Leer a Diego Maquieira es un festín para el pensamiento. Una poesía lúcida
y lúdica, airosa, inteligente, desenfadada y valiente. Con un lenguaje a
ratos coloquial, el poeta ha logrado plantar una épica de la decadencia
iluminada, de un avistamiento casi único en nuestra lírica nacional, excepto
el gran padre Huidobro. Tal vez por provenir de la burguesía, el vate se da
el lujo de ser insolente con los máximos poderes, revestidos de sacra
santidad, desnudándolos. Así procedió Antonin Artaud, Pound y Nicanor
Parra, éste en una dimensión más humorística que airosa, con todo el
visceralismo de comicidad bien ganada de Diego, porque se trata de un
delirante, de un ser alucinado que canta desde esa lucidez infinita, donde ya
nada puede importar convención alguna. Un buen hijo de Vicente, todavía más
provocador, atentatorio celestial, luciferino, libre pensador.
La voz de sus poemas, en
Sus versos son plenos de hallazgos, de frescura, de
deliciosa decadencia, es un cronista crítico que siempre anda de viaje, ya
sea en la ciudad, en los salones, en el Teatro Municipal, ahí, en la créme,
él, el ángel perdido, protestando, o por los cielos, buscando echar abajo a
esa figura fabulosa de un Dios equivocado, imposible y antihumano. Maquieira
celebra el fasto de la vida, el gozo, porque nos dice, todo es luego muerte, y
su epicureismo es de data habitual, de guerreros surrealistas, que hundirán
los portaviones a vela, que subirán con sogas el abismo del mar, como
bucaneros, esa picardía, chilena, de deslenguar el mundo cotidiano, de romper
todos los límites, de quejarse del trato de Ratz y de mafiosos es de una nota
comparable, como digo, a Artaud, sólo que aquí se llega al insulto por la
belleza.
Acaso el más grande poeta nuestro, de una generación que se pensó perdida, junto a Rodrigo Lira, y que le han ganado a riesgo de sus propias vidas el lance a la represión de todo signo.
CANTO AL HOMBRE INFINITO MÁS ALLÁ DEL CIELO
Cielos
sepultados
el
mundo era
una
tumba volante
hacia
el fin del Tiempo
Cenizas
de Sueño
cayendo
en sangre de oro
Finita
de
huesos
Civitta Felice
hilados
zarcillos
en
el Abismo del Mar
Canta
el Cielo de Cadenas
liberado
de
velas
rompe
de
Fuerza de los dogmas
los
gogos hacen desiertos
pasar
ojos y aviones por el ojo supersónico
zumbando
ejércitos libertarios
de
templarios
bueyes
del sepulcro
abren
con
lenguas de amor
se
enfrentan a Canciller que cautiva
a
Dios
trilenios
lengua
de fuego de Cristo
es
Otro
Piloto
de
de
los Mares
quebrando
tablas de ley
infinito
el SER.