La edad de inicio del consumo de alcohol en jóvenes es "cada vez más baja" siendo en los varones a partir de los 16 años y en las mujeres desde los 17, según una investigación de la Defensoría del Pueblo porteña que destacó que con el aislamiento por la pandemia "estos datos se han incrementado fuertemente".
En el estudio, en el que trabajó un grupo de 14 profesionales de forma interdisciplinaria, quienes desarrollaron 350 encuestas a jóvenes y 13 entrevistas a expertos, confirmó que el alcohol "es la droga psicoactiva más consumida en el país".
"Los dos indicadores más preocupantes y significativos que se desprenden de este trabajo son: falta de percepción de riesgo, siendo la edad de inicio cada vez más temprana, varones 16,7 y mujeres 17,9, y la naturalización del consumo de alcohol a pesar del conocimiento relativo de los riesgos que conlleva," afirmó el Defensor porteño, Alejandro Amor.
El funcionario agregó que "esto alarma ya que son datos pre pandemia. Sabemos que en el aisalmiento se ha incrementado fuertemente, según datos de Sedronar y OMS".
Tanto la familia como los medios de comunicación "cumplen un rol fundamental tanto en la promoción, la obstaculización y el modelado de representaciones y creencias en torno a los beneficios y perjuicios que implican el consumo de alcohol", precisó.
Según la Sedronar el consumo de alcohol en adolescentes escolarizados muestra que la mitad ha bebido el último mes, sin distinción por sexo y que el consumo aumenta con la edad de los estudiantes; constatándose que casi el 70% de los jóvenes de 17 años o más ha bebido alcohol el último mes.
De acuerdo a datos de 2017, el 62 por ciento de los jóvenes entre 18 a 24 años consume alcohol, de los cuales el 47,5 por ciento de los jóvenes lo hace entre dos a cuatro veces por mes.
La Defensoría, entre otras recomendaciones ante estos datos, propuso implementar programas educativos dirigidos a familiares de los jóvenes, promover una mayor regulación del contenido de la publicidad del consumo de alcohol en los medios masivos de comunicación, y restringir la emisión de piezas publicitarias en determinados horarios de emisión televisiva.
También producir recomendaciones para el tratamiento de contenidos relacionados en programas de ficción y/o informativos de carácter general y prohibir aquellas estrategias de marketing y publicidad que promuevan el consumo de alcohol como parte de actividades destinadas al público juvenil.