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Caso Sharon Tate: la supremacía del mal

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La masacre desatada por el Clan Manson hace 50 años inició una tendencia morbo
La masacre desatada por el Clan Manson hace 50 años inició una tendencia morbo

Ser rebelde, contestatario, y rupturista siempre tuvo sus riesgos y la prestigiosa banda que lideraban John Lennon Paul McCartney lo iba a descubrir el 9 de agosto de 1969, cuando el nombre de una de sus canciones más conocidas apareciera en la escena del crimen de la actriz Sharon Tate y sus amigos, escrito con la sangre de las propias víctimas.

 

Cuando alumbró el llamado Álbum Blanco”The Beatles tan sólo buscaba impactar con un disco loco y desafiante, y ni remotamente pudo sospechar que el tema “Helter Skelter” iba a convertirse en inspiración de un ignoto Charles Manson, un ex convicto que había pasado una década en prisión por trata de blancas y estafas.

Tiempo después McCartney, principal mentor de este tema, aclararía que tomó la imagen del helter skelter, un tobogán gigante en espiral, común en los parques de diversiones británicos, para dar la idea de vértigo, del riesgo descontrolado de cuando uno se arroja al vacío para ir a toda velocidad hacia lo que tenga que ser.

La realidad es que la letra de “Helter Skelter” fue tan solo una excusa que a Manson sirvió para concretar lo que ya venía creciendo en su mente dañada. Músico mediocre, lector obsesivo del Nuevo Testamento, Mason se enardeció con esta canción que, a su entender, hablaba de un mundo condenado por una guerra racial en la que los negros terminarían por esclavizar al resto, y que llamaba a adelantar el apocalipsis.

De alguna manera convenció de ello a un grupo de sus seguidores de que el primer paso en esa lucha era asesinar a gente exitosa, bella y acomodada, justo lo contrario de lo que era él y los perdedores que lo seguían. Y fue así que en un rancho californiano Manson diseñó la aberración que lo llevaría a la primera plana de todos los diarios del planeta y a la cárcel por el resto de lo que le quedaba de vida.

Los hechos son suficientemente conocidos, existen documentales de la época y varias películas para televisión que cuentan la secuencia de horror: en la madrugada del 9 de agosto de 1969 cinco jóvenes seguidores de Manson –un hombre y tres mujeres- ingresaron a la residencia donde Sharon Tate, actriz y esposa del director Roman Polanski, pasaba una velada agradable con algunos amigos y los asesinaron a todos a cuchillazos limpios.

Sharon Tate había cautivado al público con su rostro dulce y su andar etéreo cuando protagonizó junto a Polanski “La danza de los vampiros”, un clásico indiscutido del humor. Esa noche, con sólo 26 años y un embarazo de ocho meses y medio, Sharon se convirtió en blanco de la maldad en el estado más puro. Y no contentos con semejante cosecha, los alienados se fueron a buscar otras víctimas elegidas al azar, que resultaron Leno y Rosemary LaBianca, un feliz matrimonio de clase media.

 

Las teorías

Como en todo escándalo de semejante calibre al principio se elucubraron varias teorías, una de ellas que la víctima, su esposo y Manson se conocían muy bien y que solían compartir rituales satanistas donde abundaba más el sexo y las drogas que las plegarias al diabólico, cosa que fue descartada de plano en la investigación y por todos los conocidos de la pareja, entre ellos Mia Farrow Patty Duke.

Otra versión que circuló fue que el verdadero blanco del ataque era uno de los amigos de Sharon que esa noche la acompañaba, Jay Sebring, un estilista bisexual amado por las celebridades y ex novio de la actriz con la que había quedado como amigo. Por esos días a Sebring se lo vinculaba con  un joven llamado Bobby Beausoleil, quien casualmente era miembro de la temible “familia” que lideraba Manson.

Incluso, existe una teoría todavía más triste que partió de la policía según la cual el verdadero objetivo eran los anteriores propietarios de la casa de Tate, Terry Melcher y su novia, la actriz Candice Bergen, quienes en el pasado habrían rechazado grabar las canciones compuestas por Manson por considerarlas un compendio de mediocridades.

Sin embargo, en el juicio quedó expuesto que todo se reducía a las alucinaciones de una caterva de perturbados. Durante el proceso Manson se defendió alegando que él no había escrito Helter Skelter, la letra que alentaba según él a la masacre, pero por supuesto no evitó que lo condenaran a cadena perpetua como autor intelectual junto con los ejecutores.

 

El triunfo de los malos

El crimen sacudió al mundo entero, en particular a la sociedad estadounidense que por primera vez se veía cara a cara con la nueva y temible figura de los asesinos fanáticos y seriales que pronto iban a proliferar sin control, y también aterrorizó al mundo hollywoodense, porque de golpe artistas glamorosos y afortunados se encontraban convertidos en valoradas piezas de cacería.

Sin embargo, la muerte de Sharon Tate iba a marcar mucho más que un shock momentáneo. A partir del Clan Manson empezaría a gestarse un culto a la violencia, al ensalzamiento de los seres oscuros que en la actualidad es más fuerte que nunca, que coloca a asesinos seriales y monstruos humanos en el lugar de la admiración, en el sitio que antes estaba reservado a los protagonistas virtuosos.

Al día de hoy todavía queda gente que siente fascinación por el “legado” de Manson que compran souvenirs de él, que se sienten identificados con sus pensamientos. En la serie documental de Netflix “Dark tourist” hay un episodio reservado a estos fans de la maldad.

