Propios y extraños coinciden en anticipar que lejos de menguar, la polarización se hace cada vez más extrema. Tan es así que suenan poco convincentes aquellas voces de los terceros en discordia que ponen en duda las encuestas que así lo anticipan. En estos casos, resulta una profecía autocumplida: tanto se habla de solo dos candidatos… que el resto serán convidados de piedra. A sabiendas incluso de que las PASO tal vez sean su techo, para desplomarse luego en octubre. Ese es el presagio.
No solo porque el voto ciudadano les vaya a ser esquivo. La realidad es que aquellas fuerzas a las que se les hace difícil la fiscalización se la verán mal para oficializar los números que vayan a sacar. Esa es la cruda realidad del voto en papel.
Así las cosas, oficialismo y la principal oposición aceleran por estos días la tarea para fidelizar el voto propio y, más que nada, avanzar sobre el que les resulta esquivo. Alberto Fernández -que para desvelo de sus propios compañeros sigue oficiando de jefe de su propia campaña- no anduvo con vueltas la última semana en ese sentido, y apuntó a regiones y sectores que necesita, con el afán de perforar su techo. Así, tal cual fue dos veces a Córdoba en menos de diez días, para tratar de mejorar la performance en la provincia que en 2015 le dio el triunfo a Macri, esta última semana se quedó dos días en Santa Fe, mostrándose el mayor tiempo que pudo con el gobernador electo Omar Perotti. Ese es un distrito clave, donde también existe una especial resistencia al kirchnerismo.
Allí mandó un mensaje a los productores rurales. “No se puede seguir pensando la Argentina sin el campo”, dijo antes de llamar a olvidar el grave conflicto de hace una década por la 125. “Ese tiempo pasó”, garantizó.
Días antes y atento a los estudios que determinan que la gente mayor es más propensa a votar macrismo, se organizó un acto con 60 centros de jubilados en Esteban Echeverría para prometerles a los abuelos que si él gana los medicamentos les saldrán gratis. Presente en ese evento, la diputada massista Mirta Tundis celebró vivamente el anuncio de Alberto F., pero después lo relativizó, aclarando que debía haberse referido a los casos de enfermedades crónicas. Si así fuera, no sería más que lo hoy vigente.
Como sea, está claro que el kirchnerismo busca afanosamente garantizarse los votos que le permitan llegar al 45% y ganar en primera vuelta: esa es la obsesión, a sabiendas de que en un balotaje el rechazo a Cristina podría prevalecer sobre la decepción con Macri.
El oficialismo mientras tanto realiza una campaña más homogénea, en donde los candidatos suelen aparecer juntos y sin contradicciones. Se verá si tal grado de profesionalismo les da los votos que una economía enclenque les rebanó. Los números de las encuestas muestran un ascenso sostenido del presidente Macri, aunque no tan contundente como necesitarían, y si bien exhiben cierta paridad a nivel nacional, la fórmula de los Fernández sigue arriba. En la Rosada descorcharán champán si el binomio Macri-Pichetto termina las PASO 3 puntos abajo.
Pero la semana concluyó con una encuesta que anticipa una victoria de Macri en las PASO por 1,9%; un triunfo oficialista por 3,4 puntos en octubre, y de 3,7 puntos en un eventual balotaje. El estudio fue difundido por el banco de inversión brasileño BTG Pactual, y contribuyó a la suba de las acciones de la Bolsa porteña y una baja del riesgo país en el último día de una semana en la que el dólar volvió a desperezarse.
Lo cierto es que para que esos últimos números puedan hacerse realidad es clave el resultado que vaya a darse en la provincia de Buenos Aires, el distrito donde Cristina Kirchner concita mayor adhesión. Es lo que hace empinada la reelección de María Eugenia Vidal, una meta que hubiese sido totalmente alcanzable si en la Rosada hubieran dado luz verde al desdoblamiento que en La Plata todos recomendaban. Pero como ya no tiene sentido lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue, la tarea fina a la que están abocados los estrategas oficialistas en la provincia de Buenos Aires está dedicada a garantizar los votos necesarios que puedan compensar los traspiés que se darán en grandes distritos.
