"Nunca
tantos le han debido tanto a tan pocos, ha comenzado el principio del fin" (Winston Churchill)
El jueves 31 de agosto del 2006 el Ing. Blumberg había convocado a una marcha
en Plaza de Mayo, en reclamo por la inseguridad. El gobierno respondió con una
concentración encabezada por el
piquetero funcionario Luis D’Elía. La Plaza desbordó de ciudadanos que
vinieron voluntariamente, contrastando
con la pequeña concentración frente al Obelisco, donde se había armado un escenario grandioso, y una
larga fila de colectivos hacía imposible negar el acarreo obligado. La Casa
Rosada estaba a oscuras, pero lejos
de opacar el acto de Blumberg y el rabino Bergman, hicieron resaltar el brillo de las velas que llevaba en su mano cada asistente. El país comenzó a sospechar que las
encuestas no siempre dicen la verdad.
El domingo 29 de octubre en Misiones tronó el escarmiento a la soberbia de la
reelección impuesta desde la Casa Rosada: "triunfó la dignidad", según palabras de sus protagonistas. Ese día
el pueblo junto a pastores religiosos realizó una patriada y se enfrentó con
poco menos que nada, al aparato oficialista, y lo derrotó en las urnas. Pero
eso no es todo, aún resta investigar el fraude que salió a la luz, y que
parece haber pasado a formar parte del mapa político nacional hace ya un
tiempo. El país confirmó que los encuestadores mienten a favor del gobierno.
Aquí el obispo Joaquín Piña fue el principal vocero y líder del movimiento
transversal, pero no impuesto por alguien de arriba con plata, sino desde el
clamor popular por rescatar la democracia, convertida en un feudo que pretendía consolidarse en la reelección indefinida.
El Ing. Blumberg, a quien en una época acusaron de nazi para descalificarlo,
vino acompañado por el rabino Bergman, y fueron las
palabras de estos hombres
las que consolidaron el mensaje y posibilitaron el triunfo. Comprometidos con la
verdad y la justicia, sus palabras impactan.
Por lo profundo del dolor que transmite Blumberg en su reclamo de Justicia y
seguridad, hiere el corazón y
captura, obliga a pronunciarse en forma activa. Por su parte el rabino Bergman
denota sabiduría y solemnidad que
cautiva, porque sus dichos traen
recuerdos olvidados, penetran el cerebro humano para que compare, entienda, alcance la libertad con el pensamiento y vea la realidad.
Y la gran derrotada fue la Patria encuestadora, la de porcentajes alucinantes de
imagen positiva, que vende adhesión y compra voluntades.
Piña, Blumberg, Bergman son los líderes del momento, y es necesario que otros los imiten. Ha comenzado el principio del fin de la ignorancia, la pobreza, la inseguridad, el autoritarismo, los extremismos. La Patria necesita de nosotros, todos, para torcer el destino de feudos provinciales oligárquicos, porque aunque sean exitosos y buenos sus gobernantes, y merezcan seguir en el gobierno, que lo hagan desde otros cargos, con otra visión y conducta, aportando su conocimiento y experiencia para que quienes conduzcan el gobierno, lo hagan por el camino democrático y en libertad de pensamiento y acción, hacia el progreso.
Angel
Luis Bigatti
Formosa R.A.
abigatti@hotmail.com