El relato y su carga épica -una salva de retórica inflamada y falsa- son racionalmente insostenibles.
Ella lo sabe, y sabe que la fe que se yergue contra cualquier forma de la evidencia es electoralmente más corta que el equívoco que realmente la sostiene en las comarcas feudales más pobres de la Argentina, especialmente en el conurbano bonaerense:
El mito o la falsedad de la muy pregonada redistribución del ingreso lograda durante sus dos mágicos gobiernos.
Sabe que no le alcanza con ese supuesto tercio, integrado por creyentes piantavotos, cegados por el fanatismo patológico y lectores equivocados de la jodida realidad, esos que dicen, estábamos mejor y a los que se les puede contestar que sí, simplemente porque en el decimoquinto año de una política de atajos y mentiras, socialmente aceptados, se está o se siente, peor que en cualquier instancia anterior.
Y como sabe que de tanto repetirse nuestras crisis autoinfligidas (si Karlito, no las gesta el imperio, las hacemos nosotros mismos) se llega a un punto de agotamiento para las emociones, y la razón, tantas veces desoída, se impone al país infante, la señora sale a pescar al centro.
Al tiempo que pretende haber reeditado el renunciamiento de Eva, que sería santa si a Pancho lo dejaran hacer a su entero antojo en el Vaticano, urde la operación revivir a Néstor, ELLA no está estratégicamente oculta detrás de su homónimo sino detrás de Néstor que en la lectura que acompaña esta trapisonda, inconsistente y precaria como todas las que genera la política criolla, habiendo sido ella revolucionaria, es el centro.
Si se quiere, el conjunto de la pirueta tiene el valor de una confesión, confiesa que sabe que no gana, y que no gana por el inmenso e inquebrantable rechazo que genera en una mayoría cercana al setenta por ciento, más allá de lo que diga la patria encuestadora, esa que se equivoca siempre de cabo a rabo, pero sigue vigente y enriquecida. También podemos sostener que la señora es suficientemente inteligente y descree de los "sondeos" que ella misma encarga y bien puesta en la realidad de sus posibilidades decide que, en el peor de los casos, pierda otro, un otro que en una de esas, quién te dice, la pega y resulta ser un buen caballo de Troya.
Una semana le ha llevado a la señora resolver el problema del enojo de sus creyentes más acérrimos, sorprendidos por la elección de "un lobbista de Clarín", crítico tenaz y decidido de sus dos mágicos gobiernos. Para ellos ha encontrado esta explicación: Néstor ha bajado de ese sitio impreciso de gloria que ocupaba entre los Arsat uno y dos y ha encarnado en la forma de Alberto, así que no importa nada que antes, cuando era solamente Alberto, haya considerado deplorables a los mágicos gobiernos, se haya sumado a la ola de los que veían en la tropa nacional y popular una caterva de chorros, y haya sostenido, en concurso con el enemigo que es la oligarquía pro yanqui y sionista, que el famoso memorandum de entendimiento con Irán, es la gran prueba de la denuncia del masacrado Nisman. Nada de eso importa, muchaches, todo eso dijo cuando era solamente Alberto, ahora es Alberto, pero también es Néstor, bah, ahora es Néstor, y a comeeerrrrrrrla, ah perdón, quise decir, a creerla.
Y los creyentes... creen cualquier cosa (ja ja ja, si lo sabrán a esto las iglesias), simplemente porque la creencia es el ser y dejando de creer se acaba todo, o sea, se acaba el ser.
Entonces, resumiendo, a los creyentes los tiene, y los va a tener siempre, el problema grande son los que no la votarían así la vieran al lado de Churchill, y no va ser menor el problema de los equivocados por la intensidad aguda de la crisis, que atemperarán su enojo con Macri, en la medida que la crisis amaine y atenúe su vértigo de corrida hacia el abismo, y surtan su efecto combinado, el congelamiento (transitorio) de las tarifas, el nuevo salario de la paritaria y la desaceleración inflacionaria. Claro, no se puede con todo y la movida de Cristina, el aviso que ha dado de que no gana, ha serenado a los mercados que son los mejores lectores de realidad que pueda concebirse en el ancho y ajeno mundo: claro, leen con el bolsillo.
Adonde sí, le va muy bien, es en la Justicia. Sentada en el banquillo gobierna al tribunal que debe juzgarla, maneja el clima de la sala, que se parece más a una kermese que al recinto de un juicio, y hasta elige donde sentarse; le niega a sus detractores la foto con Báez y De Vido, y para la fábula permanente de sus creyentes, regala otra imagen que muestra, detrás del vidrio, a Estela de Carloto y otros representantes de la cooptación de las agrupaciones de derechos humanos.
Pero además, está la Corte, agazapada, y a la espera del momento oportuno para dar el zarpazo y anular la causa, y en Mercedes ha encontrado a un verdadero talento en el sofisticado juez Ramos Padilla, central en la operación que puede dar por tierra con la lapidaria causa de los cuadernos.
Le falta alguna ayuda para zafar de la denuncia de Nisman, cuya pieza central es el mismísimo memo de entendimiento, y en esta coincidimos con los dichos de Alberto, porque habrán de recordar ustedes que Alberto dijo, antes de ser quien ahora es, porque ahora es Néstor, que ese documento redactado enteramente en Teherán era la gran prueba de la denuncia del fiscal.
Pero no importa ex presi, Porota, ya va a encontrar esa ayuda, ese resquicio jurídico para la gran zaffaroni. Usted espere, que la avala la Historia de este país que lleva décadas perdonando a sus mega bandidos y dándoles aura de salvadores de la Patrea*.
A veces se demora, pero la Impunidad, siempre llega.