En plena pandemia de Covid-19, efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires habrían sido despojados de sus fuentes laborales por utilizar redes sociales.
El no afamado "cyberpatrullaje" impulsado por el Ministerio de Seguridad de la Nación Argentina, —que constituye una práctica duramente cuestionada por violar la intimidad y libertad de expresión de los ciudadanos—, pareciera no ser una herramienta de aplicación exclusiva en la esfera nacional ya que trascendieron medidas similares en las provincias de Santa Cruz y Buenos Aires.
Lentos de reflejos para solucionar problemáticas de fondo que aquejan a Trabajadores y Servidores Públicos de Fuerzas Policiales y de Seguridad, relacionadas con su histórica precariedad laboral, insuficiencia o inexistencia de protocolos de actuación, sistemas de salud y obras sociales deficitarias no aptas para atender casos de Coronavirus, el acostumbrado vacío asistencial de crisis psicológicas y psiquiátricas, o incluso la ineficiente provisión de equipamientos e insumos de protección, presentan un gran contraste con la particular predisposición y despliegue no carente de recursos, tiempo y voluntad política, que direcciona el aparato en contra de efectivos desbordados que recurren a las redes sociales para liberar tensiones y viralizar reclamos.
En tiempos de crisis el Estado Argentino no ha demorado en impulsar medidas que contrarían claramente prerrogativas fundamentales y Tratados Internacionales de Derechos Humanos, reconocidos explícitamente en nuestra Constitución Nacional, y que deberían regir incluso para aquellos hombres y mujeres que visten uniforme.
Ante la falta de representación suficiente que vele por el bienestar de los integrantes de este sector relegado, y la inexistencia de organismos gubernamentales competentes que defiendan sus intereses de manera transparente e imparcial, no sólo como profesionales de la seguridad sino también como individuos, la desesperación y el abandono ha empujado a los policías hastiados a exponerse públicamente no sólo buscando una vía de distracción o escape, sino también una alternativa a modo de expresión y denuncia de aquellas situaciones que no encuentran respuestas en canales formales, aún a riesgo de sufrir persecución, censura, o la pérdida del trabajo.
A simple vista el "humor social", pareciera la excusa perfecta para escanear y analizar so pretexto de salvaguardar el bien común, las manifestaciones públicas y privadas de aquellos que no encuentran soluciones, y que por hallarse subordinados a regímenes exorbitantes de derecho público, se ven carentes de toda posibilidad de defensa y garantías.
Como viejo Policía les digo QUE SE JODAN, LA INSTITUCIÓN, con todos sus defectos, debe respetarse, NO SON EMPLEADOS DE UN PARQUE DE DIVERSIONES, REPRESENTAN AL ESTADO Y DEBEN DAR EL EJEMPLO, PORQUE LLEVAN UN UNIFORME AL CUAL RESPETAR. Les puede gustar o no, pero si nos les enseñaron, no es excusa, al ser Profesionales, como tales con juzgados. DEJEN EL TELEFONITO VIGIS, QUE LES VA A COMPLICAR LA VIDA Y PERDERÁN EL TRABAJO EN ESTOS TIEMPOS, CUANDO NO LA VIDA POR APEGARSE A LA PANTALLITA. .
Nadie obliga a nadie a trabajar de alguna u otra cosa, a menos que se trate de una urgencia o por razones de fuerza mayor; y así y todo uno mismo decide en última instancia. Si bien es cierto que uno necesita ganarse la vida con algún trabajo o changa digna, se sabe muy bien que si sos parte de una fuerza de seguridad o fuerza armada, hay cosas que podés hacer y no podés hacer. Esto es taxativo. No hay opción. Si tu función es patrullar las calles o defender las fronteras (y seguramente mucho más de una vez esto no debe ser una acción ni divertida ni grata), entonces deberás hacerlo de la mejor forma posible.Tendrás posibilidades de diversión o esparcimiento en tus días de franco. Quien no lo entienda así, no puede formar parte de una institución de esa naturaleza. ¿Tan dificil es hacer entender el concepto "trabajo" a los millenials y centennials?
La nota periodística es sumamente tendenciosa a partir del titulo. Los policías no fueron sumariados y pasados a disponibilidad por usar una red social sino por utilizar esa herramienta mediática con actividades completamente ajenas a las funciones especificas del servicio cuando se encontraban cumpliendo un operativo de seguridad relacionado con el cumplimiento de las restricciones dispuestas en el marco de la cuarentena por el coronavirus. La grabación de videos bailando con el uniforme policial estando de servicio y descuidando totalmente la misión que tenían asignada para "matar" el aburrimiento y publicarlo en una red social configura una falta grave que debe ser sancionada disciplinariamente. El policía debe tener vocación de servicio y la misión que cumple es un verdadero apostolado en la defensa de la vida, bienes y derechos de la población. El policía cuando se encuentra de servicio debe estar concentrado y alerta en el cumplimiento de sus funciones porque cualquier distracción significa poner en riesgo su propia vida, la de sus camaradas y de terceros.