El liderazgo entre las denuncias de usuarios perjudicados lo sigue teniendo la telefonía celular que ocupa el primer puesto con un 23 % en el período que va desde enero de 2006 hasta el 31 de julio próximo pasado. Los abusos continúan existiendo y, si bien el Defensor del Consumidor dependiente del Gobierno de la Ciudad recibe las denuncias de todos los rubros y permite -a través de su pagina web- informar al consumidor, la desprotección continúa.
Entre las compañías también existe un liderazgo. La que encabeza es CTI que a la hora de responder al cliente que se siente perjudicado, "pierde" toda responsabilidad haciendo que su transparencia quede en simples palabras y publicidad engañosa.
Los reclamos en su mayor parte se basan en:
1- Facturas que exceden el marco normal de lo contratado y del servicio al que accede el cliente cuando concreta la operación de compra del aparato.
2- Traspasos de factura fija a tarjeta que no son cumplimentados (se siguen cobrando intereses y no se permite dar la baja).
3- Imposibilidad en los traspasos de planes, lo cual el usuario tiene derecho a poder realizar.
Asimismo, ultimamente está ocurriendo que se venden costosos equipos -de diversos y sofisticados modelos- que se promocionan tanto en los centros oficiales autorizados como en Internet y que, cuando presentan fallas o desperfectos -ya sea por casos fortuitos o lo que fuere-, CTI no se hace cargo de su arreglo. La referida compañía suele responder con pretextos del tipo que “no tiene repuestos”, o argumentando que esos equipos "se dejaron de fabricar hace años".
Es el caso de los celulares Sony Ericson Z500, la gente de CTI invita al cliente a que llamen a la empresa que fabrica esos celulares y averigüe si existen repuestos de los aparatos mencionados. Por supuesto, Sony Ericson se excusa muy gentilmente y solicita al cliente que vaya a los centros oficiales “porque el respuesto es importado y es oneroso pedirlo porque los valores se facturan en euros o dólares".
Así es como el cliente debe peregrinar como la historia del arbolito al que siempre le falta algo, sin saber qué hacer con un celular que funciona a medias mientras los Sres. de CTI se lavan las manos de manera alevosa, invitando al usuario a comprar un nuevo equipo (!). Lo curioso es que muchas veces a ese cliente se le vuelve a ofrecer el mismo celular, el que ya se había dejado de fabricar y otras empresas no tienen en stock.
Es evidente que el abuso existe y que se está violando ampliamente la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor. De esta forma, el perjudicado tiene que recurrir ante Defensa del consumidor para hacer la denuncia concreta, o intimar a la empresa de telefonía celular -que suele mantienerse en silencio- para que haga algo al respecto. De lo contrario, frente al cansancio de tanto “pelear”, sólo resta reclamar una especie de indemnización para poder comprar un nuevo celular y cambiar de compañía telefónica.
Finalmente, lo que queda por hacer -que no es nada recomendable- es recurrir a lugares de esta ciudad de Buenos Aires donde se venden celulares de manera ilegal y que sí tienen repuesto.
Pero lo mejor siempre será que el cliente pueda manifestar su queja y logre tener eco para poder encontrar una solución apropiada a su problema dentro del marco de la ley.
Graciela Catalán Álvarez
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