclara -,
por su biorritmo propio de renovación celular, el tratamiento puede
durar hasta ¡siete años!”.
Ustedes
se preguntarán por el costo de estos tratamientos. Pues digamos - según el
propio médico-mercader - cada sesión se cotiza entre 54 y 72
euros.
Ahora me impongo la obligación de dar a conocer uno de los trabajitos
del Dr. Arrieta, especialista plenipotenciario
en
medicina cuántica, y
que excluye
aquello sobre la poca inteligencia que se le atribuía a los españoles en los “cuentos
gallegos”. En este caso se
trata más bien de un cuento de terror por
las implicancias funestas que puedan tener este tipo de tratamientos en
determinadas afecciones.
Lo que sigue es el resumen de una Historia clínica que redactó doña Clara
de Sales, perteneciente al staff de la clínica barcelonesa donde
engrupe el Dr. Curreta..., perdón, el Dr. Arrieta. ¡Ah!,
olvidaba mencionar que este profesional de la charlatanería logró
parir un tratado que llamó El Gran Libro de la Gemoterapia que el
público peninsular conoció a través de la Editorial Vedra. Se promueve
su difusión justificando que la experiencia profesional de Don Manolo
logró que esta obra sea una completa y útil herramienta para la actividad
terapéutica.
Volvamos a la Historia clínica:
DIABETES
“La paciente, llamada Isabel, de
48 años, acudió al Dr. Arrieta porque debido a una diabetes,
que no había podido controlar con la alimentación, es insulinodependiente
desde hace seis meses y eso le ha provocado una profunda depresión.
Tiene antecedentes familiares de diabetes, por parte materna y paterna. Se encuentra muy cansada, le duelen las piernas, y ha perdido
agudeza visual y memoria. Se resfría con frecuencia y ha padecido
varias infecciones vaginales. Las heridas le cuestan de cicatrizar y
tiene una úlcera incipiente en el tobillo a raíz de un golpe. Tiene más
hambre y sed de lo habitual y orina con frecuencia. A todo esto se unen crisis
reiteradas de llanto, insomnio,
apatía
generalizada y cierto abandono en sus cuidados personales.
MEDICIÓN
ENERGÉTICA
“Después de realizar y revisar su historial clínico, el Dr.
Arrieta le practicó a Isabel una organometría
funcional
electrónica,
con la cual midió la energía de cada uno de sus órganos. Esto indicó con
exactitud qué partes del cuerpo de la paciente están dañadas, permitiendo
concretar el tipo de pruebas (análisis, rayos x, resonancias magnéticas,
tomografías, etc.) necesarias para
completar el diagnóstico.
EVALUACIÓN
PSICOLÓGICA
“Para la medicina cuántica, el 100% de las enfermedades tiene un
componente psicosomático.
Por eso el Dr. Arrieta evaluó también el estado emocional y mental de Isabel
para detectar posibles núcleos de neurosis (traumas psicológicos) que incidan
directamente en su salud. Este proceso es fundamental para completar el diagnóstico
y asegurar el resultado del tratamiento.
CAMBIO
DE HABITOS
“El
tratamiento consta de tres partes diferenciadas. La primera consiste en
modificar los hábitos nocivos por hábitos saludables y se concreta en:
·
Dieta personalizada: Isabel
tendrá que mantener una alimentación que propicie el reposo del páncreas.
·
Ejercicios respiratorios:
A través del oxígeno se intenta revitalizar el organismo y tomar conciencia
del propio cuerpo.
·
Programa de acondicionamiento
físico: sesiones
de yoga y, cuando el tiempo lo permita, natación en el mar dirigida a
cicatrizar su úlcera.
·
Técnicas antiestrés: cuatro
sesiones de relajación con cantos gregorianos, meditación y una vez a la
semana realizar alguna actividad artística que despierte la creatividad.
· Contacto
con la naturaleza: Tener
flores frescas en casa y, como mínimo, una
vez al mes pasear por el bosque o por un parque con vegetación.
“La
segunda parte del tratamiento consiste en recetar a Isabel medicamentos
dirigidos a modificar la química de su cuerpo. Tanto de tipo tradicional (alopáticos)
como homeopáticos, flores de Bach, plantas medicinales y oligoelementos.
CRISTALOTERAPIA
CON CUARZO ROSA
“El objetivo de la tercera y última
parte
del tratamiento es aportar bioenergía, incrementar la síntesis de endorfinas
(hormonas de la felicidad) y reducir la carga psicosomática. Para eso la
paciente deberá sostener un cristal de cuarzo rosa, media hora en cada mano,
seis veces por semana durante un mes sí y un mes no, hasta estabilizar el azúcar
en la sangre”.
