La cuestión laboral

    Nuestra desgastada República ha entrado en estos últimos años, en una especie de espiral de males políticos de toda índole, como si una plaga de "langostas" (algunos políticos son más voraces) nos hubiera dejado sin cosecha para levantar.
    La palabra promiscuo/a deriva del latín promiscuus y según la Real Academia Española, la primera definición de la misma es la de ser un adjetivo que se utiliza para describir algo mezclado confusa o indiferentemente. Vaya definición !!!!, la Argentina sí que es promiscua entonces, todo está mezclado confusa o indiferentemente.
    Desde hace unos meses, varios medios, de esos que reciben la pauta oficial, vienen anunciando con un marcado cinismo que el empleo en negro ha disminuido en la Argentina, mientras que el mismo INDEC confirma que más del 50% de las empresas aún registran trabajadores en condiciones poco claras. Y este último no es un dato menor si tenemos en cuenta que el Instituto Nacional de Estadísticas es oficial y sus cifras pueden estar interpretadas de una forma u otra. Pero esto no termina allí, mientras que se dice que el empleo en negro ha disminuido, muchas empresas han recurrido a la "viveza" de "blanquear" empleados por lo que se conoce como partime, es decir, el trabajador cobra una parte de su sueldo en blanco y la otra en negro.
    Obviamente, esto es posible por muchos factores, contadores y abogados que se prestan al juego y deficientes o nulos controles del Ministerio de Trabajo, que es más lo que promete y anuncia que lo que llevan a la práctica.
    Pero no solo hay que mirar la paja en el ojo ajeno, y haciendo una autocrítica de los medios de prensa antes de que el susceptible gobierno se defienda, hay que reconocer que esta modalidad afecta a muchos medios de prensa. La verdad es que sería mucho más serio por parte de algunos legisladores que en vez de proponer investigar a empresarios periodísticos en época de la dictadura, para ver si cenaban o tenían tratos con los militares, se ocuparan de los trabajadores de prensa -no de los reconocidos periodistas que están más allá de las jornadas laborales incómodas o las maniobras evasivas de los directores propietarios en cuanto a sus empleados- porque, aunque no se publique por una cuestión de conveniencia empresarial, en estos últimos meses varias editoriales y grupos, de los que se pueden destacar a Perfil, La Nación y Clarín, han tenido serios cuestionamientos de las comisiones internas por los sueldos y las condiciones laborales. 
    Muchos recordarán los despidos en Crónica por los cortes y los disturbios, pero son tantos los colegas que trabajan en malas condiciones como los que sufren el abuso, ante la necesidad de trabajar en lo que les gusta y para lo cual se prepararon. Basta con recorrer los foros o lugares dedicados al periodismo para comprobar cuántas ofertas sin sueldo existen y cuántos luego son estafados, no solo en lo económico, sino en sus ilusiones.
    Pero como todo, esto también pasa desapercibido. Así, muchos municipios prefieren financiar a medios pequeños locales sin importar cómo lo producen, con tal de leer, escuchar o verse reflejados con una buena crítica, aún a sabiendas de que esos medios locales suelen explotar la necesidad de otros para crecer.
    En el colmo de la ironía muchos medios zonales suelen endilgarse nombres que evocan a la verdad, la investigación, o pregonarse como medios independientes. En este confuso panorama existen entidades que nuclean a empresarios de los medios a las cuales parece no importarles si estos son éticos o no, pero sí, si paga la cuota y es útil contarlo como miembro. En este camino del abuso se llega a absurdos como el que existan medios con años de trayectoria que cuentan con estudiantes de Ciencias de la comunicación, a quienes les abonan la suma de 5 pesos por una nota y, para peor, no todas las notas entregadas son abonadas, sino sólo aquellas que son publicadas. Utilizan, también, a los estudiantes como pseudo pasantes, ya que no se les otorga remuneración alguna -existe la falsa creencia de que las pasantías son no remuneradas, lo cual es incorrecto. Pero de esto parece que nadie habla y quizás debería ser la crítica real del gobierno a los medios y no los mensajes entre líneas que se envían desde ciertas declaraciones.


La cuestión política

    Y si hablamos de representar llegamos a los "hermosos" legisladores, esos que eran capaces durante la campaña de no dormir por ir de un distrito a otro, de no comer, de dejar familia, mujeres y amantes por el discurso salvador. 
    Hoy, sólo van al Congreso de vez en cuando, a hacer un simple acto de presencia carente de otra motivación que no sea la de dar el quórum necesario para legitimar los intereses del Ejecutivo. Tal vez agotados por esas titánicas campañas es que justifican el votar automáticamente levantando la mano, como si en realidad pidieran ir al baño, o dejando que un par de ellos hable por horas, después de todo, ellos van cuando el partido así se los exige y no por motu proprio. No vaya a ser que se desgasten para la próxima campaña.
    Qué difícil dicotomía escribir sobre una Nación como la nuestra en pocas líneas, siempre se corre el riesgo de dejar algo afuera y hay mucho por describir.


