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20 años de dolarización en Ecuador

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¿Funciona o no funciona?
¿Funciona o no funciona?

Estoy en Ecuador por el aniversario de los 20 años de dolarización. El IEEP y la Sociedad Bastiat de Guayquil y con el apoyo del American Economic Institute for Economic Research (AIER) entre otros instituto han organizado una serie de eventos. El IEEP, Fundando por Dora “Dorita” de Ampuero fue uno de los institutos claves en promover y defender la dolarización en Venezuela, así como explicar la misma a la sociedad luego de la reforma monetaria en Ecuador.

 

El listado de expositores fue bastante interesante. Ademas de la presencia de Lawrence W. Reed (Presidente de la histórica FEE) y profesores universitarios locales, también estuvieron presentes Carlos E. Gonzales para habla de la experiencia Panameña y Manuel Hinds, “Padre” de la dolarización en El Salvador. Tuvimos la oportunidad de interactuar con varios medios locales, institutos, y hasta con miembros de la Cámara de Comercio de Guayaquil. Entiendo que la experiencia puede ser “acotada” y no representativa de todo Ecuador, no obstante comparto algunas impresiones de este evento.

 

¿Qué es la dolarización (para los Ecuatorianos)?

El mensaje entre líneas sobre este tema es unánime: La dolarización es un instrumento institucional primero y de política monetaria segundo. He perdido la cuenta de cuantas veces he oído agradecer a la dolarización que Ecuador no terminase siendo Venezuela. La inflación ya no es un tema en Ecuador y la falta de flexibilidad de política monetaria para lidiar con shocks externos es una preocupación de segundo orden frente al temor de un gobierno populista con acceso al banco central. De hecho, los comentarios se inclinan más a profundizar las reformas para ganar competitividad internacional (bajar impuestos, apertura comercial, tratados de libre comercio, mayor integración financiera internacional, etc.) que ha salir de la dolarización para poder “administrar el tipo de cambio”. Argentina fue ejemplo recurrente de que las devaluaciones no sirven para aumentar las exportaciones y el PBI (más allá, quizás, de algún efecto de corto plazo). Argentina fue, también, ejemplo de los riesgos de salirse de la dolarización.

Coincido con esta lectura. Una dolarización no es solo una manera de pasar de una mala política monetaria doméstica a una menos mala política monetaria importada del exterior. Una dolarización es, primordialmente, una reforma institucional. Varias de mis intervenciones buscaron recordar que no hay que pensar en la dolarización sólo en términos de política monetaria, sino también en su rol institucional. La dolarización no solo aguantó 20 años en Ecuador y los intentos de Correa de eliminarla, también aguantó gobiernos explícitamente marxistas en El Salvador. ¿Realmente no puede ponerle freno al peronismo? La respuesta a esta pregunta lejos está de ser obvia y no debería ser desechada de antemano con el típico “pero en Argentina hay peronismo”. Este modo de pensar no más que una traba a las reformas institucional.

Por cierto, si es cierta la presencia de “fear to float” (Calvo-Reinhart) en Argentina, ¿los beneficios de una política monetaria independiente y eficiente no son entonces un tanto ilusorias?

 

El problema de la credibilidad y las instituciones

El problema de la credibilidad institucional fue otra cuestión muy presente en diversos temas. Tomo las dos que me parecen más relevantes.

Primero, ¿por qué dolariza Ecuador? Por falta de credibilidad. La dolarización fue hecha a las apuradas y sin pensarlo demasiado. La misión del FMI en Ecuador se enteró, como el resto del país, por los medios. Fue “un salto al vacío”, como alguien lo recordó. El banco central de Ecuador ya no tenía credibilidad para dominar la situación. La dolarización fue forzada por falta de credibilidad en las instituciones y autoridades monetarias.

Segundo, si bien no da la impresión ser probable en el corto plazo, eventualmente Ecuador puede discutir salirse de la dolarización. Esta medida hay que pensarla muy bien y con mucho cuidado. Si Ecuador sale de la dolarización, ¿es más factible que vuelva a tener un banco central ineficiente y/o utilizado por el gobierno para financiar un elevado gasto público, o que vaya a tener un banco central como, digamos, el de Nueva Zelanda?

Ecuador tiene instituciones Latino Americanas, no Suizas. Hay que ser realista con el banco central que se va a obtener si se sale de la dolarización. Puedo estar equivocado, pero creo que los modelos monetarios que se usan para rechazar una dolarización en base a política monetaria local no prestan atención ni al marco institucional ni a al largo listado de problemas “Public Choice”.

Las instituciones no son como probarse distintos sweaters en un local comercial, donde uno se pone y saca diversas prendas de manera repetida hasta que encuentra la que más le gusta. Una vez que Ecuador sale de la dolarizacion, si el nuevo banco central vuelve a producir crisis inflacionarias, ¿qué credibilidad puede tener una vuelta a la dolarización? Una vez que se “rompió” políticamente esta institución, ¿como volver? Y si por este motivo Ecuador no puede volver a al dolarización, ¿a dónde va? ¿Puede hacer algún otro tipo de reforma creíble o queda condenado a tener un banco central “a la Argentina”?

Cuánto más se dañen las instituciones, más profundas deben ser las reformas institucionales. De allí que en Argentina algunos sostengan que una nueva convertibilidad ya no es suficiente para lograr un creíble equilibrio monetario y que es necesaria una reforma aún más profunda: una dolarización.

