La poesía
es cosa muda,
rota,
dice y toca,
pasa y queda,
provoca.
Es muy difícil que la Academia Sueca premie con el Nobel a un tercer poeta
chileno. Los factores que intervienen en una decisión, son diversos y
complejos. La Academia puede llegar a ser tan letal como una rosa muerta. Es sólo
un autor el escogido entre los cinco continentes que suman más de seis mil
millones de habitantes y algunos cientos de escritores que podrían ser
agraciados por Estocolmo. Es casi el azar de una aguja en el pajar. Un solo
sombrero para muchas cabezas. ¿Más fácil que atraviese un camello el ojo de
una aguja que un escritor las puertas del reino de la Academia?
En un mundo sin
poesía, Chile presenta este año la candidatura de dos poetas. Nicanor Parra,
ya vitalicio al Nobel, y Gonzalo Rojas, un primerizo de 90 años. Entre ambos
suman 182 años, casi toda la historia poética chilena. Casi dos siglos, es un
tiempo prudencial, para un par de personas y poetas.
La poesía se
está quedando sola con su palabra solitaria. No hace ruido, no suena, ni
truena, en el mundanal ruido de la farándula y del mundo digital. El poeta es
el verdadero aguafiestas en este paraíso perdido. Hace unos días, almorcé en
el restaurante El Poema, y su Carta era un solo verso: Hoy, poesía. Un
silencio sepulcral recorría las vacías mesas y las servilletas organizaban una
pequeña obra de bailarinas aladas, una danza donde el tiempo se olvidaba de
todos los mañanas. Afuera, la calle, la ciudad, el país, y adentro, la TV y el
mundo que arrastra la imagen del fracaso, la rueda cosmética del caos.
Un verso puede
herir la garganta de un emperador o restaurar la voz de un ruiseñor.
Estigmatizar a un dictador, olvidarlo para siempre. Dejar muda a una mujer, dar
vida a una roca o sepultar la mariposa detrás de un espejo. Y también ser
olvidado en la memoria de un loco que lo repetirá de generación en generación.
La poesía es el más sublime y maravilloso de los fracasos, siempre está a la
espera de un lector y un corazón que sólo respire por ella. Yo pediría cortesía
de sala para esta dama desautorizada por los tiempos que vuelan y soplan
contrarios, llenos de prosa y retórica de espanto.
Poema
1/Yo no existo y soy cero. Poema 2/ Sumo de izquierda a derecha, out. Poema 3/
Me olvido de la memoria. Poema 4/ Aprendo del futuro incierto Poema 5/ un paso
al lado de la orilla contraria Poema 6 El poema sigue descosido Poema 7/ El hilo
sin hilván Poema 8/ ¿Un verso sale herido si no lo nombran? Poema 9/ Poema, en
el poema Poema 10/ La poesía está en ninguna parte Poema 11 Una fecha sin
poema Poema 12/ Al borde de la mala suerte Poema 13/ Yo creo en el poema que no
he escrito.
POETAS DEL SUR, anclados en la palabra VIDA
Nicanor Parra debe estar esperando en Las Cruces, zona costera chilena,
que salte la liebre. Gonzalo Rojas, quien ha visitado no hace mucho Estocolmo,
sabe, supongo, que es suficiente con competir entre tantos galgos. Hace 15 años
la Academia no premia a un escritor latinoamericano y este puede ser el año de
Mario Vargas Llosa, porque Perú no ha recibido aún el lauro sueco y el autor
de La Casa Verde es ya un viejo candidato. En un mundo tan revuelto,
plagado de intereses, muy poco académicos, es muy difícil vaticinar quien será
en octubre, el próximo Premio Nobel. La Academia tiene su sorpresa bajo la
manga y las sospechas recaen en varios autores.
