La sostenibilidad es uno de los grandes objetivos de la humanidad desde que nos dimos cuenta del devastador alcance de nuestros patrones de consumo anteriores. Evitar la contaminación del agua, el aire y el suelo es una de nuestras prioridades.
Para el campo de la ingeniería, uno de los desarrollos tecnológicos que está haciendo viable la transformación necesaria son los geosintéticos; materiales desarrollados con aleaciones de polímeros especiales que tienen una larga vida útil y que protegen los suelos de acciones y agentes externos, haciendo que las construcciones sean más ecológicas y duraderas.
Dentro de los materiales destacan las geosintéticos como una de los componentes que brindan más sostenibilidad en sus aplicaciones debido al aprovechamiento de recursos naturales y a ser amigables con la vegetación.
Las geoceldas son placas retractiles que al desplegarse despliegan enteramente el ancho de las celdas que se forman con cruce de bandas elásticas soldadas con ultrasonido. Básicamente se trata patrones geométricos similares a los que se hallan en los panales de abejas, en los que cada célula confina materiales en su interior y las bandas o paredes celular actúan repartiendo las fuerzas que se aplican en cualquier parte de la estructura.
Su finalidad es:
· Estabilizar superficies
· Facilitar el drenaje
· Minimizar a erosión
· Revestir estructuras de forma horizontal o diagonal
· Solucionar fallas de margen
· Defensa de márgenes y bordes
Geoceldas en vías pavimentadas o asfaltadas
La utilización de geoceldas para la estabilización de terrenos pavimentados o asfaltados reduce considerablemente la cantidad de relleno que se emplea así el trabajo mecánico que requiere su compactación.
Una capa de goceldas correctamente rellena y compacta bajo una capa de relleno minimiza los movimientos de tierras y la aparición de fallas de borde. Soportan temperaturas de hasta 60°C, por lo que bajo el asfalto y pavimento podrán soportar perfectamente la tensión dinamia durante años.
Su utilización puede significar una disminución en la capa de material final, lo que significa menor reluctancia y también menos emisión de calor. Además, el material de relleno utilizado puede ser local.
Incluso pueden utilizarse en terrenos no pavimentados, minimizando la erosión que afecta a materiales e baja capacidad portante como la tierra o la arena. De hecho, representan una solución en comunidades rurales, donde son rellenas con tierra local, grava o granzón.
Geoceldas para la construcción de terraplenes
La elevación de terraplenes verdaderamente estables es uno de los grandes retos a los que se enfrenta día a día un ingeniero civil. Desde el cimiento hasta la coronación, las geoceldas pueden estar presentes en cada parte del terraplén.
El confinamiento celular reduce el desplazamiento lateral y la deformación vertical producto de la constante aplicación de fuerzas, lo que mantiene la integridad estructural siempre por arriba del 97%.
La construcción de terraplenes con geoceldas es frecuente en las vías de ferrocarriles, pues las vías de trenes y otros vehículos de motorizados de carga y con rieles son altamente sensibles a la deformación del suelo. Las geoceldas proveen la estabilidad necesaria para las cargas y la vibración ya no sean un problema.
En el caso de los terraplenes, su contribución a la sostenibilidad viene dada por su capacidad de utilizar el material vegetal, pero también porque facilitan la construcción de terraplenes con taludes y facilitan el drenaje. La capacidad de carga del suelo aumenta y se minimiza la contaminación ambiental.
Geoceldas en la construcción de muros de contención
Este es un uso que nació tras la capacidad inventiva de algunos ingenieros que quisieron extrapolar la estabilidad horizontal de las geoceldas a las obras verticales.
Las demás alternativas como gaviones y muros solidos armados no son tan ecológicos y su implementación puede requerir incluso de mayor uso de maquinaria.
Para armar muros de contención con geodelcas, las mismas deben aplicarse en capas, compactando y rellenando adecuadamente cada una de las capas para lograr estabilidad estructural. La construcción ha de ser segmentada, lo que simula la inclinación de los mulos armados.
Para lograrlo, cada capa deja al descubierto una o dos filas de celdas. Es aquí donde aparece la aplicabilidad sostenible de las geoceldas. Las celdas que quedan hacia afuera, pueden ser utilizadas para la siembra de material verde.
El drenaje de toda la estructura asegura que el agua llegue a las capas exteriores, mientras que las paredes celulares facilitan el enraizamiento (mediante orificios existentes) y además separan cada planta. Las plantas refuerzan el talud y dan estabilidad a la estructura mientras se convierten en un muro verde decoroso con propiedades sostenibles.
La tecnología hace posible que logremos el objetivo de la ONU en el 2030 y alcancemos la sostenibilidad. En la ingeniería, esa tecnología que tiene el potencial de cambiar las construcciones y hacerlas más sostenibles son las geoceldas.
Un artículo importado de algún país donde la ingeniería civil se trata sólo de caminos y donde al operador de una máquina le dicen ingeniero. En la argentina la ingeniería civil siempre incluyó todo lo relativo a la construcción de obras de arquitectura, presas, estructuras e instalaciones. Viene al caso el comentario porque desde el menemato hay un Consejo Federal que se ha propuesto el vaciamiento de la ingeniería en los programas de las facultades. La solución a tanta igualdad va a ser importar la ingeniería junto con las obras. Para cuando consideren que es noticia va a ser muy tarde.