Para ver fósiles vivientes en acción, no es necesario alquilar Jurassic Park, pues con sólo observar los lamentables acontecimientos del martes en el Hospital Francés se cae en la cuenta que, no sólo están vigentes, sino que gozan de buena salud. La imagen de un gordo bestiera, que repartía golpes generosamente a periodistas y gremialistas, con la sospechosa inacción de la Guardia de Infantería, copó las pantallas trayendo a la memoria a los tristemente célebres batatas del primer menemismo.
Cuando se disiparon los disturbios, diversos matutinos y noticieros señalaron que ese personaje no es otro que Sergio Tuto Muhamad, militante kirchnerista, miembro de la barra brava de Chacarita Juniors y empleado del gobierno porteño. Además trascendió que estos buenos muchachos concurrieron a reventar, no por su propia iniciativa, sino digitados por la mano providente del jefe de Gabinete Alberto Fernández.
No es la primera vez, ni lamentablemente será la última, que la corporación oficialista recurra a los buenos oficios de las barras bravas travestidas en fuerza de choque. Inmediatamente viene a la memoria los sucesos frente a la Legislatura porteña en 2004, cuando individuos vinculados a Santiago El Gitano Lancry, también a sueldo del erario porteño e integrante de la 12 boquense, provocaron desmanes con la anuencia policial y luego desaparecieron de la escena. Los mismos que en abril de 2002 reventaron la marcha en apoyo a la textil recuperada Brukman, en el barrio de Balvanera.
El año pasado, sujetos de similar catadura irrumpieron en el merendero que la Asamblea de San Telmo posee en Carlos Calvo y Perú, rompiendo todo lo que encontraron a su paso al intentar desalojar a sus ocupantes. Allí también se acusó a hinchas caracterizados, en estricta convivencia con el citado alto funcionario.
La paradoja de esto es que los que se llenan la boca hablando de la nueva política, no vacilan en enviar a los impresentables de siempre a aplicar los mismos métodos que dicen detestar. Falta exactamente un año para las elecciones presidenciales, y las raras encuestas siguen vomitando cifras altamente favorables al kirchnerismo. Resulta inadmisible creer que, a la luz de estos acontecimientos, la ciudadanía continúe apoyando a una gestión que sigue tomándola de estúpida. Particularmente al electorado porteño, que de manera indudable mira con espanto como en un nosocomio como el Francés unos prehistóricos vivientes copan la parada.
Pues la patota pianta muchos votos, tanto como la mentira y el bolazo permanente. Cuesta creer que los pilares de la actual gestión sigan siendo los mismos, no percibiendo que el malestar causado se agranda cada vez más y el alejamiento de la gente se torna progresivo.
Lo de siempre, por favor
Mientras Kirchner avanza contra todo, los medios siguen festejando una supuesta situación de mejora irreal en el marco económico-social del país. Kirchner maneja a los encuestadores, a la oposición, a los militares y hasta al periodismo de los grandes medios.
Esto permite que nadie preste atención al continuo incremento de la caja del ministerio de Planificación Federal de Julio De Vido o las reasignaciones presupuestarios manejados por el incombustible secretario de Transporte, Ricardo Jaime. La caja se incrementa y alimenta cada vez a más obsecuentes. Estos a su vez pasan por alto algunas de las denuncias más escandalosas contra el oficialismo y el círculo se retroalimenta una y otra vez.
Llama la atención que el kirchnerismo sostenga a Jaime, un hombre muy cuestionado que carga con un pasado plagado de denuncias judiciales y que actualmente está siendo investigado por el juez Sergio Torres por el irregular manejo de 1.600 millones de pesos de las partidas del fondo fiduciario a su cargo.
Es evidente que esa caja -la del fondo fiduciario- es parte de la estrategia de Kirchner para avanzar en su camino a la reelección 2007. No olvidemos que dicho fondo es utilizado 'a piacere' por todos los gobiernos desde su creación en el año 1994.
Llama la atención que Kirchner, que suele hablar de transparencia, no haga a un lado al secretario de Transportes o a tantos otros personajes que lo acompañan en su gestión y que han demostrado una ineficacia extrema en sus tareas. Tal es el caso de Ricardo Echegaray, administrador de Aduanas, Alberto Fernández, jefe de Gabinete, Enrique Albistur, secretario de Medios o Miguel Nuñez, vocero presidencial. Todos ellos han fracasado estrepitosamente en sus funciones y han sido señalados incesantemente por los oscuros manejos de sus áreas de trabajo.
Si recordamos que el opusdeísta Gustavo Béliz fue removido de su cargo sólo por pedir que se investigue a un funcionario de la SIDE que acostumbraba espiar y filmar a funcionarios públicos en acciones íntimas, es evidente que el discurso del primer mandatario es totalmente incoherente.
Mientras los medios más importantes hablan de temas banales como el "éxito" del control de precios del Gobierno, lo más escandaloso pasa inadvertido para la sociedad. El creciente poder de Julio De Vido, las conocidas coimas de la obra pública nacional, el poder acumulativo del "sicario K" Rudy Ulloa Igor, la multiplicación diaria de envíos de droga al exterior, las irregularidades en los "negocios" chubutenses, los evaporados fondos de Santa Cruz y demás.
Pan y circo, hoy más que nunca...
Christian Sanz y Fernando Paolella