En 1895, el escritor inglés *Rudyard Kipling, escribió su mejor poema. “Si…” (If…), un tratado de ética victoriana memorable. Argentina está transitando un año electoral difícil. Enfrenta una decisión crucial para su futuro: ser una nación normal o convertirse en una dictadura proletaria.
Hasta ahora hay un solo candidato cierto a presidente, Mauricio Macri que pretende ser reelecto. Si lo es, hay que exigirle que con ayuda de parte de la oposición, cumpla las promesas que hizo en el 2015. Hay que exigirle que esté dispuesto a escuchar, que su gente abandone la soberbia.
Un proto candidato, parece que lo será, no hay certezas, es Roberto Lavagna. Pretende ser el candidato de una coalición electoral que ya incluye al GEN (Margarita Stolbizer), al socialismo, a la UCR que está fuera de Cambiemos. Pretende sumar a la Iglesia y… lo propone Duhalde.
Hay que recordar que Lavagna, economista, formó parte de varios gobiernos. Siendo PJ fue secretario de industria de Alfonsín, de la mano de Duhalde (recodar que trajo a Kirchner) fue ministro de economía y producción (2002), luego siguió en el puesto con Néstor hasta el 2005.
Reestructuró la deuda externa, pagando US$31 por bonos con el “respaldo soberano de la Nación Argentina”, que los bonistas de todo el mundo habían pagado a US$ 100. Dejó fuera a los “hold outs”, un problema que heredó el actual gobierno. Lavagna se niega a una interna.
Esta negación a disputar su candidatura en las PASO, es una clara muestra de debilidad. En 2007 fue candidato presidencial con la UCR y Gerardo Morales como candidato a vice. Con esta historia y la inseguridad para disputar su candidatura, ¿no aceptará un pacto de impunidad?
Si CFK se presenta como candidata y si consigue ganar las elecciones, ¿qué le espera a la Argentina? En “Sinceramente” (le falta un copete que diga “bad information”) lo deja bastante claro. No aprendió nada. Ella es perfecta, la culpa es de los otros, los presos por corrupción son presos políticos.
Siendo inteligente, es necia. “Yegua herbívora”, todos los caballos lo son. El ego crece a lo largo de las páginas que son demasiadas. Y como todo en su gobierno fue grandioso, excepto el error del “memorándum” con Irán, todo seguirá igual, pero peor. Congelamiento de tarifas, INDEC mentiroso.
Cepo a las monedas extranjeras, mordaza a los medios. Inflación creciente y jamás mencionada. La historia distorsionada y la infraestructura del país sin construir, pero pagada con sobreprecios a los amigos de siempre. Es decir, a aquellos que “no cantaron”, según la jerga mafiosa de G. Moreno.
Si fuera presidente una vez más, habría que escuchar a sus voceros para saber qué le espera al país. Mempo Giardinelli, escritor, chaqueño, dirigente del Manifiesto Argentino (recuerda el Manifiesto Comunista 1848, Marx-Engels), hablando por Canal 5 y escribiendo en Página 12.
“El gran anacronismo es el Poder Judicial”, “según el liberalismo del siglo XVII y XIX tenía sentido: el Poder Judicial equilibraba los poderes políticos del Ejecutivo y Legislativo y ese equilibrio, era la democracia. Pero el siglo XX en su final y lo que vamos del siglo XXI, viene a probar que en realidad el súper poder político es el Poder Judicial, con lo cual hay una distorsión”.
“Nuestra propuesta de nueva Constitución Nacional -nueva, no reforma, el punto central es la eliminación del Poder Judicial, para que en su lugar haya un servicio judicial, un sistema de justicia. Y no es tan difícil”.
“Una nueva Constitución de origen popular que surja de un referéndum donde el pueblo argentino se manifieste, se constituya en poder constituyente, en convención constituyente y elabore un nuevo pacto central”.
Será así, si Cristina vuelve a ser presidente. Hay que agregar la “genial” propuesta de Juan Grabois sobre una reforma agraria. Todos personajes que no se han enterado que el comunismo implosionó, luego de 70 años de dictaduras feroces, simplemente porque el sistema es malo, va en contra de la naturaleza humana.
Si la Argentina vuelve al tiempo previo a la caída del muro de Berlín en pleno siglo XXI, eso lo deben definir los argentinos. Pero, es claro y visible, nadie puede llamarse a engaño; si Cristina vuelve a ser presidente, parafraseando a Kipling que finaliza su poema diciendo,”…entonces serás un Hombre, hijo mío”, se podría decir, “entonces serás Venezuela, Patria mía”.
*Rudyard Kipling, India 1865/Londres 1936, Premio Nobel de Literatura 1907. El poema “Si” es altamente recomendable.