Para ese objetivo es fundamental “el cuidado del voto”, tarea en la que trabajan los legisladores provinciales César Torres y Walter Lanaro, encargados de la fiscalización en la Provincia. Todo suma y tal cual ya anticipamos hace algunas semanas, María Eugenia Vidal tiene expectativas en el voto extranjero, ese que vota boletas cortas, sin candidatos nacionales. “Olvídense del voto venezolano; solo 8.000 están en condiciones de votar y la mayoría está en Capital”, advirtió un conocedor del paño en la provincia, que sugirió poner especial atención en paraguayos, bolivianos y, sobre todo, españoles e italianos de mayor edad y por eso más afines al oficialismo. Hay incluso un buen número de chinos en condiciones de votar, observó la fuente.
Pero ese es solo un detalle; no dependen del voto extranjero. Lo que el diputado provincial César Torres da en llamar la “desconurbanización de la elección” apunta a garantizar elecciones “decorosas” allí donde es seguro que se pierde, pero extremar las victorias en terreno propio, de manera de compensar resultados adversos holgados.
Conocedor del terreno, un dirigente de Juntos por el Cambio dio ejemplos concretos para entender cómo hará el gobierno bonaerense para intentar salir airoso. Si ganan en Mar del Plata, Tandil, Municipio de la Costa y Necochea, además de ganar la 5ta. sección electoral, empardan con La Matanza. Si ganan en Bahía Blanca y Tres Arroyos, imponiéndose con las cifras que presagian las encuestas, que son 46 a 27 o 28, achican diferencia con lo que les puedan sacar en Lomas de Zamora.
“Con la diferencia que nosotros tenemos entre Vicente López y San Isidro, empatamos lo que nos puedan sacar en Avellaneda y Almirante Brown”, agregó la fuente, que sumó además todo el esquema de la 4ta. sección, que es Junín y 9 de Julio, para equilibrar con el conurbano profundo de la 3ra. sección, por ejemplo Berazategui y Florencio Varela. Ese es el esquema que podría denominarse “grandes urbes vs. conurbano profundo”, elaborado a partir de considerar paralelismos y el análisis voto a voto.
Cierto optimismo oficial se afinca en la expectativa de retener municipios como Quilmes, y estar cerca en otros como Tigre, donde una encuesta pone al actor Segundo Cernadas a 4 puntos de Julio Zamora, e incluso a Santiago López Medrano achicando diferencias en San Martín. “Y después, en los municipios del interior, que son chicos, pero suman para nosotros, vamos reduciendo diferencias que nos puedan estar haciendo en otros distritos del Conurbano”, concluyó el dirigente consultado.
El análisis detallado de cada distrito implica considerar las posibilidades propias, pero también explorar dificultades ajenas. En ese contexto un dirigente oficialista del Conurbano confió a este medio que muchas expectativas están puestas en el tipo de armado de listas de la oposición que dejó un margen de heridos, pero sobre todo a sectores que, ya teniendo garantizados los cargos prometidos, moderan sus esfuerzos en la elección. Alguien citó el caso de un dirigente kirchnerista de un distrito importante de la Provincia con probado dominio del territorio que, habiendo logrado su objetivo en el armado de listas, descansaba estos días en las playas del Brasil en lugar de estar aquí aceitando engranajes para la trascendental elección.
De todos modos una fuente oficial consultada estimó que Vidal está debajo de Kicillof por al menos 6 puntos, y eso es lo que deben revertir. Y más allá del optimismo oficial -todos dicen que el final del día encontrará a la gobernadora reelecta-, hay algunos datos que los inquietan. Como la tradicional encuesta realizada por el diario La Nueva Provincia en Bahía Blanca, que reveló un triunfo de Juntos por el Cambio en todos los rubros, pero más ajustado de lo que el oficialismo necesita en un distrito donde debe hacer gran diferencia. Y en Mar del Plata, otro sitio donde la brecha debe ser grande, se conoció una encuesta que anticipa lo contrario.
En este contexto, el gobierno cuenta con el involuntario guiño de quienes fieles a su naturaleza hacen su “aporte” a la campaña oficial. Como los pilotos encaramados en una lucha de claro tinte político contra el gobierno; Juan Grabois denunciando a Macri y a Christine Lagarde por haber accedido el FMI a que se usen fondos para impedir que el dólar se dispare; y -primero y con bonete- a Aníbal Fernández privilegiando al femicida múltiple Ricardo Barreda por sobre María Eugenia Vidal. No es que Durán Barba sea un genio: en el kirchnerismo hay algunos empecinados en facilitarle las cosas.