Pero el culto a la perversión no sería tan popular si no fuera rentable, y la industria del entretenimiento hace tiempo le está sacando partido porque negocios son negocios, y este parece ser el producto que la sociedad actual más demanda. En 1993 una de las hermanas de Sharon acusó a la discográfica Geffen Record de “pretender poner en un pedestal a Manson” por pensar en incluir en un álbum de Guns N’Rosesuna canción que había compuesto el jefe del malévolo clan, “The Spaghetti Incident”. Un primer indicio de lo que estaba por venir.

En el pasado más reciente abundan los casos de series donde el héroe puede matar, robar, engañar, y aún así asegurarse la empatía del públicoBreaking bad, Los Sopranos, DexterEl patrón del mal son algunos ejemplos. En el presente en la televisión por cable y en Netflix las series donde los malos son los que se destacan son mayoría y basta un terrible ejemplo, “Deadly Class”, un engendro televisivo donde la escena transcurre en una particular escuela donde se entrena a criminales y asesinos. Créase o no, es una de las series preferidas por las nuevas generaciones.

No es raro entonces que la masacre que padecieron Sharon y sus amigos, 50 años después, siga excitando el morbo y siendo material rentable. El crimen fue recreado en la popular American Horror Story y también en la serie Aquarius.

El próximo “homenaje” que se le rendirá a este criminal se verá el 16 de agosto en el estreno de la segunda temporada de Mindhunter, serie en la que dos agentes del FBI que tratan a diario con asesinos y violadores con los que se involucran cada vez más y muy peligrosamente. Ahí Manson será interpretado por Damon Herriman, un actor que hace poco hizo el mismo papel para el film “Érase una vez… en Hollywood”, de Quentin Tarantino, otro que simpatiza mucho más con el victimario que con la víctima. Esta película no se priva de regodearse en el calvario de Tate, al igual que lo hizo “The haunting of Sharon Tate”, con Hilary Duff como protagonista, también estrenada hace pocas semanas.

En suma, es como si en lugar de dejar que estos monstruos caigan en el olvido, las nuevas generaciones se sienten cada vez más atraídas por las historias oscuras de estos personajes que se cobraron vidas y la industria del entretenimiento responde con productos cada vez más sangrientos.

 

El otro lado del entretenimiento

Detrás de las series y las películas centradas en los violentos y sus actos morbosos, queda la víctima, que fue una persona real con una familia real. De alguna manera, los despojos.

Tras el asesinato de Sharon, Roman Polanski entró en un delirio en el que llegó a sospechar de los actores Steve McQueen Bruce Lee –que aquella noche a último momento decidieron no ir a la residencia de Tate- y se refugió en los sedantes. Mucho después contó que sólo obtuvo algo parecido a la paz cuando se condenó a los verdaderos culpables, luego de lo cual abandonó los Estados Unidos. Desde entonces, dijo, la felicidad para él es siempre un momento breve, algo para siempre incompleto.

Doris Tate, madre de Sharon, se convirtió en una activista por los derechos de víctimas de crímenes violentos y evitó con su incansable campaña que los asesinos obtuvieran libertad condicional, además de ayudar a otras familias a lograr justicia para sus seres queridos asesinados. Las dos hermanas de Sharon, Debra y Patty, continuaron con la causa que inició la madre. Patty murió hace algunos años pero Debra sigue batallando.

De los cinco condenados, Charles “Tex” Watson, Patricia Krenwinkel Leslie Van Houten envejecen en prisión. Susan Atkins falleció tras las rejas en 2009 a los 61 años estando semi paralizada, mientras que Charles Manson, el músico frustrado que convirtió una obra musical en un manifiesto del espanto, abandonó este mundo que tanto quería destruir en 2017.

Sharon Tate fue enterrada el 13 de agosto de 1969 en un cementerio de Culver City, con el cuerpo de su bebé entre los brazos. Silvia Martínez

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Gran nota, los valores se han invertido totalmente, guste o no Discepolo tenía razón. Acá se elogia a Barreda y a Yiya Murano, se hacen notas "de color" sobre el Petiso Orejudo (un despiadado asesino de niños y bebés) y otros asesinos como "el Loco del Martillo" y hasta los mencionan con cierta simpatía. Al respecto hace varios años atrás una vez nombraron en la televisión a este último, y recuerdo la cara compungida de mi vieja diciéndome "el Loco del Martillo mató a una vecina mía". Ahí están las víctimas, de la que los medios y las corrientes socio-culturales se olvidan,... qué va, que se caguen, las víctimas no son "personajes interesantes" para la cultura, las víctimas son solo segundones, partenaires de las estrellas criminales, así lo ven las eminencias. Una de las pocas cosas que le reconozco a Sofovich fue su comentario con bastante carga de enojo cuando (creo que en Los 8 escalones) nombraron al Petiso Orejudo, declaró lo siniestro y malvado que fue este tipo, disipando todo tipo de intento de reivindicación. Hay un montón de casos y ejemplos, no solo las series, también el periodismo fierita, los pensamientos pseudo intelectuales, como el de Dolina que sostenía que los chicos que eran malos alumnos lo eran porque sentían internamente que debían cumplir una misión, o como cuando dijo que en realidad los alumnos buenos son los que se sientan atrás y los malos los que se sientan adelante. Y esto que mencioné, lamentablemente es solo una pequeña muestra.

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