 

¿Qué instituciones se necesitan para no tener que dolarizar?

Se necesitan dos cosas. La primera es un “nivel” de instituciones adecuadas. Supongamos, de manera sencilla, que el marco institucional (económico y monetario) va de 0 (el peor posible) a 100 (la reforma ideal). Digamos que Argentina tiene un nivel institucional de 40. La reforma institucional mínima para que no sea necesario dolarizar es de 90, mientras que la reforma mínima para que sea posible dolarizar es de 60. Ahora bien, La reforma factible (no la que deseamos) en Argentina es de 75.

Es decir, argumentar que porque es necesario hacer reformas para dolarizar implica que entonces no es necesario dolarizar elude el punto. Lamentablemente el problema no es tan sencillo ni así de superficial. El beneficio de una dolarización dentro del rango 60-90 es justamente institucional. En este rango aun es posible que la clase política utilice políticamente al banco central por más que se parta de una situacion de equilibrio fiscal. En términos gráficos, el beneficio consiste “cerrar el BCRA y tirar las llaves al rio” dado que si bien hay equilibrio fiscal y monetario las autoridades políticas no son creíbles y alta probabilidad de que vuelvan a producir desequilibrios. ¿Cuántas veces hemos visto esto en la historia Argentina?

Lo segundo que se necesita es que las reformas sean creíbles. Esto, lamentablemente, lleva tiempo. No es sólo cuestión de equilibrar las cuentas y hacer reformas legales y regulatorias, las mismas deben ser robustas creíbles. El problema es que la credibilidad depende en última instancia de actores sociales como funcionarios públicos, jueces, empresarios, legisladores, etc. Al final del día, son personas quienes deben defender las instituciones por sobre beneficios económicos de corto plazo. Desde la vuelta de la democracia a la fecha, los presidentes del BCRA duran menos de dos años en sus cargos. El problema no es elegir a las correctas autoridades monetarias, el problema es institucional y de credibilidad. De poco sirve elegir al mejor gabinete de los últimos 50 años si no hay certeza de su permanencia más allá del año y medio. O, por ejemplo, ¿quien puede creer en convicciones confesas de un Pichetto, ex-candidato a nada menos que Vice Presidente, si cambia 180 grados de opinión de la noche a la mañana?

Este, lamentablemente, es un problema que lleva tiempo resolver. Dado que las instituciones en última instancia dependen de cómo se comportan ciertos actores sociales, es necesaria o (1) esperar por una renovación generacional, o (2) una reforma institucional de la cual sea muy difícil y costoso salir (ej, dolarización, tratados de libre comercio, etc.) No es suficiente, por lo tanto, con lograr una reforma institucional entre 90 y 100 dado que la misma, si bien correcta, no seria creíble en el corto plazo.

 

4 comentarios Dejá tu comentario

  1. Quien fue el alma de la dolarización en Ecuador ? Domingo Cavallo un grande de la Economía. Quienes fueron los responsables de la caída de De la Rúa y con el gobierno y su Ministro de Economía ? El golpista civil Duhalde, ayudado por un ex Presidente ya muerto. Como sucede siempre : Los muertos mejoran todos. Demasiada inteligencia del Ministro, para un pais del cuarto o quinto mundo.,

  2. Si vamos a fijar nuestra moneda a una referencia externa lo mas viable y mejor es hacer una moneda del Mercosur, donde el garante final termina siendo el socio mayoritario: Brasil. Uruguay y Paraguay no tendrían mayores problemas y a nosotros nos obligaría a ordenar nuestras cuentas sin recurrir a la emisión monetaria. Es vergonzante que un pais mediano como el nuestro tenga que caer en cosas así para ser CONFIABLE. Es la tipica confianza comprada o alquilada... solo dura lo que dura el arreglo. Argentina tiene que volver a ser garantia por si misma. Sino no hay forma de hacer nada.

  3. En lugar de tomar como referencia a Ecuador, debería tomarse como referencia al Brasil, que CON MONEDA SOBERANA y politicas mas SUSTENTABLES en el manejo de POLITICAS PUBLICAS Y MONETARIAS, atesora una muy buena cantidad de reservas gracias a haber "CONVENCIDO" a la sociedad de que debe ahorra en reales, pero para ello por contrapartida los ahorristas reciben intereses calculados por una tasa levemente POSITIVA por sobre la inflación, por lo que saben que tienen un seguro de prervación del valor. De paso no hacen falta shocks consumistas que terminan generando inflación, pues al disminuir la VELOCIDAD de rotación del dinero todo se hace mas previsible. En Argentina históricamente se despreciaba la moneda para incentivar al CONSUMISMO y destruir el AHORRO NACIONAL, excepto en dolares. Para ello se imponen tasas negativas, para los colocadores, con el fin de que haya creditos baratos, que cobran los bancos con tasas POSITIVAS ¡Y para que hablar de las tarjetas de créditos que son tasas HIPERPOSITIVAS y con bajo riego crediticio, gracias a la atomización de ese riesgo. Los gobiernos "populares" han hecho ganar muchisimo a los bancos. Según Psce del BCRA, esta vez será diferente y en un futuro se preservara el ahorro con tasas positivas de interes. ¿Será cierto?

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