Hace unos días, el buque pesquero Carlos Alvarez, del Grupo Conarpesa,
sufrió un incendio en plena navegación, a unos 160 kilómetros del puerto Comodoro Rivadavia.
Días más tarde, el barco "comenzó a hablar".
Hace instantes
me llamaron por teléfono y me relataron cómo fue el incendio. El
buque llebava a bordo su dotación de 30 personas más cuatro polizones.
Esto lo relata un tripulante del buque siniestrado.
"Aquí
hay, además del tema del hundimiento ex profeso, otro tema más candente aún,
que es el hecho de que la empresa, cuando hay mucho langostino, embarca
personal 'polizón' para tareas de clasificación de pescado. Estos duermen en
los comedores o hacinados en camarotes tipo 'villa'.
Este
incendio se inició por una estufa eléctrica que no tenía perilla y estaba
conectada en forma 'directa'".
Todos sabemos
que las estufas así, al ser de aceite y no de cuarzo, deben tener una llave térmica
pues el peligro de incendio es latente en un camarote donde se hacina la gente,
la cual intenta secar sus ropas mojadas sobre el calor de ese artefacto.
El relato del
tripulante también ahondó en las amenazas previas a las declaraciones
efectuadas, las cuales habrían sido del tenor de "ojo con lo que
hablan, que no trabajan más" y similares. El capitán se habría
encargado de silenciar a la tripulacion antes del arribo al puerto
aleccionando silencio.
Aquí, ya
sabemos que la justicia no va investigar pues la distancia y el silencio
obligado tapará todo... y Conarpesa seguirá impune haciendo lo que
quiere sin controles de ninguna especie.
En este marco, habrá
que indagar quiénes son los dos muertos sospechosamente aún no declarados.
Reiteraré que
un incendio no ocasiona hundimiento alguno, pues el buque no tenía rumbo ni
había colisionado. La Prefectura deberá explicar cómo se cumplió la orden
de "hundir" el buque llenándolo de agua al límite de su capacidad
y sin contar con la posibilidad de contener el excedente con sus bombas.
Preguntar cómo ingresó esa agua a la sala de máquinas, cuando sus puertas
estaban cerradas -como se procede en caso de incendio- es tan claro como que
mañana será nuevamente de día.
Pero insisto,
pedir justicia en este tema es utópico.
Roberto Maturana
Oficial de Marina Mercante- Investigador