*
* *
Lo que acaban de leer, estimados amigo, es increíble... pero real.
Está publicado en España y difundido al mundo a través de la revista “CUERPO
MENTE”, desde la cual se promueve la práctica de esta funesta hechicería
médica. Y que ya tiene sus adeptos en la Argentina. Parece un chiste,
pero no lo es. Me resulta triste ser testigo de cómo se puede jugar con la
salud de la gente de una manera tan desaprensiva y que las autoridades españolas
y argentinas lo permitan. De hecho he denunciado “centros cuánticos” que
funcionan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Me aventuro a afirmar que la pasividad de los organismos de
Estado, responsables del control de la salud pública en todas sus instancias,
tiende a alentar esta práctica insensata, criminal, con su desaprensivo
inaccionar.
Con relación a la pobre Isabel, desconozco si sigue con vida; eso
lo podrá deducir algún especialista en diabetes. Lo que no dejó de
sorprenderme fue cómo le trastrocaron su estilo de vida, hasta el
punto hacerle abandonar su necesaria insulina.
Y mi aprensión es lo que pueda acontecer con los tratamientos que se
estarían realizando en la Argentina, que genera un gravísimo riesgo para la
salud de quienes padecen de diabetes que requieren insulina periódicamente, les guste o no.
Del resumen de la Historia clínica de Isabel surgen algunos
interrogantes y comentarios: a) ¿Mediante qué tecnología se concreta
una organometría funcional
electrónica? He realizado algunas consultas
y no he podido sacar nada en limpio. Los profesionales a los que acudí
desconocen esta metodología para determinar (digo yo) el funcionamiento de riñones,
hígado, vesícula, corazón, bazo, páncreas, pulmones, estómago, ovarios y
testículos; b) ¿Además de médico clínico, el Dr. Arrieta
tiene la capacidad suficiente como para evaluar psicológicamente a su paciente;
una valoración que a los versados le demandaría mucho, mucho tiempo? c) ¿De
qué manera la cristaloterapia puede ser eficaz (una piedrita en cada
mano) para estabilizar la sangre y morigerar los efectos de la diabetes? Me
resulta otra grosera chantada similar al poder que se le atribuyó a las pirámides.
Pero en este caso, es algo sencillamente canallesco... y mortal. d)
Se le aconsejó a doña Isabel nadar en el mar para cicatrizar su
úlcera. En Barcelona tiene el Mediterráneo a sus pies, ¿pero qué pasa con
aquellos ulcerosos que viven en Madrid, por ejemplo? e) Se le sugirió a doña
Isabel llenar de flores su hogar, retozar por la campiña y apelar a la
flora de Bach. Estoy persuadido de que si sigue al pie de la letras este
tratamiento lo único que logrará será ver crecer las margaritas...
pero desde sus raíces. f) ¿Alguien logrará deducir y explicarme a dónde
puede ser conducido un diabético con las estupideces que se prescriben en los
cinco ítem del llamado “Cambio de hábito”?
Parafraseando
a Mateo apóstol: “Bienaventurados los que caen en manos de médicos
como el Dr. Arrieta, porque ellos
verán a Dios antes de tiempo”.
Juan Isidro González
Yo pienso en que se puede escribir de algo, aun cuando no sepamos... Pero la expresion peyorativa y de ataque hacia otros seres humanos y sus pensamientos solo hace parte de un periodismo rancio y de baja calidad como el de este tipo Isidro...
Desconozco esta nueva medicina, pero poca confianza me da. Siempre que aparece en la ciencia un término nuevo, distintas disciplinas pseudocientíficas tratan rápidamente de darles una utilidad con el fin de hacer parecer más serias sus prácticas. A veces, no usan solo términos nuevos, sino que aprovechan los viejos. No obstante, este tratamiento no solo tiene elementos de la medicina cuántica, sino que hábilmente mezclan elementos de los tratamientos tradicionales y científicos, tales como la mejora en la dieta, las técnicas de relajación (de terapias cognitivo- conductuales), algunos medicamentos tradicionales, etc. Por lo que si tales cosas llegaran a funcionar, serían más atribuibles a los elementos científicos que a los no científicos. De la misma forma que en la edad media, o en la antigua. algunos tratamientos contra la locura (por más que equivocaran o desconocieran sus causas) terminaban funcionando.