Axel Kicillof mantuvo reuniones informales con sectores de la Policía Bonaerense. Quiso conocer de la propia boca de algunos jefes uniformados los detalles de uno de los temas que más lo desvelan. El diagnóstico lo dejó aún más preocupado que lo que estaba al inicio de esa ronda de consultas.
Los encuentros se fueron dando en las recorridas por los distintos municipios de la provincia. “Por respeto al gobierno de turno no vamos a contar muchos detalles, pero tenemos mucha información”, reveló el candidato cuando fue consultado por el portal A24.COM sobre la veracidad de los encuentros.
El manejo de la seguridad constituye sin dudas un gran dilema para Kicillof. El ex ministro de Economía tiene en claro que, más allá de la delicada situación que atraviesa la provincia, la seguridad se encuentra entre los principales problemas a resolver, si es que el resultado de la PASO se consolida dentro de una semana.
La futura designación de un responsable para ocupar ese ministerio genera incertidumbre y especulaciones. Hasta el momento, Kicillof no entregó señales claras de quién podría llegar a ocupar ese lugar, pero si comenzó a diseñar un plan de emergencia para los primeros 100 días de gobierno.
Por su experiencia de gestión a nivel nacional, la cuestión presupuestaria es la que mejor domina. Por eso siempre insiste en remarcar cómo fue utilizado el dinero público para un tema tan delicado. “La gobernadora María Eugenia Vidal bajó el 30 por ciento del presupuesto en materia de seguridad”, replica en forma enérgica.
Dentro del equipo de Kicillof, el análisis de los temas vinculados a la seguridad quedó en manos de Carlos Bianco, el jefe de campaña y dueño del magullado Clio gris con el que recorrieron el territorio bonaerense. "Carli", como lo conocen en el entorno del candidato, conoció a Kicillof en los años 90 cuando estudiaba la carrera de Comercio Exterior en la Universidad de Quilmes y el exministro llegó al sur para brindar un seminario.
Desde entonces, nunca más se separaron. “Hay confianza plena y mucha estima”, cuentan en el equipo de campaña. Quizás por eso Kicillof derivó en él un tema tan sensible. Bianco no solo mantendrá el contacto directo con los intendentes, sino que es quien está recibiendo la mayor cantidad de documentación e ideas para ver cómo abordar la caótica seguridad provincial.
Los primeros días de agosto, Kicillof protagonizó una serie de charlas con dirigentes y presentó en la Universidad Nacional de La Plata un libro titulado "Radiografía de la provincia de Buenos Aires. Crisis de un territorio en disputa". Ese documento fue confeccionado junto a otros dirigentes de su espacio como Silvina Batakis, Pablo Manzanelli y Cecilia Rodríguez.
Tras ese encuentro, y ante la presencia de la ex ministra de seguridad kichnerista, hoy a cargo del area en el Municipio de Avellaneda, fue que comenzaron a circular versiones sobre la posibilidad de que sea ella quien ocupe el ministerio de Seguridad.
La versión fue desmentida rápidamente. “Hasta el momento no se sabe quien podría ser su ministro de seguridad pero no creo que sea Rodríguez”, reveló una fuente cercana al candidato quien agregó “que los resultados municipales no fueron los esperados”.
El equipo de campaña de Kicillof está consultando diferentes documentos aportados por equipos temáticos. También se entrevistaron con referentes y especialistas con una mirada académica. En los últimos días mantuvieron reuniones con el prestigioso procesalista penal Alberto Binder.
Este abogado participó de la transformación de diversas fuerzas de seguridad y en reformas judiciales de países de América Latina. Kicillof quedó maravillado cuando leyó el análisis de la doctrina de seguridad seguida por el actual gobierno de Mauricio Macri.
“La campaña de mano dura del macrismo generó un enorme riesgo social y sostiene que hace falta una nueva generación de políticos que no tenga miedo a pelear en el terreno de la seguridad y enfrentar el poder mafioso que une a los servicios de inteligencia con los partidos tradicionales y los tribunales federales”, suele explicar el especialista.
También establecieron reuniones con allegados al exministro de seguridad, León Arslanian y con el equipo que lidera Marcelo Sain, actualmente dirigiendo el Organismo de Investigaciones (OI) de Santa Fe.
Entre las ideas que más convencieron al candidato están la de crear una agencia de investigación criminal, una suerte de FBI bonaerense que pueda cumplir con mayor efectividad el rol de auxiliar de la justicia.
También mostró interés en llevar adelante un profundo perfeccionamiento de las policías locales para terminar con la idea de “que en tres meses y poco entrenamiento un policía sale a patrullar con un arma reglamentaria”. A esto se le sumaría el proyecto de montar un Observatorio de la Seguridad pública que “los ayude a recopilar cifras para poder analizar con mayor certeza cuales son los principales delitos que sufren los vecinos bonaerenses”.
Más allá de todo lo que se pueda proyectar, a Kicillof le preocupa el manejo de la Policía Bonaerense. Reconoce que fueron efectivas las purgas realizadas por el gobierno de María Eugenia Vidal pero el fantasma de sectores uniformados “gerenciando el delito en forma encubierta”, existe. “Es un ejército de 90 mil hombres que muchas veces simbolizan parte del problema y no la base de la solución”, explican en el equipo de campaña.