Una vez que la novedad de la candidatura de Miguel Pichetto a vicepresidente se asentó, la situación de fragilidad en la que quedó dentro del Senado por su pase al oficialismo se empezó a notar y lo obligó a tratar de armar un bloque que lo contenga y le permita enfrentar lo que le queda de mandato hasta diciembre.
Tras la confirmación de que el presidente Mauricio Macri lo llevaría como compañero de fórmula, el senador renunció a la presidencia del Bloque Justicialista y mantuvo en suspenso su salida total de la bancada hasta que, poco después, tuvo que anunciarla a regañadientes, aunque todavía no presentó la nota de renuncia.
Luego, intentó retener su lugar en el Consejo de la Magistratura pero en menos de una semana pasó de desafiar a sus excompañeros de bloque a recurrir "a la vía judicial" para sacarlo del sillón al que accedió como opositor, a renunciar voluntariamente para no verse desgastado por la presión de la bancada que encabezó hasta hace poco, además del llamado de atención del presidente del organismo.
De esa forma, Pichetto fue retrocediendo progresivamente y cayendo en la cuenta de que, al quedarse fuera del numeroso Bloque Justicialista, su margen de maniobra dentro de la Cámara alta se acortó y, como tampoco se integró hasta ahora a la bancada oficialista, quedó prácticamente a la intemperie.
En un cuerpo colegiado como es el Senado no es lo mismo formar parte de un grupo con más de 20 integrantes que moverse en soledad, aun gozando del respeto de muchos de sus pares y ostentando una dilatada trayectoria parlamentaria.
Esa desventaja se hará palpable si en el Bloque Justicialista termina de madurar la idea de sacarle al rionegrino el lugar que todavía tiene en la Comisión Bicameral de Control de los Organismos de Inteligencia, como viene reclamando el formoseño José Mayans, una de las autoridades de esa bancada y el más duro con Pichetto.
Además, el exjefe del Bloque Justicialista también integra las comisiones de Industria y Comercio y de Ciencia y Tecnología, junto a la de la Biblioteca del Congreso y la de Seguimiento de los Contratos de Participación Público y Privada.
En este contexto, Pichetto comenzó a conversar con distintos senadores para tratar de armar un bloque que, si bien puede ser chico, alcanzaría para pelear lugares en alguna comisión en caso de que el peronismo lo saque de las que todavía integra: es lo mismo que durante años hizo el Interbloque Federal que agrupa a peronistas independientes de distintas provincias.
La neuquina Lucila Crexell, cuyo mandato vence en diciembre y espera poder renovar como candidata por Cambiemos, fue la primera en confirmar que unirá fuerzas con Pichetto, mientras conversan con el santafesino Carlos Reutemann (aliado del oficialismo que mantiene un monobloque), el salteño Juan Carlos Romero y el riojano Carlos Menem para tratar de sumarlos.
Pichetto también sondeó al correntino Carlos "Camau" Espínola para sumarse a su nuevo armado en la Cámara alta, pero hasta el momento el medallista olímpico elige quedarse en el Bloque Justicialista, según indicaron fuentes parlamentarias a la agencia Noticias Argentinas.
En el Bloque Justicialista indicaron a esta agencia que el único integrante de esa bancada que podría irse con el rionegrino, hasta el momento, es Menem. Ni siquiera los más cercanos a él lo acompañarían en un bloque propio.
La situación del veterano senador cambiaría en diciembre si Macri logra la reelección, dado que nadie descarta que con Pichetto como presidente del Senado podría darse una reorganización del peronismo en torno a su figura.
Pero todavía falta mucho para que se conozca el resultado de las elecciones y, hasta ese momento, Pichetto se verá obligado a hacer equilibrio. Pablo Sieira