Este jueves, Cristina Kirchner presentó su libro "Sinceramente" en la Feria del Libro, donde la acompañaron los principales dirigentes del kirchnerismo. Nada de lo que dijo allí fue casual, todo fue debidamente meditado.
Para empezar, la expresidenta recordó las crisis pasadas de la Argentina, como una suerte de contraste con sus años de gobierno, que no carecieron de zozobras.
"Tengo registro de muchas crisis, la primera en el 75, cuando uno la vivía no como protagonista, el famoso Rodrigazo, la noche de la dictadura, la híper en la democracia, el 2001, antes el Bonex. Entonces mi idea fue que tenía que contar lo que había vivido, las cosas que pasaban, porque hay como una cosa en la que nos quieren presentar la historia como hechos inconexos y como si las cosas sucedieran casi como una tormenta", aseveró. Mutis por el foro respecto de las crisis que debió sortear su gobierno, las cuales, hay que reconocer, no denotaron la gravedad de las mencionadas por ella.
Acto seguido, hizo una referencia, sin nombrarlo, al consenso al que llamó el gobierno nacional: "Por supuesto que nadie en épocas de discursos de unidad, de grandes acuerdos entre sectores políticos, dirigenciales, sociales, sindicales, la iglesia, nadie puede estar en desacuerdo con esto. Va a ser necesario algo más, un contrato social de todos los argentinos y las argentinas, con metas verificables, cuantificables."
Fue lo más elocuente que pronunció la exmandataria, acaso el elemento que más la acerca al lanzamiento presidencial que nunca termina de pronunciar. ¿Por qué mencionaría algo así sino fuera a lanzarse finalmente?
Atención a sus palabras: "Si tuviera que ponerle un título sería un contrato social de ciudadanía responsable que involucra a todos, desde el empresario ciudadano y con su responsabilidad, por un dirigente sindical, un intelectual, un ciudadano que trabaja de operario para aquellos también que hoy son cooperativistas, o tienen un pan de trabajo. No hay mayor compromiso, primero desde el Estado, de generar las condiciones, y segundo de los empresarios para generar ese empleo, no hay posibilidades en este mundo tan difícil de generar crecimiento económico sin mercado interno fuerte". Se insiste, fue todo un lanzamiento.
Con respecto a las razones que la llevaron a escribir el libro, Cristina contó: "Después de yo ser presidente, más todo lo que pasó y está pasando en el país, era muy mezquino escribir una cosa de uno nada más, y me pareció que tenía que escribir cosas que le sirvieron a otros y que nos sirvieran a todos para reconocernos en la historia de lo que vivimos como argentinos y argentinas durante tantas décadas, desde las distintas posiciones que todos y todas tenemos, no creo en los neutrales, se habrán dado cuenta… para neutrales están los suizos, los argentinos no somos neutrales. Nunca lo fui ni lo quiero ser".
Allí, la expresidenta reconoció que su obra es parcial, poco y nada objetiva. También admitió entre líneas que no habría existido “Sinceramente” si Macri no fuera presidente de la Nación.
Si alguno tiene alguna duda, preste atención a lo que sigue: "Por eso el libro, lejos de plantear enfrentamientos o peleas, es una interpelación a todos, a las dirigencias no solamente políticas, sociales, sindicales, empresariales, culturales, a la sociedad".
Luego tuvo un momento en el cual pidió una suerte de autocrítica social por la llegada de Macri al poder: "No creo en sociedades maravillosas ni en malos dirigentes, creo que hay algo de reflejo arriba de lo que hay abajo y viceversa, con nuestros defectos y limitaciones, entonces quise transmitirles a los jóvenes lo que me tocó vivir, lo que estoy viviendo y lo que están viviendo los argentinos, son momentos muy difíciles". En ese punto, Cristina se pone al nivel de la ciudadanía, para lograr identificación de su parte.
Después, la exjefa de Estado sorprendió a sus seguidores al elogiar la administración de Donald Trump en Estados Unidos: "Miren lo que está pasando en Estados Unidos. La economía vuela, tienen el indice de desempleo más bajo desde hace 50 años. Teóricamente la Reserva Federal debería subir la tasa de interés para que la economía baje. No. Algunos se dieron cuenta que tenían que volver a generar trabajo industrial adentro del país para volver a generar riqueza. Sería bueno que aquellos que viajan tanto para allá y escuchan tanto lo que les dicen allá, imiten lo que hacen allá". Teléfono para Macri y la clase alta, a la que Cristina repudia sin disimulo.
Otro tramo que llamó la atención de los que escuchaban a Cristina, fue cuando recordó la gestión de Roberto Lavagna al frente del ministerio de Economía durante la gestión de Eduardo Duhalde. Lo hizo para justificar algo que suelen cuestionarle: la “viralización” de los planes sociales.
"Cuando Néstor Kirchner asumió como presidente de todos los argentinos en medio de una crisis muy importante en 2003, recibimos el gobierno, que veníamos de una crisis brutal en 2001, y recibió Néstor 2,3 millones de planes Jefes y Jefas de hogar, que era un instrumento importante que había tenido el gobierno de Eduardo Duhalde y el ministro Roberto Lavagna para paliar la terrible crisis de 2001, y cuando nos tocó entregar en 2015 el gobierno, de aquellos planes había 207 mil porque habíamos generado millones de puestos de trabajo que permitieron a esos planes poder encontrar una ocupación", se defendió. Mirá el video: