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Donald Trump, Abraham Lincoln y los supremacistas blancos

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¿Xenofobia u otra cosa?
¿Xenofobia u otra cosa?

Basta con ver los ataques que dirigió Donald Trump contra cuatro legisladoras demócratas, a las que pidió que regresen a sus países de origen, para entender que el jefe de la Casa Blanca ha abierto de nuevo las viejas heridas del racismo en los Estados Unidos.

 

Sin embargo, cuando se lo acusó de xenofobia, el presidente estadounidense señaló que no tiene "ni un hueso racista", concentrado en una estrategia para ganar su reelección en los comicios del 3 de noviembre de 2020, que hasta ahora le está dando buenos resultados con los republicanos.

Para algunos analistas, es el mismo Trump provocador de siempre. No ha cambiado desde que asumió la presidencia, el 20 de enero de 2017.

Quien haya seguido el ascenso meteórico de este presidente norteamericano, nieto de un inmigrante alemán que participó de la fiebre del oro en Alaska en 1885, probablemente no se sorprenderá con sus exabruptos contra los migrantes ilegales.

Aunque ha recibido críticas de la oposición demócrata, sus declaraciones son respaldadas por supremacistas blancos y otras fuerzas de la extrema derecha que han salido a la luz durante su gobierno, incluido el temible Ku Klux Klan.

Pero, ¿Trump es en realidad un racista? ¿O más bien alguien que provoca permanentemente a sus oponentes?

"No sé si es un racista en términos científicos. En lo político, sí. No tengo ninguna duda", dijo a la agencia de noticias Télam Norberto Consani, director del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata.

Para Consani, "lo que Trump expresa representa a un gran sector del Partido Republicano, lo que es muy preocupante. Con respecto a la migración es muy claro en sus afirmaciones y en el hecho de expulsar a la gente".

Como no podía ser de otra manera, a raíz de la polémica que desata cada declaración de Trump, el tema del racismo se ha convertido en uno de los ejes de la campaña para lograr su reelección.

En este contexto, el presidente norteamericano les pidió a cuatro legisladoras demócratas que regresen a sus países de origen. Por ese motivo, la presidenta de la Cámara de Representante, la demócrata Nancy Pelosi, inició los trámites para que el Capitolio vote una resolución en la que se repruebe al presidente por conducta xenófoba.

Las legisladoras Alexandra Ocasio-Cortes (de Nueva York, origen puertorriqueño); Ilham Omar (de Minnesota, nacida en Somalia) Ayanna Pressley (legisladora negra de Massachussetts) y Rashida Tlaib (de Michigan, de ascendencia palestina) dijeron en una rueda de prensa que el debate político debe centrarse en otras cosas, entre ellas la cobertura de salud o la migración.

Quizá con la que más se ensañó Trump fue con la musulmana Omar, quien criticó una operación antiterrorista estadounidense en Somalia en 1993. Durante un acto en Greenville, Carolina del Norte, en el que el presidente norteamericano mencionó su nombre, la multitud empezó a gritar: "¡Devuélvanla!"; "¡Devuélvanla!"

Según una encuesta de Reuters/Ipsos, el respaldo a Trump aumentó al 72% entre los republicanos (cinco puntos más que la semana pasada), luego de sus declaraciones contra las congresistas.

Si se aplicaran las leyes que rigen en la actualidad, tal vez muchos no serían hoy ciudadanos estadounidenses, tal es el caso de Mary Anne MacLeod Trump, madre del magnate y esposa del empresario de origen alemán Fred Trump.

Mary nació en las islas Hébridas, en la costa oeste de Escocia, tras lo cual emigró a Estados Unidos en 1930 donde obtuvo la nacionalidad recién en 1942.

La actual esposa de Trump, la modelo de origen esloveno Melania se mudó a Nueva York en 1999, se casó con el magnate en 2005 y al año siguiente se convirtió en ciudadana de Estados Unidos.

En un artículo de su consejo editorial, el diario The New York Times opinó que Trump "fomenta el odio racial" con sus declaraciones despectivas hacia esas legisladoras demócratas.

El rotativo recordó los orígenes de Estados Unidos en los que Abraham Lincoln luchó contra la esclavitud y, por el contrario, Thomas Woodrow Wilson (1913-1921) era un "racista sin disculpa" que expulsaba a trabajadores negros de su trabajo e imponía el principio de la supremacía blanca.

¿Qué diría el gran Walt Whitman si oyera las declaraciones del presidente norteamericano contra esas cuatro legisladoras?

"(...) Que se sienten todos a la mesa. El negro cimarrón y el sifilítico también. No habrá diferencias ni privilegios para nadie", escribió el poeta en su libro Hojas de Hierba.

 

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