Entre Ríos cuenta hoy con una nueva batalla entre el juez civil Adolfo Weimberg y el centro de rehabilitación de adictos Ibicuy con 35 años de trabajo en el campo de la recuperación de adictos.
En esta oportunidad, Weimberg no escatimo incurrir en delitos penales con el objetivo de desarticular el Programa Ibucuy e impedir el normal desarrollo terapéutico de la comunidad de recuperación de adictos, al citar a los profesionales obligándolos a concurrir al su juzgado en forma inmediata e interrogarlos por el término de cuatro horas como si fueran delincuentes.
Una vez allí, fueron en forma individual interrogados por cuatro miembros del Órgano de Revisión de la ley de Salud Mental, el defensor oficial Ruso y el propio juez Adolfo Weimberg. Con cada uno de los profesionales se ensayó amenazas coactivas emanadas desde el mismo juez que consintieron en retirarles el título profesional y procesarlos por secuestro si no declaraban en contra del Programa Ibicuy y su Director Juan Carlos Ferreira.
Este mismo grupo luego de intimar a los profesionales, se dedicó a interrogar al estilo GESTAPO a dos de las personas internadas. Uno de ellos, al que denominaremos con la letra ERRE, se lo fustigó durante más de dos horas. Erre es un adicto caratulado médicamente como peligroso para sí y para terceros por lo cual es tratado con la respectiva medicación psiquiátrica a cargo del psiquiatra de la institución.
Erre cuenta con las limitaciones propias de su dolencia y se sobreentiende que por cuestiones de humanidad no puede ser interrogado judicialmente salvo que su médico lo permita. Sin embargo la GESTAPO no tuvo miramientos ni piedad, lo sometió por tercera vez a interrogatorios que bajo preguntas capciosas lo obligaron a decirse y desdecirse una y otra vez hasta agotarlo, al igual que en la inquisición forzaban a las mujeres a declararse brujas y así poder llevarlas a la hoguera con causa justa.
Luego, dedicaron su ataque a un joven que llamaremos “A” con problemas motrices severos, intentando hacerle decir cosas que no suceden dentro del Programa Ibicuy, desistiendo de su actitud al encontrar en el señor A una férrea defensa del centro de rehabilitación.
Exigieron además a la institución, que ERRE fuera externado desde Ibicuy obligando a la Institución a ubicarle un centro de rehabilitación en su ciudad de origen, acorde a las necesidades del afectado. Debemos aclarar que en la ciudad de origen de ERRE no existe ninguna institución con las características necesarias, por lo que el afectado quedaría sin atención alguna, siendo el culpable de cualquier consecuencia Ibicuy y no el juez Adolfo Weimberg.
No hay ley que indique obligación alguna por parte de una institución derivar a un paciente con características particulares a otra. Eso lo debe hacer el propio juez si lo creyere conveniente bajo propia responsabilidad del magistrado que en este caso al estilo Pilatos desea lavarse las manos.
El odio profundo del Órgano de Revisión de la ley 26657, el abogado defensor Ruso y del juez Adolfo Weimberg, es que el pasado lunes 2 de septiembre de 2019 llegó en forma sorpresiva una delegación del Ministerio de Salud de la Provincia de Entre Ríos enviada por el Gobernador Gustavo Bordet al centro de Rehabilitación de Adictos Ibicuy, el que echó por tierra cualquier anomalía luego de pasar más de medio día en el lugar.
El Ministerio de Salud de Entre Ríos quedó admirado del estilo de trabajo, las condiciones edilicias, el trabajo terapéutico deportivo y psicológico, la modalidad de trabajo, el tipo de alimentos, la cámara frigorífica para la conservación de comida y la Radioemisora interna para la ejercitación de la comunicación. Además quedaron azorados por el emprendimiento del merendero que está desarrollando el Programa en Paranacito.
El odio manifiesto de Weimberg estalló y fue entonces que pasados cuatro días del informe positivo del Ministerio de Salud de la Provincia de Entre Ríos arremetió amenazando coactivamente a los profesionales del Programa Ibicuy, además de hostigar a las personas internadas, actitud ésta, propia de un canalla.
Debemos destacar, que las altas que intenta Weimberg ya se han practicado en otras provincias con resultados desastrosos. Por ejemplo en Ushuaia los externados terminan arrojándose del Puente Amarrillo al vacío y viene a cuento destacar que hace pocos días en Ushuaia otro externado irrumpió en la Clínica San Jorge a la voz de “acá me robaron el corazón” emprendiendo con un hacha de bombero contra los vidrios y mobiliario de la guardia de ese nosocomio cuyo accionar fue noticia nacional.
Otro caso de esa misma ciudad del sur argentino es el de dos niños ingresados al Hospital con intoxicación por cocaína uno de 3 años y el otro de 45 días, deteniéndose a los padres por el hecho.
En Mendoza capital, la exteranación del poliadicto Pallares ocasionó que éste asesinara a puñaladas a la periodista Paula Giglio por orden directa de Satanás.
Proponemos
El inmediato estudio de sangre de los miembro del Órgano de Revisión de la ley de Salud Mental de la Provincia de Entre Ríos en busca de vestigios de consumo de drogas y en caso de dar positivo internarlos en un espacio de rehabilitación acorde a cada caso.
Igual conducta con el abogado defensor Ruso y el juez Adolfo Weimberg.
El apartamiento de la causa Ibicuy del juez Weimberg por enemistad manifiesta, coacción agravada y hostigamiento.
Concluyendo
La Ciudad de Paranacito donde está radicado el Programa Ibicuy de rehabilitación de personas con problemas de adicción, cuenta con unos dos mil habitantes y de hecho todos se conocen, en ese sentido todos saben quién lleva la droga a Paranacito y de donde la traen, incluyendo al propio juez Weimberg que conoce y protege a los vendedores de drogas.
Afirmo que protege a los vendedores de drogas debido a que jamás los denunció, por lo que incurre en esa protección ya que al ser funcionario público está obligado a denunciar los delitos que llegan a su conocimiento.
En Paranacito, para Weimberg la droga tiene todos los permisos y la rehabilitación de adictos debe ser aplastada en forma sistemática.