La cuestión social y judicial

    Sinteticemos, según nos muestran nuestros sentidos la realidad: pobres hay y muchos porque los vemos, hambre hay porque cada vez hay más gente comiendo de los restos de otros y chicos pidiendo comida en los negocios, prostitución también. La vemos de todos los colores, edades y elección sexual. Droga: uff!!! no hay lugar donde no se tope uno con un adicto, en las esquinas, en las oficinas, en la facultad, en las escuelas, en los bailes, etc., etc. 
    Tenemos exponentes de todo tipo, profesionales, funcionarios, pobres, jóvenes, ancianos, religiosos, si hay alguien que no discrimina es la adicción. Y todo se mezcla y se relaciona con todo. La droga es una tentación para el adicto y el inescrupuloso trafica o consiente para que se trafique.
    Pero ¿hay más, no? Inseguridad, el fantasma de todo gobierno y su talón de Aquiles, y esto es porque los delincuentes no son más que el producto de la sociedad. Cuando peores condiciones registra una sociedad, en Educación, Justicia y conducción mayores son los índices de delitos.
    Inflación, la vemos en los precios y la padecemos en los bolsillos y las facturas de servicio. Por más que nos digan que vamos bien, en realidad estamos como el que acaba de sacar un crédito y se compró lo que deseaba; cuando se termine el dinero y los plazos de pago se acorten, la alegría no será la misma.
Corrupción, qué palabra, a veces creo que la Constitución es un sinónimo de esta, por lo menos para los argentinos que, seguramente, en esto no tenemos rival y lo más importante: en Europa no se consigue.
Salud, hay deficiencias. Si bien tenemos un sistema de salud estatal que alivia los padecimientos de la población, no han surgido medidas de fondo para mejorar su funcionamiento. Pero sí se quiere avanzar en la esterilización pública, como si sobraran los insumos y sin tener en cuenta los problemas psicológicos posteriores.
    Educación, uno de los pilares de toda sociedad. Degradada en la faz pública y prostituida en la privada. Es una imitación de algo, un intento de no se sabe qué .Eso sí, se discute y hasta se hace política y revolución como el caso de la UBA, donde si faltaba algo para destruir la jerarquía de la Universidad de Buenos Aires, se consiguió de la mano de un grupo de delincuentes que más que ideología buscan imponer una fábrica de ociosos y prepotentes, disfrazados de defensores de los derechos humanos.
    Justicia, y acá tenemos otra de las patas cojas de la República. Sus miembros son de lo más variados. Por un lado, los funcionarios megalómanos que dejan por el suelo uno de los principios del derecho, la congruencia y el fundamento conforme a derecho de sus fallos, hasta los oportunistas y mediocres que apadrinados por algún oscuro político fueron cual soldado a cuidar esa "quinta". La Justicia argentina tiene una deuda enorme con todos los ciudadanos, en busca de satisfacer a los otros poderes ha delegado y ha
fallado en más de una oportunidad en contra de la propia Constitución Nacional.
    Pero también hay que reconocer que se invadió muchas veces su autonomía y no para depurar la misma, sino para acomodar o reemplazar piezas claves y advertir a otros sobre “quién manda ahora”. De esta manera, son también pocas las oportunidades de los ciudadanos y de los trabajadores de obtener fallos favorables si estos no se adecuan a las necesidades económicas del modelo de turno.

 
Conclusión

    Bienvenido a la realidad, una realidad que está delante de todos, prepoteándonos, restándonos dignidad e identidad. Preparándonos para ser un escalón más que pisara el "vivo" de turno para ascender, desechando las virtudes y la moral por falsos objetivos que no hacen más que embrutecernos con tecnología, pero dejándonos vacíos de valores. Una sociedad que compra como en la colonización espejitos para maquillar una realidad social que no es grata. En el colmo de las paradojas, parecería que estábamos en un incendio y los bomberos que llegaron en vez de agua traían kerosene.
    Pudimos ser una gran Nación, pero tanta mezcla no arrojó nada puro. Mientras, el pueblo sigue poniendo el lomo para el trabajo y el pecho a la inseguridad, otros miran hacia los costados para ver de qué lado les conviene pegar el salto; no vaya a ser que de tanto fogonear los ánimos, terminen abrazados por el fuego que comenzaron.

Marcelo Ricardo Hawrylciw
Editor Diario El Sindical
www.elsindical.com.ar