Sin duda, Parra
y Rojas son dos poetas meritorios. Han superado más de medio siglo de poesía
chilena y contemporánea, y su poesía, que guarda sus distancias y semejanzas,
tiene la particularidad de hablar del Hombre y sus circunstancias, del amor
feroz, y son más poetas de palabras que de ideas. Lo erótico forma parte del
tronco de la poesía de Rojas, pero Parra no se queda atrás desde un punto de
vista más irónico, escéptico, “antipoético”. Ambos han escrito contra la
muerte, creen que la poesía es Vida, y ahí están en pleno siglo XXI, dando su
propia batalla. Poetas de “envidiable tono personal”, buscando siempre la
poesía dentro de la poesía, la vida en el poema, la vida en la vida,
respirando la chilenidad. Parra y Rojas tienes algunas coincidencias entre sí a
lo largo de sus vidas. Son del Sur de Chile, (aunque Rojas nació en Ovalle,
Norte, se fue a vivir niño a Lebu) huaso y minero, chilenísimos ambos,
cazurros, ladinos, irónicos y universales. Se ganan la vida ambos cuando jóvenes
trabajando en el Internado Nacional Barros Arana, en Santiago de Chile. Viajados
y estudiados, poetas in profundis y ejercicio. Ambos escribieron un
primer libro olvidado por la crítica y por ellos mismos: La Miseria del
Hombre, Rojas y Cancionero sin Nombre, Parra. Con lecturas
universales, clásicas, griegos, ingleses, latinos, franceses, pero en la
tradición chilena, de la que ellos forman parte sustancial con los grandes
poetas del siglo XX. Uno más cerca que otro de la izquierda tal vez, pero
anarcos ambos, sin sindicatos, con respiración personal, pugnaron por la
vacante de Neruda y dicen que ganó Parra, el más internacional de nuestros
poetas vivos. Rojas ha obtenido grandes premiaciones, más que Parra: El Premio
Octavio Paz, Hernández y el Cervantes, además del Premio Nacional de
Literatura, al igual que Parra, que también tiene el Rulfo. La influencia de la
poesía de Parra es mayor en Estados Unidos y América latina y Chile Parra es
casi un desconocido e incomprendido en España (sic). Su Antipoesía es un
referente mundial y no sin razón, el crítico norteamericano Harold Bloom, dijo
hace un tiempo que a Parra debieron darle el Nobel hace una década, porque en
verdad le ha dado un sacudón a la lengua castellana, el temblor del Verbo de la
Antipoesía. Ambos hijos, hijastros de Huidobro y Neruda. Nada les quita. La
poesía no sale del aire, sino de la página en blanco que ya está escrita. En
Rojas es notoria la copulación verbal, el amante monosilábico, sensual, hay
lascivia glandular, bucal. Recorre el cuerpo, lo repasa con un gran apetito.
Poeta de avenidas íntimas, exilios, reencuentros, viajes, Rojas va por la máscara
y la cabellera del Premio Nobel. “A Rojas le duele el oficio” de poeta, que
considera el Arte mayor. Parra, que no cree en la palabra Creación, piensa que
poesía es crear vida a través de la palabras. El poema sería un circuito
integrado, es vida en palabras y vuelve a la vida.
¿Profeta
de Shakespeare?
Parra está más apartado aún del stablishment, es una francotirador con salvas
dum dum, dispara, como dice el bolero, sin medida, ni clemencia, porque la
Antipoesía lleva ese germen combativo, irónico de audacia permanente,
desmitificación, y arremete Yo colectivo, desintegrado y desintegrador. Parra
nace “contra la poesía chilena de su momento”, Neruda, especialmente, y se
afinca en su huesudo esqueleto y se adentró en lo popular, el lenguaje diario,
del vivir cotidiano, le hincó definitivamente el diente a la conversación poética
con el yo común, ancestral, pasado, presente y futuro, cargado de chilenidad y
también de lo universal, que es tiempo común sin fronteras, ni registro de época.
Parra es definitivamente más anglosajón, por sus estudios en Gran Bretaña
(escritos allí), Estados Unidos, lecturas, gustos y algunos grandes poetas
chilenos tienen más influencia francesa, inclusive que española. Hay en Parra
el descuido de una prosa bien cuidada, articulada en su poesía. Una cierta rima
clásica, popular viaja algunos de los Antipoemas, como si fueran las castañuelas
mudas de Parra. En toda su obra se encuentra la ironía, escepticismo,
comicidad, dudas, interrogantes de todos los tamaños y mucha más poesía de la
que el Antipoeta quisiera tal vez o ese es su gran juego. Parra refresca el
Cancionero de la Poesía chilena, de por sí rico, variado, de varias puntas,
hilo de un mismo ovillo, madeja que crece en el laberinto de lo humano y
divino.Su poesía es una nueva ruptura en la poética chilena. Parra es el
iconoclasta por excelencia, tambor mayor de la irreverencia y la comicidad. Todo
gran artista crea su propio stablishment o alguien o un coro lo organiza. Lo
siguen ciegamente como a Borges. En la
poesía hay un lugar común difícilmente de obviar o ignorar. Se refiere éste
a la inevitable comparación que hacen algunos críticos inclinados por la obra
de Parra en contra de Neruda, dos aguas de un río diferente. Y para muestras,
estas perlas de Sergio Coddou, que en nada favorecen a Parra, más bien exhiben
un endiosamiento que no había escuchado entorno a Neruda: "Nicanor es hoy
(y lo seguirá siendo cuando ya no esté), un sujeto de carne y hueso; en
cambio, Neruda es hoy un mito viviente, una marca registrada, una postal, un
afiche cultural con olor a pescado (o a caldillo de pescado recalentado) del
cual se cuelgan hordas de parásitos y maquilladores de muertos. Parra, por el
contrario, es tan de carne y hueso como su padre poético, William Shakespeare.
