Mucho se ha escrito y dicho sobre el trabajo en negro, sobre la desocupación y demás pero muy poco sobre las condiciones en las que se trabaja, los abusos que se cometen a diario y, sobre todo, la violencia laboral.

Sorprende hablar de violencia laboral porque inmediatamente surge el interrogante de si esta violencia se asemeja a la violencia física. Más allá de esto, resulta difícil aceptar que esta realidad existe y es moneda corriente.

Frente a ello, la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Senadores convocó a que, todos aquellos interesados que se sientan afectados y puedan aportar su experiencia, se inscriban a partir del viernes 18 de agosto para una "audiencia pública que se realizará a fin de ese mismo mes, con el fin de debatir sobre violencia laboral”.

Dicha convocatoria se basa en dar a conocer un predictamen que será elaborado por la Comision Laboral a la cabeza del senador radical por Jujuy Gerardo Morales consistente en defenir, prevenir, corregir, controlar y sancionar la violencia existente en el trabajo.

Resulta novedoso que una problemática como esta, en la que se encuentran involucrados los trabajadores/ras sea debatido públicamente enfrentando abiertamente el abuso de poder ejercido por parte del empleador, del personal jerarquico, de quien tenga la función de mando, de un tercero vinculado –directamente o indirectamente– o de quien tenga influencias de superioridad, definición esta elaborada por la Secretaría de Igualdad de Oportunidades de la Unión del Personal Civil de la Nación.

Quienes ejercen la violencia laboral utilizan el empleo de la fuerza, ya sea psicológica, física, económica o política. Y se manifiesta como hostilidad continúa y repetida en forma de amenazas, intimidación, maltrato, persecución, acoso moral, acoso sexual, sanciones, etc.

Normalmente son las mujeres las más afectadas, las que soportan presiones y son vulnerables. El maltrato psíquico y social tiene sus figuras totalmente tipificadas generando, entre ellas, bloqueos constantes de iniciativas de interacción y generando un aislmiento en el trabajor. Fenómenos tales como cambios de oficina o de lugar de trabajo o tareas -para separar al trabajador perseguido de su grupo cercano y que le brinda apoyo-, prohibir hablar con compañeros/as o realizar tareas denigrantes son constantes muestras de violencia laboral. Incluso las insólitas sanciones frente a problemas de salud que el trabajador/a pueda tener y que en muchos casos provoca un gran ensañamiento.

Sólo resta esperar que esta Comisión de Trabajo del Senado después de esta consulta elabore una ley que sea positiva, clara, efectiva y que en la practica contenga normas legales que protejan al trabajador/a frente a los abusos de poder y caprichos de los empleadores que utilizan medios coercitivos, generando miedo y temor ante la eventual pérdida de una fuente de trabajo que se mantiene a costa de lo que sea, soportando ensañamiento, avasallamiento y violencia laboral.