El chef y espía Martín Terra se convirtió en un fantasma. Nadie sabe dónde está y su entorno desconoce su paradero desde unas semanas antes de que sean emitidas las ordenes de detenciones que lo incluían. Tenía tiempo de entregarse a la justicia hasta las 18.30 horas del jueves 4 de julio. Pero no lo hizo.

Prefirió convertirse en el primer prófugo de un expediente que pone en vilo al círculo rojo argentino. Todavía la causa estaba en manos del juez federal Federico Villena, quien automáticamente decretó el “estado en rebeldía del imputado”. Terra no era un especialista en cuestiones de inteligencia.

El único mérito que podía ostentar era el nivel de confianza que mantenía con el titular de la AFI, Gustavo Arribas. Eran amigos personales y hasta llegaron a compartir algunos negocios vinculados a la transferencia de jugadores de fútbol. Dentro de su historia personal también se destaca cierta fama como conocinero cool forjada a mediados de los años 2000. Su apellido completo es Terra Vigil lo cual expone su vinculo con la familia fundadora de la Editorial Atlántida.

Aún sin conocimiento para formar parte de la AFI, "El Chef" solía impartir órdenes a distintos agentes que llevaban adelante el espionaje ilegal hoy investigado. Según se desprende del expediente su vínculo con Alan Ruíz está acreditado de diferentes maneras. Incluso la hipótesis más concreta es que fue él quien ordenó espiar al vicejefe porteño Diego Santilli, que es el actual marido de su ex esposa, la modelo Analía Maiorana.

Hasta se intenta dilucidar si el propio Terra habría direccionado una operación de inteligencia inédita en la historia argentina y no esclarecida en la causa: la presunta infiltración de una empleada doméstica en la casa de su ex para conocer de cerca los movimientos de Santilli. Su sueldo era abultado y salía de los fondos reservados de los que se disponían en tiempos de la inteligencia macrista.

El rol de Terra en la organización dedicada al espionaje ilegal fue revelado por Leandro Araque, otro de los espías comprometidos. Fue durante su declaración ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Diputados el pasado 12 de junio.

Ante la pregunta del diputado del Frente de Todos, Eduardo Valdés, Araque reveló cómo eran los movimientos de El Chef. Esos mismos detalles fueron ratificados por Araque durante su declaración indagatoria. El cruce entre el espía y el legislador no tiene desperdicio:

-Eduardo Valdés: ¿Qué hacía el ex marido de Maiorana con ustedes?

-Leandro Araque: Es amigo de Gustavo Arribas y lo pusieron ahí. Pero estaba pegado con Ruiz. Ruiz lo tenía abrazado como si fuera oro.

En las últimas horas, el juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé, concedió la excarcelación a algunos de los acusados, así como también dictó prisiones domiciliarias para la mayoría de los imputados, entre ellos a la ex funcionaria Susana Martinengo. Pero Terra sigue sin aparecer. Ya pesa sobre su cabeza un pedido de captura nacional.

En la causa, por ahora, sólo continuará detenido el ex director general de Operaciones de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Alan Ruiz, quien está preso por otro caso de supuesto espionaje sobre el Instituto Patria y la casa de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Luego de que Villena fuera apartado por la Cámara Federal de La Plata, las defensas de los detenidos plantearon masivos pedidos de libertad y domiciliarias en una causa que desvela al poder.

Algunos letrados incluso ya adelantaron que van a pedir la nulidad de todo lo actuado por el desplazado juez Villena. "En la actual situación que transita esta investigación y la imposibilidad fáctica del cumplimiento de los términos y disposiciones emanados del código de rito, no puedo hacer pesar sobre los imputados detenidos y no indagados tales circunstancias, razón por lo cual habré de tomar una medida liberatoria en favor de los mismos", explicó el magistrado en su resolución, a la que accedió A24.com.

Terra solo hizo un aparición mediática desde la clandestinidad. En diálogo con la revista Noticias se mostró fastidioso con el curso de la investigación diciendo “que la causa es cualquiera”. También reconoció que ingresó a la central de inteligencia por pedido de “su amigo Arribas”, a quien “conoce del fútbol desde hace muchísimos años”. Y agregó que el expediente “es una pelotudez total”, al tiempo que reconoció que sería incapaz de hacer algo en contra de su familia. Al cierre de esta crónica, El Chef seguía en estado de rebeldía y sin presentarse ante la justicia.