Si Shakespeare es Dios, Parra vendría a ser su profeta". No hay salvavidas
para dislates de esta envergadura, aunque el artículo se intitule:
"Nicanor Parra & Shakespeare: Un chaleco salvavidas con amplia
autonomía de flotación" Imposible
pasar por alto las Residencias en la Tierra e inclusive los 20 Poemas de
Amor de Neruda y su poesía amorosa, las Odas Elementales y grandes
fragmentos del Canto General. Lo que dejan en claro los detractores de
Neruda, con estas manifestaciones histéricas, es que es el referente obligado
de la poesía chilena del siglo XX.
Los Señores del Mercado
Se han juntado en Estocolmo este año, Parra y Rojas, dos registros mayores de
la poesía chilena. Feliz coincidencia para Chile, el habla castellana, la poesía
y una época sin poesía. Parra y Rojas están en el turno de la poesía mayor
de Chile y del habla castellana, ya hace un largo tiempo. Han escrito y sabido
administrar la palabra. En un tiempo fueron aceite y vinagre de las relaciones
poéticas chilenas, casi una tradición en el país, en el Arte. La empresa
privada de la poesía adquiere a veces unos papeles monopólicos, donde el yo es
vicio de un ego acuartelado, zumbón, díscolo.”No hay mejor poeta que, en
cada caso, uno mismo”, decía el poeta Enrique Lihn”, a través de su
personaje Gerardo de Pompier. Los boy scout de la poesía chilena, han seguido
con sus mini peleas de cantina de pueblo, veleidades de antología, rabiosas
pasadas de cuenta, un historial de moros y cristianos en un mismo saco. El poeta
hoy es más un ascensorista del Bien y el Mal, (en un mundo global)en el baja y
sube, con relación al mercado. Poco y nada, con raras excepciones, se pronuncia
un poeta sobre lo que pasa en el mundo. ¿Es un observador en tránsito? ¿O un
marginal en una sociedad donde las palabras han perdido la batalla? El poeta
no dice/ni fu, ni fa/ladra en el silencioso atardecer/eco de sus ruinosas
vocales/chilla detrás del papel mojado/el poeta ama la luna que no ve/el corazón
que no le escucha/ve su rostro ciego/es vela de su propio entierro.
Y tan perseguido que ha sido, que hoy todos se olvidaron
de él, Para empezar los editores: dueños de la verdadera palabra impresa. Los
Señores del Mercado. Tantas cuartillas para nada. Sueños anchos, angostos,
profundos, olvidados, para nada. Los poetas sufren de insomnio porque sueñan
con él. El Mercado no infla el globo de la poesía. El Mercado no tiene tiempo
para soñar con los poetas. El Mercado necesita que hagan tilín, tilín las
monedas. El Mercado piensa en su Mercado. El Mercado no viste Santos que no
hacen milagros. (Milagro ya es que la poesía cuente con algunos cuantos
lectores) Ahora, si el Mercado no sólo pensara en el Mercado, haría el milagro
de que la gente leyera poesía. Por eso, yo le propongo a la Academia Sueca que
no premio a ningún escritor en particular, sino a un género literario, y podríamos
empezar por el que está más en bancarrota: la Poesía.
No
Toquen al Intocable
No
toquen al intocable,
mejor el piano, la viola
del violador
de los derechos humanos.
No toquen al intocable,
su tambor suena a clamor,
déjenlo que para de pie
la verdad del paredón.
Se freirá en la parrilla
el condenado,
nadie saldrá más
lastimado
del infierno infernal.
No toquen al intocable,
su rostro inmaculado
condecorado por la muerte,
asciende cagado
por las moscas de Chile,
que se reconocen en su espejo.
Rolando Gabrielli©2006
¿Qué
es Poesía?
Los Editores deben saber, que el Poema más antiguo es el que no se ha escrito.
Que la poesía China, es más clara que un reporte de la Bolsa. Que la brújula
de la poesía está en el subconsciente humano. Que el poema nace del silencio,
de la necesidad, urgencia, y que es materia viva, orgánica, sustancial. La poesía
también es escombro, ripio, paja, máscara, espejo sin aire, ni luz, asfixia.
El poeta habla cuando ya nada tiene que decir o tal vez por exigencias que él
mismo desconoce, porque si supiera callaría. Pero casi todos los que pueden,
dice: tiene mucha poesía y la detestan impresa.
Una buena campaña de lectura, podría decir: Aborrezca la
poesía, como a su prójimo. La poesía es una aberración juvenil. La poesía
está en todas partes, hasta donde menos piensa. Bastan unas cuantas monedas
para pedir un deseo. ¿Y un poema, no tiene precio?
