América latina parece no sonar y menos tronar en esta reunión de la Organización del Comercio Mundial (OMC), que se inicia mañana en Cancún, en las doradas playas mexicanas. Se reunirán 146 ministros de igual número de países miembros, pero es un grupo de países del primer mundo el que decidirá. En una materia tan álgida como la agricultura para los países en desarrollo, se espera que la Conferencia tome nota, porque al mundo desarrollado le interesa el statu quo en esa materia, y avanzar en servicios y propiedad intelectual.
Estudiosos y analistas del Sur comparten la idea, cada vez, más que el neoliberalismo le ha puesto la soga al cuello a la humanidad, incluído a los propios países desarrollados, en menor grado, pero de alguna manera la economía, el desarrollo, marcha contra natura, sobre las espaldas del cada vez más famélico cuerpo de la humanidad.
Algunos e inclinan decididamente por calificar de Caballo de Troya a la globalización y aseguran que se hace necesario sostener mejor las riendas de la economía, no de una manera excesivamente liberal, porque el caballo se ha desbocado a ojos vista de los propios jinetes.
Los países actualmente desarrollados, fueron abiertamente proteccionistas en el pasado, como Europa, Japón, Corea y el propio Estados Unidos, que protegieron contra capa y espada sus industrias. La apertura ciega, sin un plan ordenado, ni prever los plazos, las limitaciones propias de economías débiles sin toda una infraestructura que les permita competir, resulta para los analistas una muerte anunciada, un verdadero suicidio.
Así no se alcanzará jamás el desarrollo ni se obtendrá un crecimiento sostenido con oportunidades para la población, subrayan los expertos.
La seguridad social se ha esfumado prácticamente en Europa, Estados Unidos va en retirada, y en Nuestra América es un fantasma.
¿Qué sucederá a medida que avancen las medidas discrecionales contra los productos, o seamos aún más invadidos por las industrias foráneas? Los mexicanos siguen suicidándose por la ruta del desierto de Chihuahua en búsqueda de un mejor destino, a pesar del TLC firmado con Estados Unidos.
No pareciera el mundo económico regirse por reglas iguales para todos, y la asimetría es perfecta, como la ley del embudo, leyes que se escriben para ser aplicadas a los más débiles, como un muro de Berlín fronterizo que se extiende ahora por las naciones más empobrecidas, las llamadas del Tercer y cuarto mundo.
No seamos pesimistas, pero sí reclamemos nuestros derechos. Un camino es la Unión Latinoamérica. El Sur debe empezar por el Sur, creer en el Sur. Argentina, Chile y Brasil, deben organizarse en una alianza estratégica y sumar a más países. La soledad internacional es una mala consejera. Los bloques ya están caminando. El suscrito recientemente por China y la India, con exclusión de Estados Unidos, es un claro aviso al nuevo orden internacional. Dos países que suman más de 2.200 millones de habitantes y que tienen tecnología. Un ejemplo para América latina.
El lingüista norteamericano, intelectual que aborda continuamente estos temas del desarrollo, la política, en el ámbito global, Noam Chomsky ha dicho a un diario mexicano en el marco de la reunión de Cancún, que hoy la China y la India serían las potencias hegemónicas si se hubiesen aplicado hace 200 años atrás las leyes proteccionistas que hoy favorecen a las naciones industrializadas. Gran Bretaña aseguró su imperio con tecnología robada a la India, denunció Chomsky. Y Estados Unidos siguió el ciclo, pirateando tecnología Inglaterra, remachó el profesor universitario de Massachussets.
Nada nuevo bajo el sol. Las riquezas de América latina han sido saqueadas durante cinco siglos. un mundo que tiene patente de Corso para unos pocos.
Chomsky fue más lejos en sus recientes afirmaciones y sostuvo que el futuro de la humanidad depende de la oposición que se haga a la globalización. Ciertamente los movimientos antiglobalizacipón crecen en el mundo, se expresan en el Norte y en el Sur no tienen fronteras. El próximo se realizará en la India. Brasil y Sudáfrica son países muy involucrados en estas posiciones contrarias al mundo global que instaura la OMC, como las organizaciones campesinas de México, Tailandia y muchos otros países empobrecidos por el comercio desigual.
¿Qué hará Argentina, un país muy dependiente de su sector agropecuario? ¿Cuál será el paso de Chile, país también con fuertes exportaciones agroindustriales? Mucha tela que cortar en Cancún. La prensa mexicana da cuenta que ya han llegado a Cancún más de mil representantes de ONG dispuestos a boicotear la reunión global. “Otros mundos son posibles”, es el lema de estos organismos. Cancún ya es un hervidero de gente que quiere otro mundo, una vida con futuro para todos. Son más de tres mil los delegados de 90 países, quienes protestarán junto con los indígenas y otras agrupaciones anti-globalización por este foro, cuyas medidas, dicen, los margina, discrimina y aniquila como grupos sociales.
Los nobeles José Saramago, Roberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, figuran entre los invitados especiales de estas agrupaciones. Soberanía alimentaría, será un derecho que defenderán los indígenas y las agrupaciones globalifólicos, en Cancún.
No es poco...

Rolando Gabrielli