Los
poetas han sido de casi todas las profesiones y oficios. Formaron parte de los
imperios y cortes, profetizaron y también integraron las mazmorras y se
convirtieron en huéspedes de los cementerios. Mucha agua ha pasado bajo el
puente de los poetas y de la poesía. Poesía vieja, poesía nueva, la misma
poesía. Todo ocurre, sin embargo, en el lenguaje, la palabra. Nadie está sólo
frente a la palabra
La poesía es
deuda. Se viene escribiendo antes de la palabra. Es una cadena interminable de
voces. El primer poema fue la palabra, sólo la palabra, la vida, el asombro, lo
que alguien vio y nombró. El sueño estaba instalado en el presente, el gesto
de cada día, la (a) ventura. La noche atravesada en el poema. En el big bang
(Cantiga 1) de su Cántico Cósmico, Ernesto Cardenal dice: En el
principio no había nada/ni espacio/ni tiempo. Yo digo, que ahí hubo y
estuvo, la primera poesía, en el misterio, la nada, en la Gran Explosión. En Cántiga
2, el poeta nicaragüense, Cardenal, dice que : No había sol, ni luna, ni
gente, ni animales, ni plantas./Era la palabra. (Palabra amorosa)La Creación es
poema/Poema, que es “creación” en griego y así/llama S Pablo a la Creación
de Dios, POIEMA/como un poema de Homero decía Padre Ángel/Cada cosa es como un
“como”/Como un “como” en un poema de Huidobro”, sostiene Ernesto
Cardenal.
El poema es caos/paraíso/agua/lu/ztiempo vencido/tiempo por
inaugurar/tiempo sin tiempo/ derrota//palabra por palabra el Poema respira. El
poema debiera ser un segundo de eternidad. El poema siempre es más allá.
Parra entiende
esto por poesía y la define en un poema: Qué es poesía
La fundación del ser x la palabra
Poesía eres tú
todo lo que se mueve es poesía
Lo que no cambia de lugar es prosa
Pero qué es poesía
todo lo que nos une es poesía
Sólo la prosa puede separarno
Sí pero qué es poesía
Vida en palabras
Un enigma que se niega a ser
/descifrado x los profesores.
Un poco de verdad y una aspirina
Antipoesía eres tú
Y Gonzalo Rojas, dice:
Las Sílabas
Y cuando escribas no mires lo que escribas, piensa en el sol
que arde no ve y lame el Mundo con un agua
de zafiro para que el ser
sea y durmamos en el asombro
sin el cual no hay tabla donde fluir, no hay pensamiento
ni encantamiento de muchachas
frescas desde la antigüedad de las orquídeas de donde
vinieron las sílabas que saben más que la música, más, mucho
más que el parto.
Vivan las Vacas Sagradas,
en un mundo pagano
Pero no sólo los poetas y escritores chilenos han tomado parte sobre la
tradicional polémica de los grandes elefantes, mastodontes de la poesía Chile.
Que dicho sea de paso es un lugar común para entender la vida poética y sus
influencias en ese país austral. Un periodista de El Mercurio de Chile hizo la
siguiente pregunta al narrador argentino César Aira ¿Qué significó para
ti la antipoesía y qué efecto te provocó en relación a Neruda?
Espero que me sigan dejando entrar a Chile si digo que no
tengo un especial aprecio por Nicanor Parra, y en realidad por Neruda tampoco.
No me gustan las vacas sagradas, creo que son lo peor que le puede pasar a una
literatura nacional, y cuando veo crecer uno de esos consensos de unanimidad me
pongo automáticamente en contra. La respuesta no tendría importancia, si no
denotara tanta ignorancia. Neruda y Parra, más allá que sean o no vacas
sagradas, innovaron la poesía castellana. Borges, podría ser una vaca sagrada,
y en nada cambiaría su importancia literaria a nivel mundial. Gabriel García Márquez.
Cortazar, Carlos Fuentes y Vargas Llosa, reconocen la influencia de la poesía
de Neruda en la nueva novelística latinoamericana de los 60, la época del
boom. Que lo sigan dejando entrar a Chile, pero que piense mejor lo que va a
decir sobre estos temas de la poesía. Además El Mercurio y Aira se
saltaron olímpicamente a Bolaño, un autor indispensable hoy día y mañana
también. No le voy a dar más cuerda al tema, porque es de nunca acabar. Lo
cierto es que “ambas vacas sagradas” cambiaron la historia, el rumbo de la
poesía en castellano, como Rubén Darío, TS. Eliot en el idioma inglés, poesía
anglosajona.
La poesía seguirá siendo la favorita excluida del mercado.
El amor y el desamor, no pasarán de moda. Yoda la condición humana quedará
reducida a unos cuantos versos que se irán reproduciendo en cada época. Con o
sin celular, pantalla, imagen digital, la poesía recurrirá a la palabra.
Rolando Gabrielli©2006